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Imaginar el futuro de India: una introducción

Fuentes: Rebelión

Traducción de Carlos Valmaseda

Un poco sobre el libro [1]

Imaginar el futuro es una empresa arriesgada. Por buena que sea nuestro conocimiento de la historia y por fuerte que sea la fe en las lecciones que nos enseña, por robustos que sean nuestros sistemas de modelado usando las mejores metodologías y tecnologías disponibles, aun así, podemos estar horrible y embarazosamente equivocados. Pero también podría pasar que la visión resultase correcta. Más importante, podría incluso influenciar realmente en el curso de los actuales acontecimientos de forma que al menos algunos elementos se hagan realidad. Miremos la ciencia ficción: ¡cuán a menudo han terminado siendo hechos científicos!

Nuestra propuesta a la apasionante galaxia de autores de este volumen fue permitirnos caer en este tipo de creación de una visión, dejando por un momento volar la imaginación sin quedar atrapados por las cadenas de lo que es ‘realista’ y ‘factible’. Pero como no queremos que sea un ejercicio solo de imaginación, también pedimos a los autores que se basasen en el contexto actual y nos diesen ejemplos y casos del pasado o del presente que señalen la posibilidad real de que tales visiones lleguen a hacerse reales. Los ensayos en esta recopilación van desde algo más bien cauto a lo aventureramente imaginativo y creemos que todos ellos tienen el valor de darnos dirección, esperanza y una corazonada de lo que puede llegar a ser.

En este ensayo introductorio damos principalmente una visión general de la recopilación, agrupando los ensayos en cuatro esferas clave de la existencia humana: la política, la sociocultural, la económica y la ecológica. En el artículo final hemos elaborado con más detalle estos escenarios, esbozando una visión futurista de justicia, igualdad y sabiduría ecológica. Debemos reconocer aquí que el marco de cuatro esferas que usamos tanto en el ensayo introductorio como en el conclusivo se basa en un proceso en curso de diálogo y compartición de experiencias en el que estamos implicados, el Vikalp Sangam o Confluencia de Alternativas [2] así como en algunos de nuestros anteriores trabajos de un paradigma alternativo llamado democracia radical ecológica o ‘ecoswaraj’ (véase, por ejemplo, Kothari, 2014)

La división de los 32 artículos temáticos en este volumen en cuatro esferas es necesariamente imperfecta, porque los artículos y los temas que cubren no encajan limpiamente en un único escenario, y las esferas se solapan entre ellas (¡un poco como el símbolo olímpico!). Nos gustaría evitar la trampa académica de la categorización quisquillosa. En cualquier caso, creemos que este marco nos da una base para el análisis y también para imaginar el futuro.

Elementos clave del futuro

Futuros ecológicos

El medio ambiente en peligro de India ha sido objeto de mucha investigación, activismo y acción. La abrumadora pérdida de ecosistemas y biodiversidad, el envenenamiento de nuestras aguas, aire y suelos, la erosión de los suelos productivos y una multitud de otros problemas son prueba de la insostenibilidad de la actividad humana en India (como de hecho en el mundo en su conjunto, como muestran recientes estudios del cruce de varios límites planetarios, especialmente el de Rockstrom et al., 2009). Ante una situación así, ¿qué futuros se pueden imaginar que nos rescaten de la abrupta pendiente hacia el colapso ecológico?

Salvaguardar los ecosistemas y la biodiversidad que nos mantienen es claramente una parte sustancial de lo que debe hacerse. En las últimas décadas ha habido muchas iniciativas, tanto dentro como fuera de los gobiernos, hacia esto. Entre estas se incluyen áreas protegidas y protección legal a determinadas especies, ‘reservas’ de bosques para un uso restringido y otras medidas gubernamentales. También incluyen amplias iniciativas comunitarias que sostienen ya sean antiguas prácticas como ecosistemas sagrados ya permitan otras nuevas como una respuesta a la escasez, la disminución de la vida salvaje, u otras situaciones. Desgraciadamente, las primeras en particular, se han ubicado mayoritariamente dentro de un paradigma de conservación exclusivista que intenta separar a la gente de la naturaleza. Y simultáneamente el estado ha sido más bien generoso al abandonar ecosistemas críticos a proyectos de ‘desarrollo’ como minas y presas.

En este volumen, Kartik Shanker, Meera Anna Oommen y Nitin Rai señalan los problemas de tales paradigmas y cómo el neoliberalismo ha promovido de diversas formas la conversión de todo en mercancías. Ellos defienden un enfoque holístico que integre los ideales de conservación con la justicia social y medioambiental. Proponen una ecología de reconciliación que tenga como objetivo mayores valores de conservación para el campo y reconozca que las influencias étnicas y lingüísticas han dado como resultado paisajes heterogéneos, multiuso, con una increíble variedad de biodiversidad. Cualquier enfoque conservacionista tiene que aceptar el conocimiento comunitario y tradicional como un imperativo ético y moral para una justicia distributiva de manera que se puedan resolver una variedad de problemas que van de la desigualdad a la opresión.

Claramente, un enfoque de este tipo también pone en cuestión el modelo global de gobierno medioambiental en India. Sharachchandra Lele y Geetanjoy Sahu señalan que, aunque el país tiene muchas leyes para proteger el medio ambiente, ayudadas por un sistema judicial pro-activo (que ha interpretado incluso que el derecho constitucional a la vida incluye el derecho a un medio ambiente limpio), el estado actual del medio ambiente es deplorable. Actualmente, el gobierno medioambiental tiene cuatro problemas principales: el fracaso regulatorio, los límites al activismo judicial, la dominación de las ideas de crecimiento neoliberales y el supuesto que el conservacionismo es ecologismo. Ellos defienden que el futro del gobierno medioambiental tiene que empezar por aceptar el ecologismo como un modo de vida, esto es, calidad de vida, sostenibilidad y justicia medioambiental. Segundo, el diseño institucional debe ser reelaborado de manera que pueda abarcar objetivos biofísicos y justicia social. La mejor gobernanza medioambiental exige un cambio en el sistema de valores, preocupación por la justicia social y creer en el proceso democrático.

Un aspecto específico de los recursos naturales de India que se encuentra bajo una crisis seria y se está agravando es el agua. Tenemos esta situación extrañamente contradictoria en la que todas las culturas del país han venerado el agua como algo sagrado, han considerado los ríos o el mar como el lugar de nacimiento de la vida, y sin embargo hemos permitido en todas partes su degradación hasta convertirse en ecosistemas contaminados, invadidos, sobreexplotados o drenados. Hay una importante desigualdad en el acceso al agua para propósitos diversos. Ante la amenaza de crisis acuíferas en muchas partes de India, hacen falta cambios de paradigma en cómo gestionamos este elemento crucial de la naturaleza. Sobre esto escriben Srhripad Dharmadhikary y Himanshu Thakkar, señalando la necesidad de alejarse del extremo antropocentrismo y desigualdad del actual uso del agua hacia uno en el que el agua sea vista como una parte integral de los ecosistemas y se tengan en cuenta sus valores polifacéticos (culturales, de sostenibilidad y económicos). Hace falta un cambio fundamental hacia los valores centrales de sostenibilidad, justicia, eficiencia y democratización. Los autores nos dan algunos ejemplos de semillas de esperanza, tanto procedentes de fuentes oficiales como de actores no-gubernamentales, y sugieren elementos de una visión futura, así como su logro mediante cambios institucionales, la creación de ejemplos de éxito y su replicación a un nivel más amplio.

