Haití vive una tensa situación. Hoy, en Puerto Príncipe, continúan las protestas contra el alto costo de la vida y la presencia de los soldados de la ONU. Las manifestaciones se iniciaron la semana pasada en varias ciudades del país, dejando un saldo de cinco muertos y decenas de heridos. Ayer, manifestantes intentaron derribar la […]
Haití vive una tensa situación. Hoy, en Puerto Príncipe, continúan las protestas contra el alto costo de la vida y la presencia de los soldados de la ONU. Las manifestaciones se iniciaron la semana pasada en varias ciudades del país, dejando un saldo de cinco muertos y decenas de heridos. Ayer, manifestantes intentaron derribar la barrera principal del Palacio nacional en Puerto Príncipe siendo repelidos por los soldados de la ONU.
Las protestas que se iniciaron pacíficamente en la sureña ciudad de Les Cayes para reclamar por el alto costo de la vida han devenido en una confusa y caótica situación en la que están presentes robos, asaltos y saqueos.
El principal lugar público y centro administrativo de Puerto Príncipe, conocido como Champ de Mars, ayer fue el teatro de innumerables actos de violencia cuando millares de manifestantes tomaron posesión de estas áreas. En las primeras horas de la mañana, grupos de manifestantes intentaron, con ayuda de un gran cubo de hierro, derribar la barrera principal del Palacio nacional. Los soldados de la ONU utilizaron la fuerza para frustrar las intenciones de los manifestantes.
El fotoperiodista Jean-Jacques Augustin, del diario Le Matin , y el fotógrafo de prensa, Mackenzie Blanc, fueron heridos de bala, cuando cubrían los acontecimientos.
Frente al Palacio Nacional, se registraron varios enfrentamientos con los cascos azules. Los manifestantes lanzaron piedras en dirección de los soldados de la ONU que formaron un cordón de seguridad alrededor de la sede de la Presidencia. Los soldados de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) respondieron con tiros de armas automáticas y gas lacrimógeno.
Además de las reivindicaciones contra el incremento del costo de la vida, los manifestantes piden el regreso del ex Presidente Bertrand Aristide, actualmente exiliado en Sudáfrica, y rechazan la presencia de la Minustah. En Petit-Goâve (Sur), los manifestantes prendieron fuego a una base de la Minustah, según corresponsales de prensa. En estos enfrentamientos varias personas fueron heridas de bala.
Nueve mil soldados de la Minustah se encuentran desplegados en el país desde 2004. Organizaciones de la sociedad civil y de mujeres han denunciado que los militares enviados por la ONU, en lugar de contribuir a la paz y a solucionar los graves problemas sociales, se han visto involucrados en abusos sexuales a mujeres y menores, sin que los culpables hayan sido sancionados.
Las movilizaciones también se dirigen contra la incapacidad del actual gobierno de René Preval para combatir la carestía de la vida, la miseria y el desempleo que afectan al pueblo.
Crisis alimentaria
Las manifestaciones se iniciaron la semana pasada en la ciudad de Les Cayes (sur), la ciudad de Gonaives (norte) y en Puerto Príncipe, donde la gente se lanzó a las calles para protestar contra el alto costo de los alimentos. También pedían la dimisión del gobierno presidido por René Preval.
En Les Cayes hubo tres muertos, nueve heridos y varios detenidos. Las fuerzas militares de la ONU dispararon contra la población, según ellas, en respuesta a ataques con armas de fuego.
El Primer Ministro, Jacques Edouard Alexis, reconoció que los ciudadanos tienen el derecho de expresar su rechazo al incremento del costo de la vida, sin embargo, señaló que quienes prendieron la primera llama del movimiento fueron los traficantes de droga y contrabandistas.
Tras admitir posibles infiltraciones en el conflicto en curso, sectores de derechos humanos criticaron el laxismo de las autoridades que, más allá de las promesas aún no cumplidas, no adoptaron ninguna medida inmediata para prevenir el deterioro de la situación global del país.
El detonante de la situación actual es la acelerada subida de los bienes esenciales de consumo como consecuencia de un nuevo aumento de los precios del petróleo a finales de marzo de 2008 y de los deslaves y de las inundaciones.
Sectores de la sociedad civil han señalado que la liberalización del comercio impuesta a Haití, en el marco del acuerdo firmado con el FMI y el Banco Mundial, ha venido a agravar la situación. El paquete de ayuda ofrecido al Gobierno estaba condicionado a la liberalización del comercio y éste no tenía otra elección que abrir su economía y aceptar las reformas políticas propuestas.
«En Haití, los resultados de la reducción de los derechos de aduana sobre los productos agrícolas han sido catastróficos. El aumento de las importaciones de productos alimenticios fue tan espectacular que Haití importa actualmente más productos alimenticios que cualquier otro producto. Mientras que anteriormente Haití era autosuficiente y satisfacía las necesidades alimentarias de su población, actualmente utiliza alrededor de 80 % de sus ingresos de las exportaciones solamente para pagar importaciones de productos alimenticios», señala un documento elaborado por Christian Aid sobre la liberalización agrícola de Haití.
Haití es uno de los países más pobres del mundo. El 80 por ciento de su población vive con menos de dos dólares por día, y se ubica en el puesto 150 de 177 en el Índice de Desarrollo Humano que es medido por Naciones Unidas.
Con información de AlterPresse (http://www.alterpresse.org/).