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Herencia de colonialismo y del dominio de EE.UU.

¿Hacia dónde va Myanmar?

Fuentes: APM

El imperio británico y la presencia de Estados Unidos modelaron la crisis actual del país asiático. La hipocresía de Washington se paga con sangre. Un enviado especial de Naciones Unidas (ONU), Ibrahim Bambari, intentaba actuar el pasado domingo en Rangún con la líder de la oposición en Myanmar Aung San Suu Kyi, pero es difícil […]

El imperio británico y la presencia de Estados Unidos modelaron la crisis actual del país asiático. La hipocresía de Washington se paga con sangre.

Un enviado especial de Naciones Unidas (ONU), Ibrahim Bambari, intentaba actuar el pasado domingo en Rangún con la líder de la oposición en Myanmar Aung San Suu Kyi, pero es difícil determinar cuál será el rumbo de los acontecimientos en ese país asiáticos, sometido a un régimen militar creado por Estados Unidos y guardián de un sistema basado en señoríos de la guerra y en la provisión de insumos para la producción de heroína, botín en disputa por el la rede narcotraficante mundial y por el complejo corporativo de los grandes laboratorios.

Gambari espera reunirse con el general Than Shwe, presidente del Consejo Estatal de Paz y Desarrollo, antes de que concluya su misión, dijo la ONU en un comunicado oficial el domingo pasado, según la agencia Reuters.

No hubo detalles sobre cuando podría entrevistarse Gambari con Than Shwe, quien opera fuera de Naypyidaw, la nueva capital de Myanmar, ubicada a 385 kilómetros al norte de Rangún, y cuyo gobierno rara vez muestra señales de ceder ante la presión de la comunidad internacional.

Gambari se reunió con Suu Kyi, líder de la oposicióny premio Nobel de la Paz, por más de una hora en la casa de invitados del gobierno en Rangún, cerca de la villa donde está confinada sin teléfono y con necesidad de permiso oficial para recibir visitas, informaron distintas agencias internacionales.

Hoy no hubo manifestaciones visibles en el centro de la antigua capital birmana, donde las fuerzas de seguridad han sofocado las protestas colocando barricadas en torno a las dos principales pagodas.

La Comisión Asiática de Derechos Humanos con sede en Hong Kong dijo que al menos 700 monjes y otras 500 personas fueron arrestadas en todo el país. Los soldados mantenían confinados a los monjes en los monasterios, según los vecinos de los centros religiosos.

El conflicto que se vive estos días en Myanmar (antigua Birmania) en el que al menos manifestantes y otros resultaron heridos tiene unas raíces que se remontan, en principio, hasta 1962.

Durante ese año, se impuso un régimen militar liderado por el general Ne Win. Después de instaurarse el Consejo Militar, se aprobó una nueva Constitución y se constituyó el país como una «república Socialista» (enero de 1974). Precisamente, Ne Win fue elegido presidente (1978). Sin embargo, en 1981 dimitió. Y desde entonces el poder se gobernó en forma de dictadura militar.

Entre agosto y septiembre de 1988 se empezó a vislumbar la voluntad del pueblo a vivir en un sistema democrático. En esas fechas se inició una revolución que no tuvo éxito ya que se formó un gobierno militar con el General Saw Maung a la cabeza.

Las primeras elecciones legislativas libres se convocaron en 1990. El único partido de oposición, la Liga Nacional por la Democracia, liderado por Aung San Suu Kyi , premio Nobel de la Paz en 1991 y encarcelada por la Junta Militar.

Sin embargo, la Junta Militar negó el traspaso de poderes, por lo que sólo se vivió un sueño democrático. Desde entonces, se formó un Gobierno en el exilio (NCGUB: Coalición Nacional de la Unión de Birmania) que se reconoció internacionalmente desde que en 1991 se le concedió a Aung San Suu Kyi el premio Nobel de la Paz.

El Consejo Militar gobierna desde el miedo y el abuso que le permite el poder al no dejar que exista la oposición. Sistemáticamente viola los derechos de los grupos étnicos minoritarios.

Utiliza a los miles de civiles obligados a estar en el Ejército para realizar trabajos forzosos en los edificios, las carreteras o incluso para trabajar en las plantaciones de opio, según denuncia la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Después de diecisiete años, en el 2007 el gobierno se ha visto afectado por masivas protestas dirigidas por monjes budistas.
Birmania, oficialmente Unión de Myanmar, es un país del sudeste asiático. Limita al norte con China, al sur con el mar de Andamán, al este con Laos y Tailandia, y al oeste con la India, Bangladesh y el golfo de Bengala.

El Imperio Británico, tras ocupar diversas provincias hacia 1862, dominó todo el territorio, y en 1886 estableció un protectorado colonial. Durante la II Guerra Mundial fue ocupada por los japoneses, pero fue retomada por Gran Bretaña en 1945. En 1948, el Reino Unido se vio obligado a conceder la independencia.

Una de las figuras principales de la historia birmana del siglo XX fue el general Aung San, fundador del ejército y figura de la libertad. San pasó de estudiante a activista. Su hija Aung San Suu Kyi fue premio Nobel de la Paz de 1991.Birmania sufrió también el terremoto del Océano Índico de 2004.

En la actualidad, han ocurrido numerosos enfrentamientos entre las minorías étnicas dentro del propio país y los habitantes aún viven en pobreza y dictadura. Los militares violan, esclavizan, torturan y matan impunemente a muchos a veces sólo por cantar canciones prohibidas. La represión militar se centra mayoritariamente en las minorías étnicas, como los Karen.

La situación económica de Birmania es compleja. La agricultura es su principal actividad; ocupa a casi los dos tercios de la población activa y contribuye en un 40 por ciento al producto interior bruto. El cultivo predominante es el arroz, que ocupa cerca de la mitad de las tierras cultivables. Los demás cultivos (algodón maní y té) son secundarios. Sin embargo, la parte del león de la economía está representada por el cultivo y la comercialización de la adormidera, en manos de verdaderos señores de la guerra, vinculados a la DEA (policía antinarcóticos de Estados Unidos) y al complejo entramado de los laboratorios transnacionales.

La explotación forestal es intensa: Birmania ocupa la primera posición mundial en la producción de teca. Las industrias extractivas, otrora destacadas, están hoy día en retroceso, al igual que la producción petrolífera. El sector industrial, anticuado, vive un momento delicado, con una notable falta de inversiones. La situación en general de extrema penuria favorece la proliferación tanto de las corruptelas, como del contrabando y del mercado negro.

La cultura de Birmania es un mestizaje de influencias birmanas, chinas, indias y tailandesas. Esto se refleja en lengua, en la cocina, y en la música. El arte ha estado influido históricamente por el budismo Theravada, así como la literatura.