Un tema básico para un futuro ecológicamente justo y sostenible, y para una igualdad económica y social que trataremos más abajo, es el de la energía. El acceso a cantidades suficientes de energía es un determinante importante del bienestar humano. Ante el cambio climático, las fuentes de energía y los modos de generación se han convertido en algo extremadamente crítico. Harish Hande, Vivek Shastry y Rachita Misra abogan por la disponibilidad de tecnología para una energía limpia y asequible que pueda cumplir tanto los objetivos de desarrollo como de calidad del medio ambiente. Para ello es básica la promoción de la Energía Renovable Descentralizada (ERD), que nos ofrece una oportunidad de mejorar el acceso a modernos servicios de energía para los miembros más pobres de la sociedad. Este ensayo expone posibilidades para el futuro que implican a varios niveles políticos y los cambios financieros y tecnológicos necesarios para promover un desarrollo sostenible y una distribución igualitaria de los recursos. Para asegurar el acceso a la energía a las poblaciones diferenciadas de los centros urbanos rurales, los autores destacan iniciativas como la extensión e integración de DRE, la convergencia política hacia un desarrollo aldeano de bajo uso de carbono, el espíritu emprendedor en la industria energética como medio de sustento y los centros de recursos comunitarios. El futuro de la energía de India se encuentra en la creación de una economía colaborativa en la que se promuevan cambios en los modelos de consumo y que el acceso a los servicios de energía se considere más importante que la propiedad.

Futuros políticos

Las relaciones de poder son una parte integral de todas las interacciones en la sociedad, desde las interpersonales y familiares hasta la gobernanza mundial. Las relaciones se encuentran en una compleja telaraña de jerarquías, desigualdades y complementariedades. Para este volumen usamos el término ‘político’ de manera que incluya procesos e instituciones colectivos de toma de decisiones a varios niveles, desde la aldea y la ciudad (o colectivos dentro de estas) a estados, naciones y el mundo.

De muchas formas, India es una sociedad intensamente jerárquica, con desigualdades en el poder que se manifiestan en todas las esferas de la vida, desde la familia hasta el país. A las desigualdades tradicionales basadas en casta, etnia, género, riqueza y estatus en la jerarquía dominante se les ha añadido en época reciente la posición personal en la jerarquía del estado y el creciente dominio del capitalismo en el mercado. La interacción entre todas estas desigualdades es compleja y a veces contradictoria, pero la realidad predominante es la de una sociedad con intensas desigualdades de poder. La forma representativa de democracia que ha adoptado India no ha conseguido lograr un cambio fundamental en esta situación, a pesar de la ventaja potencial de que comunidades marginadas con grandes poblaciones tienen en una organización en la que la mayoría de votos pueden contar. Ante esta situación, ¿qué cambios son necesarios para conseguir una sociedad mayor acceso e igualdad política?

M.P. Parameswaran imagina una unidad rural que sea política, económicamente y en otros aspectos autogobernada. Lo describimos con más detalle en la sección «Futuros económicos» más abajo.

Pallav Das, en su ensayo sobre el poder, describe los contornos de las desigualdades, tradicionales y nuevas, y destaca que en respuesta a los intentos de cambiar el statu quo, el estado o las fuerzas afianzadas están respondiendo cada vez con más violencia. Investiga a continuación los intentos orgánicos de resistencia enraizados en las tradiciones de las comunidades, y se pregunta si estas nos muestran el camino a una estructura de poder igualitaria basada en «los comunes». Él propone que los movimientos populares y las fuerzas progresistas forjen una ‘Nueva Alianza de Poder’ que tenga la experiencia y la motivación para desafiar a la estructura de poder existente y su agenda económicamente explotadora y ecológicamente ruinosa.

Aruna Roy, Nikhil Dey y Pravita Kashyap, usan su enorme experiencia en organizaciones de base para conseguir un gobierno que responda más de sus actos para examinar los cambios necesarios en el marco democrático de India. El surgimiento y expansión de movimientos de masas que exigen transparencia, rendición de cuentas, salarios y derechos comunitarios, ha presionado los centros nerviosos de toda la estructura neoliberal. Campañas como la del Derecho a la Información y la de Empleo Garantizado han aumentado nuestra comprensión de la naturaleza y retos de la democracia participativa. Nos han mostrado que a pesar de una economía y política neoliberales lo que parecía imposible se ha conseguido. Proponen la idea de democracia directa, a través de una ‘coalición arcoíris de movimientos sociales de base’, en algunos aspectos similar a la propuesta de Das. Una coalición de este tipo permitiría el intercambio fecundo de ideas y resaltaría las complejas conexiones entre los derechos económicos, sociales y políticos con los derechos ecológicos.

Un aspecto específico de la estructura política es la ley. India tiene una Constitución compleja, uno de los mayores cuerpos legislativos del mundo, y un gran repertorio de interpretaciones judiciales de la ley, en sí mismas pioneras. En este contexto Arpitha Kodiveri examina las oportunidades y limitaciones de la ley, describe el abanico de factores (sociales, políticos, económicos y culturales) que la influencian, y hace un listado de los tres principales y sobrecogedores retos: el acceso a la justicia, la aceptación social de la ley y las múltiples formas de injusticia. Ella aboga por un futuro legal que luche por una democracia social, mediante la interacción de los principios de descentralización, igualdad e innovación en el sistema judicial. Propone abrir el poder legislativo y el judicial a la participación de los ciudadanos en la creación de la ley, así como en la resolución de disputas legales. Un punto central es la creación de centros de mediación que puedan interpretar un papel crucial en el establecimiento de una conexión constante entre la ley y la sociedad, sacando a relucir capas y nociones complejas de identidad.

Un tema recurrente en India, especialmente en los debates que tienen lugar dentro de la sociedad civil respecto a diversos aspectos de la sociedad, es la relación entre diferentes ideologías políticas, o diferentes tradiciones ideológicas y filosóficas que tienen ramificaciones políticas. El debate causa a menudo divisiones, cuando se toman posiciones ortodoxas y rígidas que llevan a Gandhi contra Ambedkar contra Marx contra cualquier otro, o a una religión y espiritualidad contra el racionalismo, o al cisma entre tradición y modernidad. ¿Hay forma de superar estas divisiones? ¿Se puede encontrar algo en todas o en muchas de estas ideologías que nos permita llegar a una gran síntesis, o a algún tipo de unidad en la diversidad que nos ayude a conseguir una sociedad igualitaria, justa y sostenible?

