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La «french touch» del imperialismo

Fuentes: NPA

La «Françafrique», el sistema de dominación del imperialismo francés sobre sus antiguas colonias de África negra, sigue estando bien presente, aunque sus modalidades hayan conocido una evolución. Al comienzo no fue más que una negativa, la de admitir la idea de la independencia de las colonias africanas. En enero de 1944, en Congo Brazzaville, mientras […]

La «Françafrique», el sistema de dominación del imperialismo francés sobre sus antiguas colonias de África negra, sigue estando bien presente, aunque sus modalidades hayan conocido una evolución.

Al comienzo no fue más que una negativa, la de admitir la idea de la independencia de las colonias africanas. En enero de 1944, en Congo Brazzaville, mientras centenares de miles de africanos están movilizados contra el ocupante nazi en Francia /1, de Gaulle rechaza expresamente la perspectiva de independencia para las colonias africanas: «Toda idea de autonomía, toda posibilidad de evolución fuera del bloque francés del Imperio: la eventual constitución, aunque sea a largo plazo, de self-governments (autogobiernos) en las colonias es algo a descartar» /2.

Tras la guerra, París va a aferrarse desesperadamente a su política de Unión Francesa proclamada en 1946. Este nuevo oropel del imperio colonial acabará en 1958 bajo la presión de las luchas anticoloniales que se desarrollan en Indochina, pero también en África con el levantamiento de Madagascar /3, salvajemente reprimido: «La represión es la típica de las guerras coloniales: numerosas masacres que afectan en gran medida a la población civil, mujeres y niños incluidos. Un alto funcionario evocará un ‘Oradour malgache’ a propósito de la masacre cometida en la pequeña ciudad de Moramanga (en el centro-Este)»[Oradour: pueblo francés símbolo de los crímenes de guerra cometidos en Francia durante la ocupación nazi y el régimen colaboracionista de Vichy, en la Segunda Guerra Mundial, ndt].

En respuesta, el gobierno gaullista va a proponer el proyecto de «Comunidad francesa», aceptado por el conjunto de las élites africanas. Solo Séku Turé lo rechazará y su país, Guinea, será objeto de un sabotaje en el que los colonos destruirán archivos, escuelas y hospitales. La única ventaja de este proyecto nacido muerto de «Comunidad Francesa» será ganar tiempo para elaborar un plan que será de una horrible eficacia. La idea es sencilla: cambiar todo para que no cambie nada. Había nacido la Françafrique.

Independencia neocolonial

En primer lugar, como prerrequisito para funcionar, va a apoyarse en las élites africanas que van a heredar para sus países un tipo de independencia que éstos no querían. Estas élites (de)formadas por la administración colonial están en deuda con París y le son fieles. El costamarfileño Houphouet-Bigny quedará para la historia como el gran organizador de la Françafrique. Fue él, por otra parte, quien inventó el neologismo, en absoluto negativo entonces. Servirá en primer lugar a Francia en detrimento de su país y de África. Estará siempre al lado de Foccart (Secretario General del Eliseo para asuntos africanos y malgaches de 1960 a 1974, considerado como el personaje central en la creación de la «Françafrique», ndt) para luchar contra el comunismo, contra los dirigentes nacionalistas africanos o simplemente contra países que podían perjudicar a Francia /4. De ahí el apoyo de París a una guerra, perdida de antemano, de los secesionistas de Biafra en Nigeria que provocó dos millones de muertos.

Al lado de Houphouet-Boigny, se encuentran otros «padres de la independencia» que llamaron a votar SI en el referéndum de de Gaulle. En Congo Brazzaville, Fulbert Youlou era ya considerado en 1947 como el «candidato de los blancos» y perdió las elecciones en la región de Pool. Contará luego con el apoyo de la Unión del Congo Medio, reagrupamiento de los colonos blancos.

El centroafricano Boganda era diputado en la Asamblea Nacional francesa por la lista del partido demócrata-cristiano MRP, y también tendrá el apoyo de los colonos blancos. Maurice Yameogo, primer presidente de Alto Volta (actualmente Burkina Faso), era un arribista fascinado por los «evolucionados» /5. Dirigente de la rama local de la CFTC, fundará más tarde la Unión Africana y Malgache, una organización africana anticomunista que funcionaba, siguiendo el modelo de la OTAN, como un pacto de defensa.

