Apoyados en varios sectores de poder político y económico, los sectores golpistas reanudan una campaña que busca devolver al componente militar la relevancia y el protagonismo perdidos a partir del derrocamiento de la dictadura de Alfredo Stroessner en 1989, aventurando hipótesis de guerra contra los países del ALBA, en uno de los momentos más pacíficos […]
Apoyados en varios sectores de poder político y económico, los sectores golpistas reanudan una campaña que busca devolver al componente militar la relevancia y el protagonismo perdidos a partir del derrocamiento de la dictadura de Alfredo Stroessner en 1989, aventurando hipótesis de guerra contra los países del ALBA, en uno de los momentos más pacíficos en la historia del Cono Sur americano.
Consumada la instalación del gobierno de Facto liberal el 22 de junio, Federico Franco empezó a pagar favores a los distintos poderes políticos y fácticos que condujeron al derrocamiento del proceso democrático abierto en 2008.
En la conformación del ilegítimo Gabinete de ministros empezó a identificarse la orientación de las distintas políticas que hacen a la conducción del Estado, principalmente en dos ministerios que guardan estrecha relación en el diseño y orientación de sus políticas, ya que las mismas se complementan: el Ministerio de Relaciones Exteriores y el de Defensa.
Con las sanciones políticas adoptadas por MERCOSUR y UNASUR contra el gobierno ilegítimo, la política exterior adoptó la naturaleza aislacionista y anti-regionalista que la ultra-derecha local necesitaba para apostar sus cartas para enarbolar y legitimar un discurso de corte neo-militarista orientado contra del proceso de integración política, económica y social que vive actualmente Sudamérica.
Esto se hace más fácil de llevar a la práctica si tenemos en cuenta que una de las principales ventajas obtenidas por el golpista Partido Unión de Ciudadanos Éticos, fue el control de las Fuerzas Armadas, efectivizado a través del nombramiento de María Lis García como ministra de Defensa, una colaboradora del líder de UNACE, el ex general Lino César Oviedo.
El enemigo externo
Una de las primeras medidas de las Fuerzas Armadas fue sacar de la catacumba una Ley del período dictatorial colorado, de 1975, mediante la cual se establece la prohibición de acceder al derecho al Trabajo a aquellos ciudadanos que no presenten la documentación referente al cumplimiento del Servicio Militar Obligatorio, medida que finalmente dio marcha atrás debido al rechazo generalizado de diversos sectores de la sociedad.
Apenas unas semanas después los referentes parlamentarios del UNACE, en su mayoría ex militares, expresaron su intención de recortar fondos de Salud, Educación y Obras Públicas, además de aumentar el endeudamiento externo para financiar el rearme militar.
El principal referente de este discurso es el oviedista José López Chávez, del UNACE, representante de la línea más radical de la ultra derecha golpista, quien plantea una carrera armamentista con la característica de que la misma se orientará bajo la Hégida de la política exterior y militar de Estados Unidos, con la apuesta de convertir al Paraguay en la cabeza de puente que facilite al imperialismo yanqui la desestabilización directa y/o indirecta del proceso político pacífico que vive el Hemisferio sur del continente.
El plan de acercamiento a Estados Unidos incluye, según ha manifestado públicamente López Chávez, la instalación de una base militar y la firma de un acuerdo de Libre Comercio con la potencia del Norte, para proteger al Paraguay del enemigo externo: es decir, los gobiernos tanto de izquierdas moderadas (Brasil, Argentina, Uruguay) como de Izquierdas Revolucionarias (ALBA) que predominan en esta etapa de la historia regional.
El mundo en un futuro cercano: Carácter regional de la Defensa
El neo-militarismo instalado en el Paraguay del Golpe ha generado diversas reacciones contrarias. LA principal da cuenta de un anti militarismo radical, infantil y utópico propio de desviaciones pacifistas, planteando desde la abolición del Servicio Militar hasta la eliminación de las mismas Fuerzas Armadas.
Más allá de esos dos enfoques antagónicos, uno orientado a apeligrar la paz regional, y el otro, orientado a la renuncia a las tareas de Defensa debemos empezar a analizar qué tipo de mundo tenemos y tendremos dentro de poco, para así determinar cuál será la mejor orientación militar a adoptar.
Al mundo debemos empezar a pensarlo de manera multi-polar, multi-regional. Es decir, no ya Paraguay, sino Sudamérica como sub-región, deberá preparar la Defensa conjunta de sus recursos naturales, y en segundo término incluyendo al Caribe y las Antillas.