Aditya Nigam y Bharat Patankar se enfrentan a este reto de diferente forma. El primero se vale de algunos pensadores importantes indios de principios a mediados del siglo XIX para proponer el concepto de democracia social radical, una idea para el futuro que hace un llamamiento para un cambio en lo que Ambedkar llamaba la conciencia social de la gente. En su práctica, esto institucionalizaría la ética de la compartición, de manera que los recursos se conviertan en parte de los comunes. La democracia social radical lucharía por sistemas que no caigan víctimas de las oligarquías poderosas y permitirían por contra formas institucionales que puedan proporcionarnos un espacio para la pluralidad de visiones del futuro imaginado. Le daría a la gente, como poco, la oportunidad de tomar decisiones informadas cuando surjan cuestiones problemáticas que no puedan prestarse a soluciones fáciles. Sería un socialismo liberado del estado, ‘profundamente conectado con las prácticas reales de vida sobre el terreno y extrayendo sus principios y normas de ellas’. De esta y otras formas, un sistema de este tipo, liberado de las disputas históricas, podría integrar muchos ideales de Gandhi, Ambedkar, M.N. Roy, Iqbal, Tagore y otros pensadores críticos que de otra forma podrían ser vistos como contradictorios entre sí.

Patankar enfoca el problema desde el punto de vista de la teoría. Defiende una teoría crítica multilineal que reconozca la existencia humana como la combinación de diversas relaciones sociales, políticas, económicas y culturales, y surja de la multilinealidad [3] de la explotación, la evolución de las luchas y la evolución de los sueños de una sociedad futura. En su esfuerzo por desarrollar esta teoría crítica multilineal, Patankar saca ideas de los escritos de Ambedkar, Phule, Marx y Kosambi. Una sociedad de una humanidad liberada es un sueño que se puede hacer realidad, dice el autor, si el enfoque para la transformación total tiene la base de una teoría de este tipo.

Finalmente, es relevante para los futuros políticos una cuestión crucial: ¿cuál es el papel de la India en el orden mundial? Muchkund Dubey se enfrenta a esta cuestión poniendo el foco en las Naciones Unidas (ONU), con un rol fundamental en la creación de un mundo pacífico en el que gente de todos los países pueda prosperar. Él señala que los 60 y los 70 fueron una era dorada de la cooperación internacional. Sin embargo, al llegar los 90 las grandes potencias consiguieron debilitar esto mediante el desmantelamiento de la capacidad de la ONU de entregar bienes públicos a la comunidad internacional. Dubey aboga por una nueva gobernanza dinámica, democrática y multilateral del futuro orden mundial. Para ello es central restaurar y modernizar las funciones esenciales y aumentar la capacidad de la ONU. Debería convertirse en una voz para los pueblos mediante la participación efectiva de todos los países y organizaciones de la sociedad civil. También exigiría la democratización de los procesos de toma de decisiones en el FMI y el Banco Mundial, y traer la OMC al marco de la ONU, asegurando la rendición de cuentas de las corporaciones multinacionales, la vigilancia global y la regulación de los mercados financieros internacionales. El papel de India debería ser el de plantear una iniciativa para reestructurar el orden mundial construyendo una coalición global para una nuevo multilateralismo dinámico y democrático, que incluya el intentar subir a bordo a países como China (y los otros países del BRIC).

Futuros económicos

Aunque el origen de la palabra ‘economía’ se refiere a la gestión de la oikos (nuestro hogar/familia en griego), aquí nos referimos a ella principalmente como la gestión de materiales y finanzas. La economía de India, basada en una larga historia de producción primaria (agricultura, pastoreo, pesca, forestal) así como secundaria (textil, artesanía, trabajo de metales y muchas más) ha cambiado tras la Independencia desde un carácter predominantemente estatal (‘socialista’ al menos en parte) a uno predominantemente empresarial o estatal-empresarial (cada vez más ‘capitalista’). Si usamos los parámetros convencionales es hoy una de las mayores economías del mundo. Pero también está claro que este modelo de desarrollo económico que ha adoptado India no ha traído bienestar y prosperidad para todos y también parece ser insostenible, dados los recursos naturales y humanos de que disponemos. Esto es así aún con más razón con la economía globalizada hacia la que nos hemos dirigido, especialmente a partir de 1991 (Shrivastava y Kothari, 2012). ¿Es posible imaginar un futuro económico diferente en el que los problemas de extrema desigualdad, marginación de centenares de millones e insostenibilidad ecológica sean abordados y exista un bienestar sostenible para todos?

Bajo este tema tenemos ensayos que cubren el pastoreo, la agricultura y la alimentación, el desarrollo agroindustrial basado en la biomasa, la artesanía, la industria, la energía, la localización, el transporte y los mercados. Tomados conjuntamente despliegan aspectos cruciales de un futuro que puede ser económica y ecológicamente regenerativo y democrático.

El pastoreo, una forma de vida y una actividad para ganarse el sustento, precede a la agricultura estable. Ilse Köhler-Rollefson y Hanwant Singh Rathore, este último un pastor él mismo, sacan a relucir la contribución que hace tanto a la economía como a los sistemas ecológicos en India, aunque muy a menudo pasa inadvertido. Es un sistema de producción de alimentos perspicaz desarrollado por ganaderos mediante la observación y el conocimiento durante muchas generaciones. A pesar del nexo natural con la economía verde, esta población no está fuertemente organizada y reemplazada por la producción industrial. Los autores abogan por un medio ambiente propicio que pueda integrar la producción pastoral con la conservación de la naturaleza, asegurar un espacio para los pastores en el paisaje y desarrollar la combinación de una producción ganadera con la protección ambiental como una ‘carrera’ atractiva para los jóvenes. Según ellos, el futuro de la producción pastoral será una forma descentralizada de cuidado del ganado y de uso óptimo de la biomasa local. También proponen vías -como la documentación de la producción ganadera indígena, un marco de desarrollo del cuidado del ganado alternativo y el desarrollo de cadenas de valor- para promover y apoyar el pastoreo.

La agricultura (el cultivo), otro sector primario de producción, está íntimamente ligada a la seguridad alimentaria, los medios de sustento y la ecología, aunque desde la introducción de la revolución verde en la agricultura esta relación está cada vez más amenazada debido a que cada vez más es una agricultura basada en la comercialización y en elevadas aportaciones externas. Bharat Mansata, Kavitha Kuruganti, Vijay Jardhari y Vasant Futane (tres de ellos granjeros a tiempo parcial o total) esbozan brevemente la historia de las raíces de alimentación y cultivo de antiguos bosques y su seguridad alimentaria para las comunidades dependientes de los bosques. Los paradigmas políticos gubernamentales han ignorado los sistemas de conocimiento tradicional y los conjuntos de destrezas de los granjeros, especialmente mujeres, y adivasis. Estos autores abogan por un futuro que asegure Anna Swaraj (soberanía alimentaria) y seguridad alimentaria para todos, medios de ganarse el sustento dignos para los granjeros, sostenibilidad ecológica y coevolución. Un punto central en esta propuesta es la agricultura ecológica, biodiversa, -una vía de agorecología basada en la gestión cuidadosa de los recursos naturales por parte de granjeros a pequeña escala- de la que se presentan varios ejemplos. Esta vía reduce la vulnerabilidad ante las fluctuaciones y las condiciones climáticas extremas y aumenta la autosuficiencia hacia la soberanía alimentaria.

