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La Agencia Internacional de Energía Atómica afirma que Teherán no impulsa un programa de armas nucleares

Fuentes: The Independent, DPA, AFP, La Jornada

La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) se prepara para publicar evidencia de que Irán no está involucrado en un programa de armas nucleares, lo que quita plausibilidad a la amenaza de una acción militar hecha la víspera por el presidente George W. Bush. Según la edición dominical del diario británico The Independent, la imagen […]

La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) se prepara para publicar evidencia de que Irán no está involucrado en un programa de armas nucleares, lo que quita plausibilidad a la amenaza de una acción militar hecha la víspera por el presidente George W. Bush.

Según la edición dominical del diario británico The Independent, la imagen mundial de Irán cambiará radicalmente tras los resultados de un análisis científico que muestra que ha dicho la verdad y no desarrolla armas nucleares.

El hallazgo en Irán de rastros de uranio del tipo usado para armas atómicas, por inspectores de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en agosto de 2003, causó alarma en las capitales de Occidente, donde se generó el temor de que Teherán se encontraba desarrollando armas nucleares con el pretexto de realizar un programa civil.

Ahora se descubre que entonces los inspectores tomaron muestras del uranio enriquecido paquistaní de la planta iraní de Natanz.

La república islámica ha insistido en que su programa nuclear tiene fines pacíficos y que los rastros de uranio descubiertos pudieron provenir del mercado negro paquistaní, que es encabezado por el científico A. Q. Khan, padre de la bomba nuclear de Pakistán.

La AIEA concluyó recientemente un análisis detallado y completo de muestras de uranio paquistaní, obtenidas en mayo pasado, y se estima que éste determinará que concuerdan en su composición química con los rastros de uranio hallados en Irán.

«La investigación probablemente mostrará que son de Pakistán», dijo en Viena un diplomático a The Independent On Sunday. La nueva información da la razón al gobierno de Irán.

La AIEA emitió una declaración el jueves anterior en que instó a la república islámica a detener el proceso de enriquecimiento de uranio, que será la parte central del próximo reporte a la junta de gobierno del organismo que dará a conocer el director general de la agencia, Mohamed el Baradei.

De hecho, y ante la insistencia del gobierno iraní de mantener su programa nuclear civil pese a la presión estadunidense y de la comunidad internacional, se habló de que el tema sería turnado al Consejo de Seguridad de la ONU, que podría aprobar sanciones contra Irán o inclusive respaldar una acción militar en su contra.

«El gran asunto de los pasados dos años ahora cae en favor de ellos (los iraníes)», afirmó una fuente diplomática, no citada por The Independent.

Alemania se distancia de EU

El canciller federal alemán, Gerhard Schroeder, se distanció hoy de las amenazas de Bush al rechazar la opción militar contra Irán y descartó que Alemania participaría en una solución armada, según declaraciones divulgadas por el dominical Bild am Sonntag.

La víspera, Bush dejó abierta la posibilidad de una salida armada. En entrevista con la televisión pública israelí, aseveró que «todas las opciones están sobre la mesa», y agregó que «el empleo de la fuerza es la última opción para cualquier presidente».

Sin embargo, Schroeder, quien se enfrentó a Bush al oponerse a la guerra en Irak, reconoció que la situación en Irán «es muy preocupante» y que el objetivo es impedir que «en el futuro disponga de la bomba atómica».

Por lo pronto, el Parlamento iraní quiere cancelar un acuerdo firmado en 2003 con la llamada troika de la Unión Europea, formada por Francia, Gran Bretaña y Alemania, por el cual Teherán se comprometió voluntariamente a suspender el enriquecimiento de uranio, informó la agencia Isna.

El presidente de la Comisión de Energía del Poder Legislativo, Kamal Daneshyar, señaló a Isna que el Parlamento prepara un borrador que anularía el convenio firmado y permitiría al gobierno reanudar las actividades en la planta nuclear de Natanz.