Cientos de miles de mexicanos salieron el domingo a las calles de la capital en apoyo al candidato presidencial izquierdista, que dice fue derrotado en los comicios del 2 de julio con fraude, ha impugnado los resultados e insiste en un nuevo conteo voto por voto. Se espera que Andrés Manuel López Obrador, que ha […]
Cientos de miles de mexicanos salieron el domingo a las calles de la capital en apoyo al candidato presidencial izquierdista, que dice fue derrotado en los comicios del 2 de julio con fraude, ha impugnado los resultados e insiste en un nuevo conteo voto por voto.
Se espera que Andrés Manuel López Obrador, que ha llamado a una «resistencia civil pacífica,» convoque a nuevas y más severas acciones de protesta para reclamar el recuento de los resultados que lo mostraron perdedor por sólo 0.58 puntos porcentuales frente a su rival oficialista y conservador, Felipe Calderón.
La marcha de apoyo a López Obrador -un ex alcalde capitalino del Partido de la Revolución Democrática (PRD)- culminaba en el Zócalo, la principal plaza de la capital, donde cientos de miles de personas, desde familias hasta ancianos, esperaron al candidato que llegó mientras helicópteros sobrevolaban la zona.
De acuerdo con la policía de la capital -donde gobierna la izquierda-, unos 1.2 millones de personas participaban de la marcha, aunque las cifras de esta fuerza suelen ser exageradas.
México está sumido en la incertidumbre política mientras un tribunal electoral resuelve las impugnaciones del izquierdista. El tribunal tiene a más tardar hasta principios de septiembre para declarar un presidente electo.
«Si (Calderón) tuviera los calzones para decir que toda esa gente lo apoya, aceptaría el voto por voto,» dijo Gertrudis Sánchez, un ama de casa que iba en la marcha.
Miles de personas caminaban con banderas y camisetas con el color amarillo del PRD -algunos con perros ataviados al tono- y con pancartas que decían «López Obrador aguanta, el pueblo se levanta» y «No al fraude,» en la tercera marcha multitudinaria en tres semanas en apoyo al izquierdista, que algunos esperaban fuera la más concurrida.
«Las elecciones fueron una porquería,» dijo María Teresa Priego, una empleada del gobierno de la Ciudad de México, de 57 años, que nació en el mismo estado del candidato, Tabasco.
«Estamos aquí apoyando a un hombre humilde. Es un hombre trabajador: es nuestro novio, es nuestro viejo,» agregó.
En su cruzada por un nuevo conteo de votos, López Obrador impugnó más de la mitad de las 130,000 casillas, acusó penalmente a los consejeros electorales que supervisaron los comicios y dijo que sólo aceptará los resultados si se cumple con su reclamo.
Uno de sus más cercanos asesores, Ricardo Monreal, dijo el sábado tras reunirse con los magistrados del tribunal encargado de estudiar las impugnaciones que espera una decisión ejemplar.
«Si convalidan este tipo de atraco electoral, entonces no habrá en el futuro del país nunca más elecciones libres y democráticas,» aseguró.
El conflicto político provocó una crisis en la inmadura democracia mexicana, que hasta el año 2000 vivió bajo siete décadas de hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI) hasta la victoria del actual mandatario Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN).
DIFICILES OPCIONES
El Tribunal tiene hasta el 31 de agosto para tomar una decisión sobre los reclamos electorales, y salvo que decida anular los comicios -algo visto como improbable- podría tomar tres posibles cursos de acción.
La corte puede decidir no dar curso al reclamo de López Obrador y declarar presidente electo a Calderón; puede también ordenar un recuento parcial en algunas casillas, una opción que el PRD ha dicho que no apoya. Y también puede ordenar el recuento total de votos.
Si no anula la elección, la corte debe anunciar un presidente electo a más tardar el 6 de septiembre.
Los opositores de López Obrador lo acusan de tener al país bajo amenaza y de tomar las calles en lugar de respetar la decisión institucional. Muchos se preguntan hasta cuándo seguirán las marchas.
«La decisión la va a tomar el pueblo junto con él, es un fraude para todos los que votamos por él,» dijo Oscar Maciel, un artista de 35 años que llevaba cargando una figura de papel del candidato.
En la semana, el escenario se tornó aún más tenso luego de que López Obrador se declaró presidente en una entrevista.
Calderón, por su parte, ha dicho que la elección fue limpia, una opinión compartida por varios observadores internacionales, y afirma que no es necesario el recuento.
Pero también se ha lanzado a una campaña de reuniones con diferentes grupos políticos, empresariales y sindicales en preparación a su eventual subida al poder, en diciembre, bajo la consigna «México no puede esperar.»