La artesanía nos ofrece una transición desde los sectores primarios a los secundarios de la economía. Hay dos ensayos sobre sectores secundarios: artesanía e industrias. Según Uzramma, las industrias artesanas en India han conservado su relevancia a lo largo de la Era Industrial a pesar de la dominación de la producción industrial con alto uso de energía. Esto da una oportunidad a India para sortear la opción de industrialización con alto uso de energía que beneficia solo a unos pocos en favor de industrias artesanas dispersas con bajo consumo energético que podrían abrir paso a la democracia en la producción, una pieza fundamental para una verdadera igualdad social. Las industrias artesanas usan una infraestructura de bajo coste y necesitan poca inversión de capital, lo que hace posible que la propiedad de la producción esté ampliamente repartida. Con la inminente amenaza del cambio climático, las industrias artesanas con bajo consumo energético de la India ganarán en viabilidad. Los productos artesanos tradicionales indios, como la herencia de prácticas artesanas de otras civilizaciones, encarnan trazos culturales específicos que les dan una identidad distintiva, muy valorada en los mercados contemporáneos. En reconocimiento de todos estos aspectos, los derechos democráticos de los productores a materias primas, financiación institucional y la propiedad legal de las identidades de sus productos específicos deben ser garantizadas por el estado.

Duno Roy empieza su ensayo sobre la industria y los trabajadores industriales con una breve historia de la industrialización en el mundo y las pautas paralelas en India. En el sector organizado, formal, de la industria india las leyes laborales son algo funcional, principalmente debido a la fortaleza de la fuerza de trabajo organizada. Los trabajadores en el sector informal están auto-empleados – no hay un empleador con el que negociar, falta de acceso al crédito, transporte, mercados, destrezas y espacio para continuar este modo de ganarse el sustento-. Luego tenemos el sector ‘ilegal’ en el que los trabajadores no tienen ni siquiera la mínima protección de la ley pues se consideran ilegales. Trabajadores de todos estos sectores han estado mostrando de manera creativa su oposición a la desinversión y la reestructuración, la privatización y la inversión extranjera, la negativa a los derechos de organización y a sueldos justos, las reformas de los contratos y las leyes laborales, las demoliciones y los desahucios. Esto ha avivado la resistencia a la estrategia empresarial-estatal de división y consolidación. Sin embargo, según Roy, el futuro del trabajo industrial se encuentra en un cambio radical de dos determinantes esenciales de la sociedad capitalista, a saber, la competencia y el beneficio. El ensayo proporciona algunos ejemplos de movimientos que han intentado plantear un desafío a estos determinantes, pero el problema real se encuentra en la ausencia de una política y teorización que pueda ir más allá de estos intentos por parte de los trabajadores y plantee un reto y cambio de todas las estructuras de explotación, desigualdad e injusticia.

El discurso acerca de las reformas económicas -liberalización, privatización y globalización- en el país ha ido más allá de la mera crítica hacia la articulación así como la fundamentación de ideas y enfoques alternativos. Hay varios ensayos que tratan este importante tema, discutiendo posibilidades de economías regionales y locales, y la conceptualización de bazaars para intercambios locales.

Según Aseem Shrivastava y Elango Rangasamy, la economía empresarial de mercado ha equiparado desarrollo con crecimiento económico y eso ha llevado a un enorme daño ecológico y a la destrucción de comunidades humanas. La globalización ha dado como resultado la centralización del poder en unos pocos países y empresas, quienes regulan la estrechamente interconectada economía empresarial. El ensayo aboga por la localización y regionalización de economías que sean ecológicamente estables y renovables. Esto significaría grupos de 20-30 aldeas, con una ciudad como centro, que sean colectivamente autosuficientes y una academia de panchayat como institución crucial para el aprendizaje. Una economía de este tipo será una ‘Economía de Crecimiento en Red’. El ensayo enumera estrategias para conseguir una nueva estructura económica descentralizada, con la que desafiar a la economía industrial y globalizada. Uno de los ejemplos que se dan es la aldea de Kuthambakkam en Tamil Nadu, que se apoyó en la visión de Gram Swaraj cuando Elango, uno de los autores de este ensayo, fue sarpanch (jefe de aldea). La aldea disfruta hoy de buenas carreteras de cemento, un sistema de drenaje efectivo, agua potable segura, medios de vida basados en la manufactura y una iluminación de las calles con un uso eficiente de la energía, además de casas pucca (con buenos materiales, nota del tr.). Esta aldea es un ejemplo de una economía descentralizada, ecológicamente más sensata y renovable.

Relacionado con esto está también el ensayo de K. J. Joy sobre cómo la estrategia basada en la biomasa puede revitalizar o regenerar la economía y la ecología rurales, abriendo una vía de desarrollo sostenible y justa. Si una familia típica de cinco personas puede o producir o conseguir acceso a unas 18 toneladas de biomasa, puede entonces cubrir todas sus necesidades de alimentación, forraje y combustible y aún puede quedar suficiente para un desarrollo agroindustrial en las áreas rurales con un uso eficiente de la energía. El ensayo detalla cómo la fibra de la biomasa se puede utilizar en sectores de infraestructuras como agua, edificios, carreteras, etc. Con tecnologías ya disponibles que tienen importantes ventajas en costes, ahorro de energía, empleo y participación sobre las tecnologías convencionales. Si se pueden también introducir fuentes de energía renovables, la energía necesaria para procesar la biomasa también se convierte en algo disponible de una manera dispersa. El autor propone un concepto de unidades de producción integrada con generación de energía (UPIGE) para todo esto.

M.P. Parameswaran lleva más lejos las posibilidades mencionadas más arriba con una visión de largo alcance de una aldea autosuficiente vibrante en la Kerala de 2047. Basada en los movimientos populares y la inspiración combinada de Gandhi, Jayaprakash Narayan y Marx, la aldea se ha planteado como objetivo el aumento de una longevidad libre de morbilidad hasta que se alcance un equilibrio entre la tasa de natalidad y la de mortalidad y la población se estabilice, aumentando la libertad de la dependencia del trabajo alienado, y aumentando la igualdad, la diversidad y la tolerancia. Esto se consiguió con el aumento del proceso de planificación descentralizada ya experimentado en Kerala, en el que la gente escoge a sus propios candidatos en lugar de permitir que lo hagan los partidos políticos. Este proceso estuvo apoyado por un esfuerzo importante por parte de una educación alternativa mediante un conjunto de profesores dedicados, seguridad social para niños y ancianos, un sistema de agricultura cíclica que permita la seguridad alimentaria, la manufactura local de toda una serie de productos (intercambiados con otros productos en los panchayats vecinos), la redistribución de los hogares desocupados a aquellos que no dispongan de una vivienda adecuada, y una autosuficiencia descentralizada del agua y la energía. La combinación de una base rural con algunas comodidades urbanas convirtieron el área en rurbana. Hubo que superar varios obstáculos en el camino, algo que se hizo con un potente diálogo democrático y la generación de conocimiento.