Hamani Diori en Níger, artesano de la Francophonie (Organización para el conjunto de países, comunidades o individuos que emplean habitualmente el francés https://es.wikipedia.org/wiki/Organización_Internacional_de_la_Francofon%C3%ADa < https://es.wikipedia.org/wiki/Organizaci%C3%B3n_Internacional_de_la_Francofon%C3%ADa >, ndt), accederá al poder con el apoyo de la administración colonial, de los jefes de clanes tradicionales y de los paracaidistas franceses. León Mba por su parte, primer Presidente de Gabon, luchaba por la departamentalización de su país. En definitiva como se ve, todos tienen en común su fidelidad a Francia, su combate contra los nacionalistas y un anticomunismo visceral, hasta tal punto que Houphouet-Boigny demandó una base del ejército estadounidense en Alto Volta para prevenir una eventual invasión comunista china /6. Peligro que le parecía que era subestimado por …. Foccart. Una verdadera proeza: ser más anticomunista que el fundador del SAC (Servicio de Acción Cívica, organización con rasgos de policía paralela al servicio de de Gaulle, ndt).

Quienes rechazan este marco neocolonial son eliminados. En Togo, Sylvanus Olympio será asesinado por Eyadema. En Mali, Modibo Keita será derrocado y encontrará la muerte en su celda, envenenado. En Zaire (ahora República Democrática del Congo) Lumumba será asesinado por Mobutu, un gran amigo de Francia. En cuanto a Camerún, Francia desarrolló allí una verdadera guerra, no dudando en utilizar el napalm contra las guerrillas nacionalistas.

Una independencia para una bandera

Francia ayudará a estos padres de la nación, todos ellos transformados en dictadores, a eliminar a su oposición. Las independencias ya no implicaban ningún peligro para París. La administración colonial va a ser mantenida y los acuerdos bilaterales entre Francia y cada país van a fijar de forma contractual la explotación y la sumisión que existía anteriormente.

Esta relación de vasallaje va a construirse alrededor de cuatro ejes principales:

1) Económico. Los dirigentes franceses quieren mantener a cualquier precio su independencia energética: el gas de Argelia, el petróleo de Gabon y más tarde de Congo Brazzaville, y el uranio de Gabón y luego de Níger. Francia creará, a tal fin, complejos industrial-estatales para llevar a cabo los pillajes.

2) Financiero. El mantenimiento del franco CFA (el Franco de la comunidad financiera africana -en francés: Franc de la communauté financière d’Afrique- es la moneda común de 14 países africanos, casi todos ellos antiguas colonias francesas ndt), al comienzo llamado «franco de las colonias francesas de África», cuyo nombre es ya, para África del Oeste, el «franco de la comunidad financiera de África» y para África Central, el «franco de la cooperación financiera de África central». Hablando claro, el conjunto de la política monetaria de los países africanos de la Zona CFA está gestionado directamente por el ministerio francés del presupuesto.

3) Militar. La continuidad de las bases del ejército francés, que suponía treinta mil hombres en los años 1960, va a decrecer pero esto será compensado mediante una vigilancia de los consejeros franceses de defensa. Los acuerdos de cooperación militar, algunas de cuyas cláusulas permanecerán secretas, preveían explícitamente una intervención en caso de desestabilización de los poderes existentes. Y estaban en su punto de mira, en primer lugar, las movilizaciones populares que comenzaban a producirse contra las dictaduras.

4) Diplomática y política. Francia va a conservar su peso de imperio en el «concierto de las naciones», por utilizar una expresión consagrada, gracias a los votos adquiridos por sus antiguas colonias africanas y su presencia en el Consejo de Seguridad de la ONU. La puesta en pie de la Francophonie va a permitirle legitimar su injerencia en África. En fin, Foccart, que está a cargo de los asuntos africanos y malgaches, va a crear una verdadera red de consejeros franceses de las presidencias africanas, que le permitirá orientar las decisiones de las antiguas colonias.

De todas formas, seamos honestos, dos elementos van a cambiar realmente para los países africanos al llegar la independencia: los colores de la bandera y el himno nacional.

