El ataque se produce dos semanas después del atentado terrorista que mató a 42 policías en Cachemira india, del que Nueva Delhi responsabiliza a Islamabad
Cazabombarderos indios atacaron este martes campamentos de un grupo insurgente dentro del territorio paquistaní, una acción que llega casi dos semanas después del atentado terrorista que mató a 42 policías en la Cachemira india, según dijo el secretario de asuntos exteriores de la India. Una fuente del país señaló que 300 militantes murieron en el ataque mientras Pakistán niega que haya habido víctimas mortales.
El ataque aéreo supone un capítulo mayor en la escalada de tensión que se ha generado entre los vecinos -ambos poseedores del arma nuclear y enfrentados en tres guerras en el pasado- desde el atentado, cuya autoría fue asumida por un grupo terrorista con base en Pakistán. Nueva Delhi culpó a Islamabad, que niega haber tenido ningún papel en el ataque
Los ataques aéreos, que se registró aproximadamente a las 03.30 hora local, golpearon el campamento del grupo Jaish-e-Mohammed (JeM), que asumió la autoría del ataque con un coche. «Doce aviones Mirage 2000 participaron en la operación, que arrojó 1.000 kilos de bombas sobre campamentos terroristas a lo largo de la LOC (Línea de Control, frontera de facto que separa la India y Pakistán en Cachemira), destruyéndolos por completo», revelaron a ANI fuentes de las Fuerzas Aéreas indias.
La acción se ordenó, según la India, porque sus servicios de inteligencia afirmaban que el grupo Jaish planeaba perpetrar más ataques. «Fue absolutamente necesario realizar un ataque preventivo frente a la amenaza de un peligro inminente», dijo a la prensa Vijay Gokhale, principal diplomático de la India.
«La existencia de este tipo de campamentos, capaces de entrenar a cientos de yihadistas, no podría haber funcionado sin el conocimiento de las autoridades de Pakistán», añadió Gokhale. Pakistán niega haber encubierto a JeM, un grupo principalmente anti-India que forjó lazos con Al Qaeda y que lleva desde 2001 en la lista de grupos terroristas de la ONU.
Gokhale dijo que «una cifra muy grande» de militantes había muerto en el ataque contra la base en Balakot, una población situada en un valle remoto de la provincia pakistaní de Khyber Pakhtunkhwa, pero no dio una cifra exacta de fallecidos. Un fuente de alto ranto del Gobierno de la India dijo que 300 militantes habían muerto en los ataques aéreos.
No obstante, si bien el Ejército paquistaní sí confirmó el ataque, minimizó la gravedad de los ataques, diciendo que sus propios aviones de guerra habían ahuyentado a los de la India, que habían soltado sus explosivos en una zona forestal, sin producir bajas ni daños graves. El portavoz de la oficina de comunicación del Ejército paquistaní, el mayor general Asif Ghafoor, compartió en la red social fotografías que mostraban un cráter y aparentes restos de una bomba.
Balakot, una ciudad en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, en Pakistán, está a unos 50 kms de la Línea de Control en Cachemira, que fue la causa de dos de las tres guerras que India y Pakistán han luchado desde el final del dominio colonial británico en 1947.
Los analistas afirman que los militantes paquistaníes tienen sus campos de entrenamiento en el área, aunque Pakistán siempre ha negado la presencia de tales campos.
Los bombardeos a lo largo de la Línea de Control de Cachemira se han producido con frecuencia en los últimos años, pero las violaciones del espacio aéreo por parte de aviones indios son extremadamente raras.
Nueva Delhi, que ha acusado a Pakistán de apoyar el terrorismo tras ese atentado, anunció su intención de aislarlo diplomáticamente y subió los impuestos a las importaciones paquistaníes en un 200 %.
Además, el primer ministro indio, Narendra Modi, dio mano libre al Ejército de su país para responder al ataque y desde entonces el espectro de una posible respuesta militar india contra Pakistán ha estado en el aire.
Así ocurrió en 2016, cuando India lanzó «ataques quirúrgicos» en la LoC, que sirve de frontera de facto en la disputada región de Cachemira, y mató a varios soldados del país vecino, 11 días después de un ataque de insurgentes presuntamente provenientes de Pakistán contra una base militar que dejó 18 soldados muertos.
Cachemira, uno de los territorios más militarizados del mundo, es objeto de litigio por Pakistán y la India, que han librado por este territorio dos guerras y numerosos conflictos bélicos menores.