Rajni Bakshi resume brevemente 2500 años de historia para señalar las características de la cultura de mercado india. Según ella, las ideas contemporáneas de crecimiento y avance económico han cambiado tanto los modos como las relaciones de producción. En una cultura de mercado de acumulación ilimitada, es necesario explorar la posibilidad de una cultura basada en la idea de suficiencia y bien común. El ensayo visualiza una economía a nivel de aldea, que será autosuficiente para lo esencial y capaz de expandir el espacio para un intercambio no monetario. Una economía de este tipo tendrá sistemas de protección y revitalización de los recursos naturales basados en la comunidad. El punto inicial de este bazaar es cambiar desde la aspiración a la acumulación a una ética de los comunes y los bienes públicos.

La ciudad india se enfrenta a múltiples crisis, incluidas las abismales condiciones de vida de la mayor parte de sus residentes, especialmente los pobres. También causa múltiples crisis fuera de sus límites, en su relación parasitaria con la aldea. ¿Cómo se puede cambiar esto?

Rakesh Kapoor considera los principales desafíos a los que la India urbana se enfrenta en las próximas tres décadas y más allá, entre los que se incluye una pobre infraestructura, un suministro de agua y electricidad muy inadecuado, chabolismo, eliminación de residuos y un pobre transporte público. Entre las causas subyacentes de estos problemas se encuentra una gobernanza pobre, debilidad financiera, la falta de innovación y los esquemas populistas. Al defender que una mejor calidad de vida para los indios -urbanos y rurales- requiere desviarse de manera fundamental de los actuales enfoques, marcos mentales e instituciones, Kapoor sugiere una visión radicalmente diferente para la India urbana plus rural de 2047, basada en las ideas de una urbanización dispersa con pequeñas ciudades y centros de desarrollo y formación, mecanismos innovadores para la financiación, autoridades públicas a múltiples niveles para regular el uso de la tierra y el agua, dar poder a los cuerpos locales urbanos (CLU) o gobiernos locales urbanos (GLU) para un gobierno descentralizado, innovación en el uso sostenible de los recursos y soluciones en las áreas urbanas para crear ciudades «regenerativas» e «inteligentes» y vías con bajo consumo de carbono. Este futuro sugerido estará basado en el uso extensivo de fuentes de energía renovables, una mínima generación de desechos, una huella ecológica mínima, la provisión de viviendas decentes para todos los ciudadanos y resiliencia frente a los desastres. Kapoor destaca que el reto definitivo para los indios, incluidos los líderes políticos, es, antes que nada, tener una visión de otro futuro para la India urbana plus rural, y luego llevar a todos los miembros de nuestra población a conseguir esta visión.

Uno de los sectores cruciales de la India urbana es el transporte. Aunque la mayor parte de las ciudades tienen una extensa planificación urbana, a pesar de todos los pasos elevados, ampliaciones de carreteras y otros proyectos de infraestructura viaria, el problema del tráfico se está intensificando cada año que pasa. Sujit Patwardhan explora la escena contemporánea, y detalla la visión para el futuro del transporte en la India urbana. Según él, la planificación del transporte en India ha estado centrada predominantemente en el coche, dando como resultado el desplazamiento de la bicicleta, los carros y otros modos de transporte público. También ha dado como resultado mayores tasas de aumento de los niveles de contaminación. El ensayo propone un transporte sostenible centrado en la gente que pueda hacer de la ciudad algo placentero y seguro, donde la gente pueda caminar, circular en bicicleta y llegar a sus destinos sin la dependencia de los automóviles. Es fundamental para ello una planificación urbana centrada en el medio ambiente que promueva formas compactas de desarrollo residencial, una dependencia reducida del transporte en automóvil, una planificación de un uso mixto de la tierra, la protección de los valores naturales de la ciudad y una efectiva gestión de los recursos.

Unos futuros sostenibles y justos están estrechamente vinculados, entre otras cosas, a las elecciones tecnológicas que haga una sociedad. Dinesh Abrol se enfrenta con la cuestión de la tecnología dentro de un marco más amplio de economía política. Los sistemas tecnológicos contemporáneos están guiados por la producción de conocimiento neoliberal dominante, que es extremadamente extractiva sobre la naturaleza y da como resultado una desigualdad creciente. Las instituciones de investigación y desarrollo están centralizadas y han cerrado sus puertas a formas alternativas de ciencia y tecnología. Por ejemplo, los ecosistemas y paisajes agrarios se han degradado drásticamente debido a los actuales modelos de monocultivo y una agricultura con un uso intensivo de productos químicos. Hoy, India se enfrenta a una creciente dependencia del modo de producción y consumo capitalista. El ensayo explora alternativas tecnológicas en agricultura y programas de industrialización rural, transporte sostenible, el sector de la energía y la vivienda o el desarrollo de hábitats. Exhorta a estrategias que prioricen el proceso de desarrollo de cambios en las estructuras dominantes y en las normas de consumo culturales existentes, por parte de protagonistas comprometidos a luchar por democracias populares y democracias socialistas. Las necesidades básicas del campesinado y la clase obrera son su prioridad. El ensayo aboga por alternativas tecnológicas que puedan interpretar un papel importante en lo anterior, y que puedan desencadenar una transformación radical de los sistemas socio-técnicos, guiados por una transformación ecológica guiada por la igualdad social con portadores de alternativas sociales de innovación y desarrollo.

Futuros socio-culturales

Las antiguas características civilizatorias de India están cambiando rápidamente bajo la influencia de la modernización, pero sin embargo siguen dándonos unos cimientos y continúan siendo un factor en la vida cultural y social. Abundan las contradicciones y las complementariedades en las relaciones de casta, clase, género, edad, etnicidad, capacidad, geografía, parentesco, demografía, sexualidad y en la interacción entre tradición y modernidad. Profundas desigualdades y explotación se encuentran al lado de igualmente fuertes solidaridad y armonía. En lo que parece ser una cada vez más confusa complejidad, ¿qué futuros se pueden imaginar que minimicen los conflictos y maximicen la complementariedad, en los que la diversidad sea más una fuente de fortaleza que de división?

La sección de futuros socio-culturales tiene ensayos que tratan del lenguaje, el arte, los medios de comunicación, el conocimiento, la salud, la sexualidad, los dalits y las castas, el género, los adivasis y las minorías. La mayor parte también abarcan las esferas económica, política y socio-cultural.

Un aspecto crucial de la cultura es el lenguaje. India es una tierra de al menos 780 idiomas vivos -una de cada ocho lenguas en el mundo-. Según Ganesh Devy, los idiomas son visiones del mundo más que simplemente modos de comunicación y la falta de este reconocimiento junto con la insistencia en la viabilidad económica, ha dado como resultado la desaparición de muchas lenguas indígenas. La revolución tecnológica desde el punto de vista de la comunicación ha afectado profundamente la forma en que el mundo moderno se comunica, y varios grupos étnicos y culturales se enfrentan a la amenaza de la eliminación. El ensayo defiende que tenemos que apoyar idiomas que no son populares o estén en la cultura dominante o no hayan llegado a las ciudades. Esto significaría emplear iniciativas para proteger las lenguas con mucha mayor extensión, como por ejemplo mantener bibliotecas electrónicas, sociedades literarias e iniciar revistas de y para lenguas indígenas. India podrá enfrentarse al reto de asegurar su gran diversidad de lenguas únicamente si acepta su identidad multilingüística y multicultural.