El final de la Segunda Guerra Mundial abre la era de la guerra fría con la obsesión de la lucha contra el comunismo. Copiando la doctrina Monroe, que hace del conjunto del continente americano el coto privado de los Estados Unidos, Francia va a desarrollar una política idéntica en África. Esta división del trabajo entre Francia y los Estados Unidos va a contribuir a mantener la represión de los movimientos populares en los dos continentes. Lo que no impedirá a los EEUU actuar en África, como en Congo tras el asesinato de Patrice Lumumba /7, igual que Francia participará en el Plan Cóndor de exterminio de la izquierda latinoamericana.

Evolución y mutación

Esta política iniciada cuando se produjo la independencia de los países africanos va a permitir a las grandes empresas francesas obtener formidables beneficios ligados a su situación de cuasi monopolio.

La política africana de Francia va a ser diferenciada según los países. En Costa de Marfil, Houphouet-Boigny tiene total confianza de Francia en la gestión de su país que combina la compra de una paz social ligada a la explotación del cacao y del café y la represión contra la oposición. El dirigente costamarfileño tiene también esta confianza para arreglar los conflictos en Africa del Oeste, en beneficio de Francia, igual que el gabonés Omar Gongo, antiguo miembro de los servicios secretos franceses, para el África Central. Para otros países, es diferente. Así en Centroáfrica es el coronel francés Jean-Claude Mantion, quien gestiona el país en lugar del presidente Kolingba. Según dice el congoleño Sassou Nguesso: «él (Kolingba) ni siquiera aparentaba dirigir. Cuando los jefes de Estado vecinos llegábamos al aeropuerto, un comandante francés, un tal Mantion, era quien se presentaba, en pantalón corto y camiseta, para recibirnos» /8.

La Françafrique va a conocer una evolución mayor con la caída del muro de Berlín, que abre una nueva etapa. Resulta difícil para Francia celebrar el reencuentro con la libertad de los pueblos en los países del Este y continuar apoyando abiertamente las peores dictaduras en África. Tanto más en la medida que estas dictaduras han acabado de cumplir su papel histórico de muralla contra la amenaza comunista. El imperialismo francés va a imponer un cambio a todos los gobiernos africanos a partir del discurso de Mitterrand en Baule, en 1990. Esta respuesta a los grandes cambios históricos y a los movimientos de masas por la democracia en África se hará vía las conferencias soberanas que no cambiarán radicalmente las cosas, aunque se produzca la instauración de un espacio de libertad, a veces precario. Sindicatos y partidos políticos van a penetrar por la brecha abierta con la emergencia de la sociedad civil que va, en algunos casos, a jugar un papel decisivo en las luchas sociales y políticas.

¿Qué política de Francia en África?

Se asiste desde este giro de los años 90 a un profundo cambio de la política francesa confrontada a dos elementos mayores: una competencia de los países emergentes y una amenaza yihadista.

A nivel económico, conviene subrayar la voluntad del gobierno francés de dirigirse hacia países africanos anglófonos cuyo peso económico es determinante, como África del Sur, Nigeria y, en menor medida, países de África del Este. En efecto, el África francófona «tiene un peso relativamente débil, de alrededor de 240 000 millones de dólares de PIB global para una población inferior a los 300 millones de habitantes» /9. Para algunos grupos como Total, Bolloré, Orange o Castel, África sigue siendo un mercado importante: «en 2014 las exportaciones francesas hacia el África subsahariana en su conjunto han representado 12 000 millones de euros, de los cuales 7 000 millones han ido con destino a países francófonos (…) y permiten realizar un excedente envidiable de mil millones de euros sobre el conjunto del África subsahariana, y, si se considera únicamente los países francófonos, de 4 500 millones de euros».

Pero hay que relativizar estas cifras, pues África no representa más que el 1% del comercio exterior de Francia, muy lejos de lo que era en los años 70, y la llegada de países como China o India ha modificado profundamente la situación: «la parte del mercado de China en África ha pasado de menos del 2% en 1990 a más del 16% en 2011, mientras que la de Francia declinaba del 10,1% en 2000 al 4,7% en 2011».