Esa estrategia militar de defensa regional de los recursos naturales estratégicos con que se cuenta, se da y se dará, necesariamente, en el marco de la lógica propia de la dinámica política que vive hoy la región, esto es, la conquista del poder político por parte de las Izquierdas Latinoamericanas, sin que esto implique pasar por alto las desviaciones ideológicas que se puedan presentar en cada proceso particular, ni las desviaciones de carácter imperialista, principalmente por parte de Brasil y Argentina.
Y esa es una necesidad urgente que es preciso encararla de aquí a unos cuantos años, si pensamos en términos de estrategia y táctica. Ya otros lo han hecho hace mucho tiempo, tal es el caso del brazo armado del bloque imperialista mundial, la OTAN.
Por esto, es de suma importancia que la dinámica política regional se extienda a Paraguay, Colombia, Chile, que Humala rectifique los rumbos en Perú, alejándose de iniciativas desestabilizadoras como al Alianza Pacífico. Abordar la defensa regional con un sentido revolucionario nos facilitará encarar las labores propias de la misma bajo parámetros solidarios e internacionalistas, incluido el aspecto económico.
En ese sentido, es urgente restituir la democracia en Paraguay y empezar a plantar las semillas de una amplia base popular que conduzca a la conquista del poder a un proyecto político que tenga claro todos los elementos analizados anteriormente.
De lo contrario debemos prepararnos para tiempos difíciles, en un mundo difícil donde van a escasear el agua, los alimentos, los combustibles y la energía eléctrica. En cuanto al agua y la energía eléctrica, en poco tiempo empezarán a ser considerados como «oro».
De lo contrario, Paraguay, estratégico por sus reservas de agua, metales, energía eléctrica, se convertirá en un enclave que pondrá en peligro directo el proceso político regional, aliado con EEUU, el país que financió las obras, la represión, las torturas, los asesinatos y las desapariciones de la Dictadura Stronista.
En Irak la excusa fueron las Armas de Destrucción Masiva, En Libia lo fue, cuando no, la «democracia», en Paraguay lo son Bolivia y la revolución bolivariana en curso en Venezuela y los países del ALBA.
El cuco de la izquierda es en Paraguay siempre un apelativo válido para reflotar necesidades como lo militar, pero con un trasfondo y una orientación que, de triunfar, traerán consecuencias nefastas en nuestro país y en la región, más todavía en el marco de la mayor crisis del sistema financiero mundial.
Una vez analizado todo esto, podemos entender cuál es el momento político que vive la región, y cómo ese momento marca cuáles instancias regionales tienen mayor peso y cuáles menos.
En ese sentido, la suspensión política de MERCOSUR y UNASUR, tiene mucho mayor peso que el «opareí» al que ha sido sometido el caso del Golpe de Estado Parlamentario en la OEA, opareí que incluye el no reconocimiento del gobierno de facto encabezado por la Oligarquía terrateniente, la Narcopolítica y las empresas multinacionales, los verdaderos poderes fácticos que se valieron de los actores de los partidos políticos tradicionales y no tradicionales que ejecutaron el juicio político ilegal e ilegítimo contra un gobierno elegido por la voluntad popular.
El mencionado teatro que pervirtió el espíritu de las leyes fue un golpe contra el proceso político que se inició en 2008, el cual defendimos y seguiremos defendiendo. Cabe mencionar que esa defensa que ejercemos implicó muchas veces cuestionar las desviaciones del propio Ejecutivo y su entorno político en numerosas ocasiones, cuando éste todavía se encontraba en sus funciones.
Porque el proceso regional de Izquierdas es el que actualmente tiene supremacía en Sudamérica y no la política exterior estadounidense, es la razón de que la OEA no tenga menor peso político que MERCOSUR y UNASUR.
LA OEA fue diseñada y creada en 1948, bajo una fuerte influencia estadounidense, y con el objetivo de ser un mecanismo de adopción y validación continental de la política exterior de EEUU para el resto de los países de este lado del Hemisferio.
Cuanto antes, debemos elaborar con inteligencia estrategias económicas, políticas, culturales, militares, a nivel regional. Es urgente. En la era de mayor paz en la región, debemos aprovechar esa paz para encarar nuestra defensa ante los inevitables zarpazos de las potencias con marcada raigambre imperialista que traerá la crisis de escasez de recursos naturales que se avecina.
Totalmente a contramano de la defensa pensada desde la lógica golpista, retrógrada, funcional al imperialismo representada por personajes como el diputado oviedista, José López Chávez.
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