Las oportunidades de aprendizaje y educación están en el corazón de la cultura (y mucho más de lo que contiene este libro). Tultul Biswas y Rajesh Khindri señalan que la educación interpreta un papel crucial en la transmisión de ideas, experiencias de vida, cultura, conocimiento, lenguaje y demás, de una generación a la siguiente. La escuela, una agencia para impartir educación, se convierte en un sitio vital para estas transmisiones. Sin embargo, los sistemas escolares son también responsables de reforzar las desigualdades y prejuicios que ya son prevalentes en la sociedad. El disfuncional sistema escolar público en India está poblado por estudiantes de los sectores más marginados de la sociedad. Por otra parte, las escuelas privadas reflejan la sociedad india altamente estratificada por clases, y ni si quiera se relacionan con estudiantes de los sectores marginados. Esta estratificación se amplía aún más con las desigualdades de casta, religión y género que están profundamente incrustadas en la sociedad india. La educación ha sido reducida a un negocio y no hay espacio para el desarrollo creativo y holístico de un niño. Inspirado por las ideas de Avijit Pathak, este ensayo defiende como visión del futuro de la educación que se puedan abrir oportunidades y liberar el potencial para el desarrollo de una educación equilibrada, justa y receptiva a estudiantes y profesores. Algunos ejemplos de unas cuantas iniciativas que se han alejado de la estructura escolar convencional y han abierto nuevas vías de creación de un ambiente interactivo, inclusivo, con final abierto, muestran que este futuro, aunque difícil, es posible.

Sudha Gopalakrishnan explora la herencia y la representación contemporánea del arte (limitándose a las artes escénicas) en India. India ha sido tierra de diversas formas artísticas tradicionales como artes, teatro, danza y música. Estas han sido también lugares de resistencia y de ridiculización de la clase dominante. Sin embargo, un enfoque orientado al mercado de las artes escénicas ha degradado el legado de las formas artísticas y las ha reducido a meros fines económicos. El ensayo argumenta que el futuro del arte tiene que equilibrar el significado específico del contexto con la relevancia para un mundo mayor. Este tipo de ‘equilibrio’ se puede dar creando espacios públicos, colectivos y organizaciones que trabajen explorando y conservando culturas locales. El arte también tiene que transgredir fronteras más allá de lo establecido/convencional para permitir el flujo cultural. También puede ser archivado y conservado sistemáticamente. Una nueva posibilidad para el arte implicaría reconocer su potencial renovable o algo que crea valor.

Paranjoy Guha Thakurta busca qué deberían esforzarse por llevar a la esfera pública los medios de comunicación alternativos y también cómo hacerlos más receptivos a los segmentos de la población y a los temas a menudos dejados fuera por los medios de comunicación empresariales enfocados a conseguir beneficios. La emergencia de oligopolios en los media indios ha dado como resultado la pérdida de heterogeneidad y pluralidad. Se han convertido en algo insensible y han restringido su cobertura sobre temas como la agricultura, los dalits, los campesinos marginados y el medio ambiente. La digitalización de los medios ha dado como resultado un flujo de información transformado a pesar de la brecha en el acceso a la información en todo el mundo, y da esperanzas de un futuro democrático. Un escenario ideal sería que la recopilación y difusión de la información en el mundo digital no estuviese controlada por unos pocos poderosos, sino que ciudadanos normales del país interesados reuniesen y difundiesen información regulada por un cuerpo independiente, que pueda disuadir a periodistas descarriados. Este ensayo sugiere la necesidad de que gente con diferente historial, aunque con las mismas convicciones, se unan. Los profesionales de los medios deberían colaborar con informantes, representantes de la sociedad civil y activistas políticos para publicar verdades incómodas y conseguir mayor transparencia.

Según Rajeshwari Raina, en la era del neoliberalismo el conocimiento se ha reducido al simple logro de fines económicos. Un establishment científico y técnico muy centralizado solo sirve al estado y a las empresas del sector privado. La gestión política, la educación superior, la investigación científica, la producción de mercancías, todas las empresas del conocimiento aceptan la versión monetizada del conocimiento. El ensayo imagina un futuro del conocimiento en India basado en valores democráticos y sistemas de conocimiento radicados en la comunidad. Este sistema integraría y descentralizaría las interconexiones entre diferentes recursos naturales, sociales, físicos y financieros. Para ello es imprescindible la creación de acuerdos institucionales que integren diversos sistemas de conocimiento y respeten los principios de igualdad y justicia. La comunidad científica tiene que movilizarse para hacer el tipo de ciencia correcta de formas democratizadas, descentralizadas, con capacidad de inclusión y deliberación. Esto se relaciona estrechamente con el ensayo de Abrol sobre tecnología.

Abhay Shukla y Rakhal Gaitonde dicen que la historia del desarrollo del sistema sanitario en India está marcada por constantes diferencias entre la retórica expresada en los documentos políticos y los recursos reales asignados para la puesta en marcha de estas políticas. India tiene políticas como la Misión Sanitaria Rural Nacional, basada en un modelo de planificación participativa y gobierno comunitario, pero la aplicación se tambalea por la lógica de la mercantilización del sector de la salud en un marco neoliberal. El ensayo aboga por un Enfoque de Sistemas Sanitarios para moverse hacia la democratización del sistema público de salud y la socialización del sistema sanitario privado. Fundamental para este enfoque es el Sistema Universal de Asistencia Sanitaria (SUAS) que lleva a la gran mayoría de proveedores públicos y privados sanitarios a un único sistema integrado que incluya múltiples sistemas sanitarios. Este sistema estará financiado y gestionado públicamente. SUAS exigirá cambios radicales en el suministro, gestión y financiación de manera que pueda asegurar el libre acceso a una asistencia sanitaria de calidad para toda la población, a la vez que se asegura un ingreso decente y seguro y la satisfacción profesional a los profesionales sanitarios.

Una de las cuestiones con las que ha luchado siempre la filosofía es: ¿qué es lo que hace que nuestras vidas tengan sentido? Arvind Narrain lo investiga desde la perspectiva de múltiples sexualidades, destacando que la respuesta que da el capitalismo tardío es el consumo, que proclama que satisface diversas (creadas) necesidades humanas. La naturaleza profundamente insatisfactoria de esta afirmación es mucho mejor expresada por el antihéroe de American Psycho de Brett Easton, quien descubre que una existencia en la que ‘consumir’ es la definición exacta de lo que significa ser humano, mata al humano en tu interior. Este ensayo está escrito con el espíritu de intentar descifrar cómo uno consigue dar significado a la vida en la edad contemporánea. Aunque hay muchas respuestas posibles, este ensayo defiende que al menos dos conceptos son profundamente importantes para la existencia humana. El primero es la idea del amor por una persona y el segundo es la idea de amor en un sentido más amplio, que se puede caracterizar como el amor a la justicia o la empatía con alguien que sufre. Los dos conceptos se exploran biográficamente yendo a tres vidas queer vividas en los márgenes del consenso social, en concreto, las vidas de Swapna y Shecheta así como la de Chelsea Manning.