Esta mutación de la Françafrique no es solo perceptible por la reducción del peso económico de Francia, lo es, sobre todo, por su política que intenta liberalizar totalmente el mercado en África mediante los Acuerdos de Partenariado Económico (APE). Además hay una financiarización de la economía que hace estragos en el continente en términos de huida de capitales y evasión fiscal /10. «El movimiento ha tomado proporciones inéditas: África habría perdido cerca de 54 000 millones de dólares por año como media durante este período (2001-2008), e incluso 90 000 millones en 2007 y 2008». A esto se añade una corrupción masiva de las élites, puesta a la luz por los expedientes judiciales, durante mucho tiempo frenados por los gobiernos franceses, sobre los bienes mal adquiridos por los dictadores africanos.

A nivel militar, se asiste a una autonomización del estado mayor militar, que es descrita así por Laurent Bigot, antiguo responsable de África del Oeste en el Quai d´Orsay, en su comparecencia en la comisión parlamentaria precedentemente citada: «En la toma de decisiones sobre las cuestiones africanas habría hoy una sobre-representación de los militares, que han tomado un lugar dejado vacante por los diplomáticos del Quai d´Orsay o incluso del Elíseo. El estado mayor particular del presidente de la República ocupa también un espacio que no deja de crecer y muchas decisiones se toman por actores externos a la esfera diplomática».

Esta toma de poder de los militares sobre la política ha tenido consecuencias catastróficas, siendo la peor de todas ellas, ciertamente, la participación de Francia en el genocidio de los Tutsis en Ruanda (abril 1994). Totalmente implicado en el apoyo al gobierno Habyarimana, el estado mayor se apropió de alguna forma de esta guerra contra el FPR de Kagamé hasta el punto de apoyar a los peores extremistas de la dictadura ruandesa (dicho esto sin negar en absoluto las terribles responsabilidades de dirigentes como Mitterrand y Juppé). Hasta tal punto que Francia recibió difícilmente el aval de las Naciones Unidas para la operación Turquesa /11. Dos periodistas de Le Figaro, Isabelle Lasserre y Thierry Oberlé /12, ponen a la luz el peso de la jerarquía militar en la operación Serval en Malí. Una operación prevista desde 2009 con el nombre clave de «Tiburón», que será numerosas veces rechazada por Nicolas Sarkozy y finalmente aceptada por François Hollande. La continuidad de esta política resulta más facilitada aún en la medida en que François Hollande ha mantenido al jefe de estado mayor particular de Sarkozy, Benoît Puga, un antiguo director de los servicios de información militar.

Comprender el imperialismo francés en África

Las intervenciones militares de Francia no están motivadas fundamentalmente por la preservación de los intereses económicos de Francia. Ciertamente, puede haber «ventajas colaterales». Por ejemplo, está claro que las empresas francesas están particularmente bien representadas en la reconstrucción de Costa de Marfil. Está claro también que uno de los aspectos de la intervención en Malí era asegurar las importantes inversiones de Areva en la explotación de uranio en el vecino Níger.

Pero los costes de las operaciones exteriores (OPEX) se elevan a 1 250 millones de euros en 2013 y a 1 130 millones en 2014. Se está lejos de los 340 millones de euros de excedente comercial que Francia realiza con Malí /13. El ejemplo de la República Centroafricana, donde se desarrolla la operación Sangaris, es aún más significativo. Este país, al borde del abismo, no produce prácticamente nada y sus únicas riquezas, la extracción de los diamantes y la producción de madera están en manos mafiosas. Según confesión del Ministerio de Asuntos Exteriores: «los intercambios comerciales (55 millones de dólares) son poco importantes y las empresas francesas poco numerosas» /14.

El ejemplo del Chad es también esclarecedor: un país exportador de petróleo en el que Francia ha intervenido en numerosas ocasiones para preservar en pie los diferentes regímenes. Hasta tal punto que la operación militar Epervier, emprendida en febrero de 1986 contra las tropas libias, se mantiene. La última intervención data de 2008 e intentaba salvar al dictador Idriss Deby. Pero las intervenciones francesas no están ligadas al petróleo puesto que ninguna empresa francesa explota el oro negro en ese país. Las empresas son americanas (ExxonMobil y Chevron) y malasias (Petronas). En otros términos, la intervención militar francesa en ese país tiene por objetivo, no preservar sus intereses económicos, ¡sino los de Estados Unidos!

