«No os matéis a vosotros mismos. Allah es Misericordioso con vosotros. Quien obre así, quebrantando la ley con injusticia, le arrojaremos al Fuego» [El Corán,4:59-30]. Y para que no hubiese lugar a dudas, el libro sagrado de los musulmanes vuelve a advertir a los posibles suicidas «…no os autodestruyáis» [2:195]. Con estos edictos, se supone […]
«No os matéis a vosotros mismos. Allah es Misericordioso con vosotros. Quien obre así, quebrantando la ley con injusticia, le arrojaremos al Fuego» [El Corán,4:59-30]. Y para que no hubiese lugar a dudas, el libro sagrado de los musulmanes vuelve a advertir a los posibles suicidas «…no os autodestruyáis» [2:195].
Con estos edictos, se supone que un musulmán fanático, como dicen que son los prisioneros de Guantánamo, jamás se quitaría la vida. Teniendo en cuenta que el Pentágono ha rechazado la petición de Amnistía Internacional de permitir una investigación independiente de estos supuestos suicidios, y en ejercicio sano de duda razonable, podemos plantear otras posibilidades: que los tres reclusos se hayan quitado la vida en un acto de desesperación extrema, y que por lo tanto no eran Talibán ni fanáticos religiosos.
Segunda posibilidad, que es la versión oficial del Pentágono, han puesto fin a sus vidas en un acto coordinado de guerra en protesta por las condiciones de esa cárcel. Bien, si ha sido «un acto coordinado de guerra», ¿por qué G. Bush se niega aplicarles el tratado de Ginebra sobre los prisioneros de guerra?, y ¿Cómo son estas condiciones para que un hombre terrorista-guerrero, acostumbrado a situaciones extremas, no las aguante y ponga fin a su sufrimiento?.
Tercera premisa: que simplemente han muerto a causa de las torturas recibidas. Ya que no se puede entender cómo en un centro de detención de máxima seguridad y con celdas controladas 24 horas por cámaras de videovigilancia suceda un suicidio colectivo y coordinado sin que los guardianes no se enteren. Dada las imágenes difundidas de la prisión de Abu Ghraib de Irak, y del centro de detenciones clandestino de Bagram de Afganistán, las matanzas de civiles de Huidiza -esa de My Lai
de Irak- lo que cobra mayor fuerza es justamente esa ultima hipótesis, aplicable igualmente a otros 25 presos, que según las autoridades de Guantánamo, habían protagonizado 41 intentos de «‘Acciones manipuladoras de auto-daño’, como suelen llamar estos incidentes.