La diputada Nora Castro, presidenta de la Cámara de Representantes, reconoció que «la inversión extranjera no es mala en sí misma». Al expresar sus sentimientos cuando participa de actos con militares dijo que le pasan muchas cosas «por la cabeza, el corazón y el hígado» y se negó a que la califiquen de «ex tupamara». […]
La diputada Nora Castro, presidenta de la Cámara de Representantes, reconoció que «la inversión extranjera no es mala en sí misma». Al expresar sus sentimientos cuando participa de actos con militares dijo que le pasan muchas cosas «por la cabeza, el corazón y el hígado» y se negó a que la califiquen de «ex tupamara».
La presidenta de la Cámara de Diputados, Nora Castro, reconoció que la inversión extranjera «no tiene nada de malo», pero aclaró que el tema de fondo es saber de qué tipo de inversión se habla. «Si son capitales golondrina no los aceptamos», porque «eso no le sirve a ningún uruguayo». En cambio acepta la inversión que permita «aumentar la riqueza nacional y generar puestos de trabajo genuinos».
También recordó que muchas inversiones se dirigen a América, «porque en Europa no se admiten por contaminar el ambiente». Mientras que «nosotros, los considerados pobres indiecitos o negritos del mundo, con tal de que venga inversión abrimos nuestras puertas y las consecuencias están a la vista. Eso está absolutamente descartado».
Durante esta entrevista que presentó ayer el diario argentino Ambito Financiero, la periodista Florencia Lendorio le recordó a Castro que en anteriores declaraciones se había manifestado en contra del modelo capitalista. «Más allá de que yo tuviera valoraciones personales, que las tengo, creo que uno tendría que ser muy tonto, superficial y frívolo ante la existencia humana si estuviera comprometido con este modelo», fue su respuesta.
A esto agregó que los tres escenarios de dependencia de nuestros países –el económico financiero, el trabajo y la producción– se presentan relacionados, siendo el centro el económico financiero. Pero con el gobierno de Tabaré Vázquez «los derechos de la ciudadanía y los otros ámbitos estarán al servicio de ellos».
«Acá (por Uruguay) se venía dando una crisis muy importante del agotamiento del modelo», añadió. Ante la insistencia de la periodista sobre si el nuevo gobierno cambiará el modelo, la diputada recordó que su fuerza política logró el gobierno y no el poder.
«Este país ha sido tan arrinconado que avanzar de a medio tranco de pollo es casi como revolucionario», explicó, para agregar que «no se van a alterar centralmente las cosas que llevan años». «Lo que este país necesita con urgencia recuperar es una política productiva, de eso hablamos cuando hablamos de refundación nacional».
Durante la entrevista la presidenta de la Cámara de Diputados se negó a que fuera calificada de ex tupamara. «Ni José Mujica ni yo somos ex tupamaros, somos tupamaros», fue su tajante respuesta. En el pie de foto la periodista incluyó la siguiente leyenda: «La nueva presidenta de la Cámara de Diputados de Uruguay, Nora Castro, dice que cuando participa de actos con militares le pasan muchas cosas ´por la cabeza, por el corazón y por el hígado».
Sobre el proyecto de salud reproductiva que no pudo ser aprobado en la anterior legislatura, Castro se comprometió a «desarchivarlo», pero alertó sobre la necesidad de «actuar con mucha inteligencia para no perder la oportunidad» de que se ha renovado la composición del Parlamento.