Los dalits han vivido en las condiciones más inhumanas a lo largo de la historia. Según Anand Teltumbde, el movimiento dalit no ha conseguido reconocer la conciencia de clase, de manera que incluso políticas como las reservas solo han beneficiado a los sectores más acomodados de los dalits. La mayor parte de los dalits todavía no tienen acceso a la educación básica, la salud, el empleo, los derechos democráticos y los valores modernos, puesto que las identidades de casta siguen dominando la esfera pública india. Es fundamental para su visión la abolición de la conciencia comunal y de casta en los espacios públicos para que la humanidad pueda marchar hacia una sociedad basada en los principios de libertad, igualdad y fraternidad. También ofrece una agenda de diez puntos para esta transformación, que incluye la ilegalización de las castas, la abolición de las reservas políticas, la separación de la política y la religión, la congelación de las reservas a la población actual y su puesta al día, mantener la justicia distributiva como su núcleo y la adopción del sistema de representación proporcional.

Si podemos imaginar una India libre de castas, ¿podemos también imaginar un futuro sin desigualdades de género y patriarcado? Sí, es posible, dice Manisha Gupte. Las ideas patriarcales que legitiman el control de los hombres sobre la producción, reproducción y sexualidad de las mujeres dominan el mundo actual. La autora destaca vislumbres de una India sin géneros binarios y patriarcado. Una sociedad sin géneros binarios rechazará las interacciones sexuales como transacciones cargadas de poder; la gente tendrá derechos reproductivos y sexuales; las mujeres tendrán un acceso libre y seguro a espacios públicos y privados y las desigualdades relacionadas con casta, clase y religión serán abolidas. El ensayo defiende un enfoque intersectorial (de clase, casta, patriarcado, etnicidad) y volver a imaginar la política a través de las realidades vividas de los subordinados, para luchar por los problemas de desigualdad e injusticia. Esto obligará a eliminar cualquier tipo de jerarquía relacionada con la casta, el género, la clase, la etnia y la sexualidad y fortalecerá los valores de igualdad, participación democrática, poniendo en el centro de la escena el conocimiento y la sabiduría de gente que es testigo y experimenta la discriminación.

Otro grupo marginado en India son las minorías étnicas (incluidas las religiosas). Irfan Engineer investiga la evolución de las identidades religiosas en la India colonial y postcolonial y el consiguiente debilitamiento de la vida comunitaria. Debido a la profundización de la conciencia comunal por parte de algunos actores culturales, han aparecido prejuicios y disputas más fuertes. La Constitución de India ha garantizado privilegios más fuertes a las minorías sin reconocer la diferente intensidad con la que experimentan la discriminación y la marginación. Por otra parte, los ‘fundamentalistas’ han usado estos vacíos legales para crear malestares comunales. Tomando el ejemplo de un comité de Mohalla (Barrio) en Bhiwandi, el ensayo propone la creación de redes sociales locales y grupos de comunidades diversas para resolver las tensiones comunales. Según él, resulta difícil imaginar el futuro de las minorías bajo el régimen político actual y una sociedad dominada por las ideas capitalistas de desarrollo. No obstante, junto con la lucha por la justicia social, la inclusión y el sustento, este ensayo imagina una lucha por la democratización de la cultura. Esto significaría una lucha intra-entre comunidades y la deconstrucción de identidades por parte de los marginados, de manera que la diferenciación entre la mayoría y la minoría se vuelva irrelevante.

Los adivasis han estado entre los más marginados en India, perseguidos de maneras diversas, desposeídos, abandonados, vilipendiados y mirados por encima del hombro. Gladson Dungdung destaca esta realidad en su ensayo, mostrando las muchas formas en que los adivasis no han sido nunca tratados como ciudadanos iguales y su historia raramente ha sido parte de la narrativa dominante de qué es India. En los últimos tiempos la alienación de los adivsasis de sus tierras por el proceso globalizado de desarrollo se ha vuelto más aguda. No puede sorprender que muchos de ellos se pregunten si alguna vez han conseguido la independencia. Hasta el enfoque de bienestar por parte del estado hacia los adivasis ha sido inapropiado y ha violado su cultura (incluidas sus lenguas), las conexiones ecológicas, los sistemas de gobierno y la autonomía. En este contexto, Dungdung pinta un futuro alternativo que contendría autonomía territorial, bienestar o vías de desarrollo según sus propias visiones del mundo y aspiraciones, acciones sobre los problemas urgentes de salud y educación, que las comunidades recuperen sus tierras perdidas, territorios y recursos, y pleno derecho a la autodeterminación, la autosuficiencia y el autogobierno. A través de esto, Dungdung dice que quizá los adivasis ‘también pueden ayudar al resto de la sociedad india a llegar a ser más igualitaria, justa y ecológicamente sostenible’.

¿Surge una visión coherente?

Dado el amplio conjunto de temas tratados y los diversos historiales y orígenes de los autores, no se puede esperar que haya una visión común que surja de este volumen. De hecho, puede que ni siquera sea deseable, porque no hay razón para priorizar una sola visión sobre la pluralidad. No obstante, pensamos que algunos trazos comunes, como la búsqueda de la sostenibilidad ecológica y la justicia y la igualdad socio-económicas, la exploración de una democracia más profunda y que rinda mejor cuentas y la celebración de diferentes clases de diversidades (sin dejarnos caer en la división), se muestran como denominadores comunes a lo largo del volumen. Admitimos que en parte se debe a la elección de autores que hemos hecho como editores, pero solo parcialmente, porque en muchos casos no éramos plenamente conscientes del tipo de posiciones que iban a adoptar. Los factores complejos y complicados están, sin embargo, en el detalle de lo que la gente ha dicho sobre sostenibilidad e igualdad y justicia, no solo los grandes rasgos.

Tratamos de este análisis de grano fino, incluyendo en él nuestras propias perspectivas, en el ensayo final. Hemos elaborado allí cómo podría ser India en 2100, contado por una mujer dirigiéndose a una gran reunión que tuviese lugar simultáneamente en muchos sitios. Habla de una civilización basada en cinco esferas cruciales entrecruzadas: democracia política directa en la que todo el mundo tenga el derecho, la capacidad y foros en los que formar parte en el proceso de toma de decisiones; democracia económica en la que los medios de producción y las formas de consumo están controlados públicamente (‘público’ significando aquí colectividades de gente, no el estado), la autosuficiencia local tiene prioridad sobre las relaciones económicas a gran escala y las relaciones de cuidado y de compartir vuelven al centro del escenario en lugar de las monetarias o mercantilizadas; justicia social que lucha por la igualdad y el respeto mutuo entre los diversos sectores de la población así como la abolición de las categorías divisorias como la casta; diversidad cultural y del conocimiento en la que todas las formas de conocer y ser son respetadas; y todo ello construido sobre una base de sostenibilidad ecológica, resiliencia y sabiduría que incluye reconstruir una relación de respeto y unidad con el resto de la naturaleza. Ella da varios ejemplos de principios del siglo XXI que nos dan ya una pista de qué transformaciones fueron posibles. No es un cuadro en el que todo sea rosa y positivo, pero sí uno en el que los procesos de igualdad, justicia y sabiduría ecológica se han afianzado firmemente y ya se han conseguido bastantes transformaciones.

¿Utopías imposibles?