Francia continúa jugando su papel, ayer contra el comunismo, en la época de la guerra fría, hoy contra las amenazas yihadistas o los sobresaltos de Estados fallidos, para preservar el orden mundial que permite la explotación y el pillaje de los países pobres por los países ricos. Ciertamente hay competencia, diferencias e incluso se expresan divergencias entre los diferentes imperialismos sobre África. Pero cuando se trata de asegurar su estabilidad y preservar el África útil para el business, se llega al consenso. Creer que había una oposición entre imperialismo estadounidense y francés en Malí, lo que ha llevado a algunos a apoyar la intervención francesa, es un error /15. Prueba de ello es la operación Serval, objeto de las felicitaciones de la administración americana /16, que se ha transformado en operación Barkhane permitiendo así al ejército francés intervenir en toda la banda sahelo-sahariana, sin tener en cuenta, de forma deliberada, las fronteras de Mauritania, Malí, Burkina Faso y Chad, como en tiempos de las colonias.

Si la Françafrique crea consenso oficial en su contra, las manifestaciones concretas de su política son poco o nada combatidas por las organizaciones de la izquierda. Las intervenciones están a menudo justificadas por la urgencia humanitaria, por la solidaridad en nombre de «nuestra historia común» que permite exonerar a la política francesa en África, sin embargo causa principal de las crisis que golpean con dureza al continente. Presionados por la urgencia, los principales partidos de izquierda aceptan las intervenciones militares en África con el motivo de salvar vidas, sin jamás plantearse la pregunta de por qué hemos llegado a este punto.

El caso de la República Centroafricana es desde este punto de vista significativo: en un decenio, ocho intervenciones militares, en apoyo a todos los gobiernos, a veces con una gestión directa del país y, al final, el naufragio de un país con consecuencias dramáticas y dolorosas para la población. Difícil en esta situación explicar que Francia no tiene nada que ver en este resultado. Este ejemplo muestra que la debilidad de una actividad antiimperialista en Francia deja una total libertad a quienes toman decisiones, en particular al ejército, para continuar su nefasta política sin ser realmente inquietados.

Notas

1/ https://blogs.mediapart.fr/nils-and. ..

2/ Acta final de la conferencia de Brazzaville enero/febrero de 1944

3/ http://www.afriquesenlutte.org/afrique-australe/madagascar/article/il-y-a-65-ans-l-insurrection-de

4/ http://www.lemonde.fr/afrique/article/2015/02/06/l-ombre-d-houphouet-boigny-plane-toujours-sur-la-cote-d-ivoire_4571219_3212.html

5/ Apelación que designa bien personas mestizas, bien africanos que viven a la occidental, ocupando lo más frecuentemente puestos en la administración colonial.

6/ Pierre-Michel Durand, L’Afrique et les relations franco-américaines des années soixante, Paris, Éditions L’Harmattan, 2007 p307

7/ http://survie.org/billets-d-afrique/2014/232-fevrier-2014/article/les-usa-assassinent-lumumba-et-4626

8/ http://www.parismatch.com/Actu/International/On-s-en-prend-a-l-Afrique-parce-qu-elle-est-faible-540903

9/ El conjunto de los datos de este párrafo viene del proyecto de informe de la comisión de la Asamblea Nacional titulado Sur la stabilité et le développement de l’Afrique francophone. Ver http://www.assemblee-nationale.fr/14/rap-info/i2746.asp

10/ http://www.alternatives-economiques.fr/afrique -capitaux-en-fuite_fr_art_946_ 50180.html

11/ Cinco miembros del Consejo de Seguridad se han abstenido: China, Nigeria, Nueva Zelanda, Pakistán y Brasil.

12/ Isabelle Lasserre et Thierry Oberlé, Notre guerre secrète au Mali. Fayard.

13/ https://www.tresor.economie.gouv.fr/pays/mali

14/ http://www.diplomatie.gouv.fr/fr/dossiers-pays/republique-centrafricaine/la-france-et-la-republique-centrafricaine/

15/ http://www.diplomatie.gouv.fr/fr/do. ..

16/ http://www.lemonde.fr/afrique/article/2013/02/14/les-etats-unis-felicitent-la-france-pour-leur-intervention-au-mali_1833059_3212.html

Fuente: http://www.vientosur.info/spip.php?article11065