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La mujer que lidera el camino de los rohinyás en un campamento de Bangladesh

Fuentes: Al Jazeera

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

En las primeras elecciones locales en un campo de refugiados rohinyá en Bangladesh la mitad de los representantes elegidos son mujeres.

 

Romeda Begum de 26 años, líder del campamento [Sorin Furcoi / Al Jazeera]

Desde su victoria, Romeda ha resuelto 25 casos, principalmente relacionados con asuntos domésticos

Campamento de Nayapara, Bangladesh – El discurso de triunfo de Romeda Begum no fue ni largo ni cautivador.

«Fue mi primera experiencia de hablar delante de una gran multitud», dijo la joven de 26 años, recordando el momento después de haber sido declarada ganadora de unas inusuales elecciones para elegir al líder de un campamento de acogida de refugiados rohinya en Bangladesh.

«No tenía palabras».

El éxito de Romeda fue el resultado de un proyecto experimental para elegir a representantes de la comunidad de la población rohinyá que vive en Shalbagan, un campamento de refugiados no registrado que es una extensión del campamento de Nayapara reconocido por el gobierno en Teknaf, al sur de Cox’s Bazar.

Realizado por primera vez en junio, el proceso de votación en Shalbagan y sus tres subgrupos fue organizado por la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) en colaboración con la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales y las autoridades locales de Bangladesh.

El objetivo era permitir a los 16.000 miembros de la población rohinyá del campamento -la mayoría de los cuales llegaron hace casi un año después de huir de una feroz represión del ejército del país vecino Myanmar– tomar decisiones por sí mismos, dice Muhammad Saiful Islam, a cargo del campamento designado por el gobierno (CIC) oficial de Nayapara.

«No podemos imponer ninguna decisión sobre ellos, por lo que decidimos que un tipo de comunidad representativa debería provenir de ellos», dijo.

A los residentes de Shalbagan se les pidió elegir un comité compuesto por 12 representantes, cuatro de cada bloque, más tres líderes del total, todos ellos sujetos a una prueba de un año.

Sus deberes principales incluyen tratar de resolver los desacuerdos entre los miembros de la comunidad y encontrar soluciones a los problemas, así como establecer un enlace con las ONG y el CIC para implementar ciertas decisiones.

La candidatura estaba abierta tanto a hombres como a mujeres entre las edades de 25 y 35 años. Para poder postularse, los candidatos también tenían que cumplir ciertos criterios, como no tener antecedentes penales ni casos de comportamiento antisocial.

SM Liaquat Ali, el coordinador de campo del proyecto de todas las ONG que trabajan en el campamento, dijo que la campaña electoral destacó «la transparencia, la rendición de cuentas, la gobernanza y la comunicación» de la comunidad.

«A los elegidos se les impartió capacitación sobre el código de conducta, los derechos legales, las normas y la responsabilidad y el entrenamiento en respuesta a emergencias», agregó.

La malicia de los mazis

Pero no todo fue bien.

Según Ali, los líderes de la comunidad rohinyá conocidos como mazis, que fueron aleccionados por el ejército de Bangladesh al comienzo de la crisis para mantener el orden en los puntos de distribución de alimentos, hicieron varios intentos para interrumpir el proceso electoral.

Campamento de Nayapara, en el subdistrito de Teknaf al sur de la ciudad de Cox’s Bazar [Sorin Furcoi / Al Jazeera]

«Cuando se les informó de habría nuevos líderes comunitarios, los mazis se involucraron en alguna negligencia», dijo Ali, citando instancias de chantaje y corrupción, incluida la desigual distribución deliberada de ayuda alimentaria.

Islam, el CIC, fue más directo. «Impidieron el proceso electoral al amenazar a los candidatos para que no se postularan», dijo.

Sin embargo, la intimidación y el acoso no lograron disuadir a los candidatos y la elección avanzó según lo planeado.

