CONTRALMIRANTE CARLOS MAGLIOCA, CATÓLICO FUNDAMENTALISTA, ANTISEMITA, ADMIRADOR DE FRANCO Y APÓLOGO DE LA DICTADURA El titular de la noticia publicada por el diario «La República», obligaba a leerlo dos veces: «El contralmirante Carlos Rafael Maglioca Tholke, actual jefe de la Delegación del Uruguay ante la Junta Interamericana de Desarrollo, será el nuevo director de la […]
CONTRALMIRANTE CARLOS MAGLIOCA, CATÓLICO FUNDAMENTALISTA, ANTISEMITA, ADMIRADOR DE FRANCO Y APÓLOGO DE LA DICTADURA
El titular de la noticia publicada por el diario «La República», obligaba a leerlo dos veces: «El contralmirante Carlos Rafael Maglioca Tholke, actual jefe de la Delegación del Uruguay ante la Junta Interamericana de Desarrollo, será el nuevo director de la Dirección Nacional de Inteligencia del Estado (Dinacie) – El gobierno coloca a un ‘duro’ de la Armada al frente de Inteligencia Nacional mientras prepara cambios».
Según el matutino, la designación -acordada entre la ministra de Defensa Nacional, Azucena Berrutti, y el futuro comandante en jefe de la Armada, Juan Fernández- «llamó la atención en medios políticos», ya que Maglioca está calificado como uno de los oficiales en actividad «más afines» a la dictadura civil militar que asoló Uruguay entre 1973 y 1985.
Cuando «La República» preguntó a sus fuentes militares sobre Maglioca, se le contestó que «Se trata de una persona absolutamente coherente con su ideología, la que jamás ocultó, nadie tiene dudas en la Armada de su proclamada orientación político-religiosa, en pocas palabras se define como católico ortodoxo, miembro del Opus Dei, perteneciente al Partido Colorado, Foro Batllista, siendo su personaje más admirado el ‘generalísimo» Franco, de quien siempre tuvo una foto sobre su escritorio».
La persona elegida para vigilar a los uruguayos y manejar los archivos militares durante al menos un año, perteneció al pequeño grupo de marinos que el 9 de febrero de 1973 se plegó a la insurrección militar que encabezó el Ejército. Esa «fidelidad» a los golpistas de la primera hora fue premiada con el cargo de ayudante del jefe del Estado Mayor de la Armada de la dictadura, y en ese carácter participó en los llamados «planes de operaciones» que luego se aplicarían.
Entre esos «planes de operaciones» estaba el llamado «Plan Celeste», que consistía en «depurar de las filas de la Armada a todo el personal que perteneciera a la religión judía». Siempre según las fuentes de «La República», Maglioca, también elaboró varios de los discursos del entonces jefe de Estado Mayor de la Armada, y «por esta tarea se premió a Maglioca, enviándolo como diplomático a Brasil para que realizara un curso de Estado Mayor».
Los informantes del periódico explican que «Allí (en Brasil) nuevamente mostró sus afinidades: presentó como trabajo de fin de cursos, una monografía llamada ‘El nuevo orden político'». Este trabajo sostenía la teoría del dictador Juan María Bordaberry, «en el sentido de que las democracias, con las estructuras de partidos políticos, no servían para los países de la América Latina».
Vuelta la democracia, durante la primera presidencia de Julio María Sanguinetti (Partido Colorado/Foro Batllista), el fascista fue nombrado agregado naval en Brasil. En 1999, al fin de la segunda presidencia de Sanguinetti, fue ascendido al grado de contralmirante. Luego, en 2001, el presidente Jorge Batlle (Partido Colorado) lo puso al frente de la Dirección Nacional de Inteligencia del Estado, y en 2004 lo designó representante uruguayo en la Junta Interamericana de Defensa en la ciudad de Washington D.C.
Las fuentes de «La República» recuerdan también que hace pocos meses, Maglioca «mostró la hilacha cuando ocurrió el incidente de la foto de los soldados asesinados con el coronel Picabea en la sede diplomática de Uruguay ante OEA (ordenada retirar por el presidente Tabaré Vázquez en ocasión de su visita a Washington el pasado mes se septiembre), no sólo se solidarizó con el desacato del coronel, sino que además, consiguió y colgó una foto igual en el living de su casa».
Conocido todo esto, es inevitable preguntarse -una vez más- qué es lo que está pasando realmente aquí. ¿El presidente Vázquez y la ministra Berrutti no saben quién es el contralmirante Maglioca? En momentos en que la sociedad reclama la desclasificación de los archivos de la Dictadura (y la ministra dice que no los encuentra), no parece sensato ni lógico poner a un Terrorista de Estado a custodiarlos. ¿Un lobo cuidadando ovejas? Maglioca ya estuvo en ese cargo, sabe de que se trata, sabe donde está lo que la ministra no encuentra. Por ende, puede muy bien encargarse de que nunca más nadie lo encuentre. Tiene un año entero por delante. ¿Qué está pasando?