Algunos lectores de este volumen probablemente serán críticos con la naturaleza a menudo ‘utópica’ de las visiones expresadas por los autores. Quienes plantean estos futuros son acusados de ser ingenuos soñadores, poco realistas, viviendo en sus propios mundos. Esto es comprensible, porque somos conscientes continuamente de la seria situación en la que nos encontramos, lo difícil que es hacer incluso pequeños cambios y mantenerlos… y para aquellos con conocimientos históricos, cuántas revoluciones han empezado con visiones similares pero fracasaron en el intento de conseguirlas.

Es comprensible, sí, pero no, lo mantenemos, justificadamente. Los movimientos basados en ideales de igualdad, justicia, sostenibilidad ecológica, ecuanimidad, paz, etc., pueden haber fracasado en el intento por conseguir estados ideales, pero han empujado hacia espacios abiertos para transformaciones importantes. Solo hay que ver los movimientos de las mujeres, o las luchas de los pueblos indígenas o de los etiquetados como ‘discapacitados’, o las de aquellos que han luchado por reformas democráticas, o quienes se sacudieron las cadenas coloniales para darse cuenta de cuánto han conseguido. Si los pioneros de estos movimientos hubiesen abandonado sus sueños tan pronto como chocaron con el primer obstáculo, o incluso antes de eso por prestar atención a los escépticos que los rodeaban, no hubiéramos visto tales transformaciones.

Diversos acuerdos internacionales, y las Constituciones de muchos países, contienen elementos utópicos. Pero no los descartamos rotundamente. Al contrario, se convierten en documentos que guían la acción y la política para ir hacia adelante, o para resistir cuando los derechos humanos y las violaciones ecológicas se producen. Los documentos visionarios pueden ser faros de luz que podemos ver en la distancia cuando luchamos a través de la niebla de una noche oscura, puesto que al menos nos dan alguna esperanza de una dirección a la que dirigirnos. Hemos estado reprimidos, durante demasiado tiempo, por ideas de lo que es ‘práctico’ y ‘realista’, privándonos del poder de soñar. Nosotros defendemos que este acto de soñar, de imaginar, es un ejercicio completamente legítimo y necesario, especialmente en el contexto actual de desesperación y cinismo atascado en la ciénaga de la realidad material.

Como dijo el director de cine argentino Fernando Birri, citado por Eduardo Galeano:

«La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. Entonces , ¿para qué sirve la utopía? Para eso: sirve para caminar-» [5]

En cualquier caso, aquellos que nos venden la quintaesencia del Sueño Americano, donde todos tendremos una inmensa riqueza económica y lo último en coches y una casa automatizada y demás, están demostrando estar vendiéndonos no solo imposibilidades sino también una avaricia demencial por adquisiciones materiales como algo que proporciona la «buena vida». Es una pesadilla, no un sueño: el planeta simplemente no puede mantener estas promesas, y las enormes desigualdades que se están creando al intentar conseguirlas nos están llevando a peligrosos conflictos sociales. Y así, como uno de nosotros escribió anteriormente en asociación con otro colega: «Entre la vía aparentemente ‘imposible’ (de una democracia radical ecológica) y la manifiestamente descabellada, preferimos la primera» (Shrivastava y Kothari, 2012).

Lo que este libro no cubre

Por diversos y de amplio espectro que sean los ensayos de este volumen, sigue habiendo grandes huecos y limitaciones en la cobertura. Éramos conscientes de algunos incluso cuando los estábamos pidiendo, y hemos identificado algunos más en el camino. Temas como la espiritualidad, la religión y otros aspectos de la cultura (que no sean el lenguaje), o faltan o se han tratado indirectamente. De los ocupaciones del sector primario la pesca está completamente ausente. Los derechos humanos [6], y dentro de estos el elemento específico de los derechos de los niños o de la gente ‘diferentemente capacitada’ son otro hueco temático, como lo es el de los derechos a la tierra y a los comunes. Las minorías en otras áreas que no sea la religión tampoco se han tratado. No hay un foco específico sobre la juventud. Un ensayo sobre macroeconomía hubiera sido un añadido útil, como lo hubiera sido uno sobre el futuro del trabajo. Y los deportes y entretenimientos siguen desatendidos -¡de alguna manera no fue nunca parte de nuestro campo de visión hasta que fue demasiado tarde! Finalmente, varios ensayos cubren una parte de los temas que les ocupan, no necesariamente exhaustivamente, en parte debido a restricciones de espacio, en parte dependiendo de la experiencia del autor.

Aunque los ensayos no se centran en regiones concretas, es evidente que en su cobertura geográfica colectiva hay huecos, como el noreste de la India y la comunidades isleñas.

Los lectores sin duda encontrarán otros huecos, cuya única responsabilidad recae sobre los editores. Comprendemos también que para cubrir todo el rango de temas y sectores hubieran sido necesarios varios volúmenes. Con suerte, este volumen puede estimular que se escriba y dialogue más, cubriendo temas y regiones, en un proceso continuo de cómo imaginar el futuro de India.

Finalmente, debería estar claro pero no obstante vale la pena decir que ni este volumen ni ninguno de los autores en él reclaman ser la visión definitiva o la voz sobre los temas tratados. En cada uno de estos temas puede haber diferentes perspectivas, mucho más cuanto estamos hablando de visiones posibles del futuro, no solo análisis de lo que ha pasado y lo que existe actualmente. Tampoco se dice que todas las perspectivas y visiones presentadas aquí sean coherentes entre sí. No obstante, nuestra esperanza es que este conjunto de aproximadamente 30 ensayos proporcione algunos elementos de una visión colectiva coherente basada en los elementos comunes de justicia, igualdad y sostenibilidad, y estimule más reflexiones y pensamiento y diálogo, para hacer que esta visión sea más robusta, inspiradora y, en última instancia, factible.

Notas:

1) Agradecemos la contribución de Shrishtee Bajpai de Kalpavikrish, quien redactó un borrador de los resúmenes de los ensayos que hemos utilizado como base para describir los puntos clave de cada autor

2) Véase http://kalpavriksh.org/index.php/alternatives/alternatives-knowledge-center/353-vikalp-sangam-coverage; Véase en especial «La búsqueda de alternativas: aspectos clave y principios» [en inglés]: http://kalpavriksh.org/images/alternatives/Articles/Alternativesframework3rddraftVSprocess20mar2015Eng.pdf En esta nota los escenarios son denominados pilares y lo social y lo cultural se tratan separadamente, mientras han sido fusionados en este ensayo.

3) El autor ha adaptado este concepto algebraico para interactuar con la teoría social desde una perspectiva multifacética y ecléctica.

4) Vale la pena señalar aquí que hay una inconsistencia en el marco temporal que los diferentes autores han tomado. Muchos han hablado de India en 2100, pero un par han considerado escenarios para 2047 (100 años tras la independencia de la India). Esto se debe en parte a una comunicación no muy clara por parte de los editores a los autores, y en parte debido a que los autores quisiesen dar un escenario extendido (2100) o acortado (2047).

5) http://leerporquesi-1007.blogspot.in/2012/12/galeano-eduardo-utopia.html

6) Un ensayo prometido sobre este tema no llegó a tiempo