Mujeres en la vanguardia

Debido a que más del 50 % de la población de Shalbagan es femenina, la comunidad local eligió a la mitad de sus representantes mujeres.

«Esto empoderará a las mujeres día a día», dijo Islam, y agregó que la votación se llevó a cabo después de que las mujeres asistiera a un programa de motivación que aumentó la conciencia de sus derechos.

Sentada afuera de un refugio comunal en el campamento, Nur Begum, una voluntaria de la ONG rohinyá dijo que considera que el «sistema liderado por mujeres es más beneficioso que el anterior estilo mazi».

«Las mujeres lograron involucrar a más personas de la comunidad para que se ofrecieran como voluntarias en las ONG», dijo, y agregó que a pesar de que las » soluciones siguen siendo ambiguas», el nuevo sistema «me ha facilitado la tarea de plantear [los] problemas que enfrentamos».

 

Nur Begum, voluntaria de la ONG rohinyá en el campamento [Sorin Furcoi / Al Jazeera]

Cerca de allí, Senwara Begum asintió con la cabeza.

«Debido a que el líder es del mismo sexo que nosotros, es más fácil acudir a ella con nuestros problemas, hay una mejor comprensión», dijo.

Para Romeda, que huyó del estado de Rakhine en Myanmar con su hermana en octubre de 2016, antes de que el resto de la familia se uniera a ellas en el punto álgido de la crisis rohinyá en agosto de 2017, eso lleva a una participación activa.

Ella dijo que participa en todas las reuniones de las ONG y el CIC, donde se le da la palabra para expresar su opinión.

También recorre el campamento varias veces a la semana para escuchar las quejaas de su comunidad.

«Mi teléfono móvil siempre está encendido para recibir quejas, que van desde disputas domésticas, fraude y peleas físicas», dice.

«Esperan de mí que los resuelva».

Desde su victoria en junio, Romeda ha resuelto 25 casos principalmente relacionados con problemas domésticos.

Dijo que el «más difícil» involucraba a un hombre que golpeaba a su esposa y no le daba comida.

«El hombre cambió después de que le dije que podía ser arrestado», agregó la dirigente del campamento, agregando que por ser una divorciada no tiene relación con los hombres que también acuden a ella con sus problemas.

«Me siento más respetada por ellos», dijo, antes de agregar: «Pero aún no volvería a casarme».

‘Haz lo mejor para la comunidad’

Al igual que todas las semanas, Romeda y los demás representantes elegidos se reunieron a principios de agosto con Ali, el coordinador de campo del proyecto, dentro de una estructura comunal de bambú y lona para discutir la situación en el campamento.

Acompañados por un intérprete, los participantes se sentaron en forma de L sobre láminas de plástico estampadas por ACNUR sobre el barro ligeramente húmedo.

Romeda estaba más en su elemento aquí. Despejó su cara del velo que cubría su cabeza, revelando un semblante expresivo. Ella habló asertivamente y escuchó a Ali con gran atención.

 La reunión semanal de los representantes y líderes del bloque con el coordinador de campo del proyecto [Sorin Furcoi / Al Jazeera]

Inicialmente la reunión se centró en encontrar nuevos alojamientos privados para una docena de desplazados rohinyá que perdieron su refugio debido a los deslizamientos de tierra hace dos meses y ahora viven en un espacio comunal.

Más tarde, la discusión pasó a abordar las tensiones con los mazis en el campamento.

«Consideran que eres un golpe a su autoridad», dijo Ali, levantando la voz ligeramente en un intento por ahogar el repentino golpeteo de lluvia en el techo cubierto de plástico.

«No caigan a su nivel», les instó.

«La mejor respuesta a sus amenazas es hacer lo mejor que pueda para el resto de la comunidad», agregó Ali.

«Debes dar un ejemplo a todos los demás».

Fuente: https://www.aljazeera.com/indepth/features/setting-rohingya-camp-elects-women-leaders-180812140132177.html

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción