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La nueva burla de Micheletti al independentismo en Honduras

Fuentes: Rebelión

El pasado 28 de noviembre el régimen golpista de Roberto Micheletti dio una prueba más de su esencia rayana en la deshonestidad y de su total desapego por los valores patrios, al conceder la Orden José Cecilio del Valle, en el Grado de Comendador, al connotado terrorista de origen cubano Armando Valladares, en el Salón […]

El pasado 28 de noviembre el régimen golpista de Roberto Micheletti dio una prueba más de su esencia rayana en la deshonestidad y de su total desapego por los valores patrios, al conceder la Orden José Cecilio del Valle, en el Grado de Comendador, al connotado terrorista de origen cubano Armando Valladares, en el Salón Diplomático de la cancillería hondureña.

La entrega de tal distinción, el máximo galardón concedido por esa nación a un extranjero, denigra a Honduras y al prócer independista que redactara el Acta de Independencia de Centroamérica y fuera, a su vez, el primer Presidente de las provincias unidas centroamericanas.

Bajo el dudoso argumento de que se honraba por este medio a un fiel protector de los derechos humanos e incondicional amigo de Honduras, los golpistas catrachos supieron estimular a un aliado de sus desmanes, y a quien se enroló en un sucio maridaje con quienes violentaron la Constitución y han reprimido salvajemente al pueblo hondureño.

Enemigo recalcitrante de la Revolución Cubana, detractor de la Revolución Bolivariana, conspirador activo contra el gobierno de Evo Morales y papagayo al servicio del sector ultraderechista norteamericano, Valladares recibió el pago por sus infamias, por asumir las posiciones más reaccionarias con respecto a la crisis hondureña y por capitanear campañas desestabilizadoras contra la elección de Zelaya, a quien acusó en más de una oportunidad de ser aliado incondicional de Hugo Chávez y de sus intentos por imponer el socialismo en América Latina.

Acostumbrado a realizar montajes mediáticos y shows publicitarios que lo han encumbrado a la dudosa fama del mercenario, este apócrifo luchador por los derechos humanos asumió hace unos meses una nueva y bufonesca representación teatral cuando renunció a su cargo de secretario General dentro de la Fundación Human Rights, al oponerse a los cuestionamientos que esta organización promotora de múltiples campañas contra los países del ALBA, hiciera contra el régimen de Micheletti. En esta oportunidad, Valladares expresó en su carta de renuncia: «Lo que Zelaya trató de hacer para esos planes era ilegal. Quiso cambiar la Constitución para reelegirse. La Corte Suprema le advirtió que esa maniobra era inconstitucional y por lo tanto ilegal. El Congreso también le señaló que su pretensión violaba la Constitución hondureña…»

Armando Valladares es un experto en relanzarse dentro del tinglado de servidores al imperialismo. No pierde la menor oportunidad para encontrar una brecha publicitaria que favorezca a su exacerbado afán de protagonismo, sin importarle, incluso, llegar a hacer los más cuestionables pactos con el diablo. Para él, sin lugar a dudas, lo importante es sobresalir, ser tenido en cuenta y ganar de paso favores y unos cuantos dólares para sus bolsillos.

LA ANTIHISTORIA DE UN REDOMADO MENTIROSO.

Armando Valladares Pérez nació en Cuba, en 1937 y, al arribar a su juventud, se vinculó con aquellos torturadores al servicio del dictador Fulgencio Batista. Represor y torturador, no vaciló en ensangrentar sus manos con la sangre inocente de decenas de jóvenes cubanos, sin importarle el luto y la repulsa provocada por sus acciones.

Cuando el pueblo cubano derrocó al tirano y orientó sus destinos hacia una sociedad más justa, capaz de favorecer a los desposeídos, Armando Valladares no vaciló un ápice en vincularse con aquellos que intentaron retrotraer la marcha de la historia y que, por medio del más criminal terrorismo, acudieron a la violencia contrarrevolucionaria contra el pueblo cubano luego del primero de enero de 1959. Convertido en terrorista, fue capturado cuando intentaba sabotear lugares públicos como cines y teatros, tratando de colocar petacas explosivas en los mismos, sin importarle las víctimas inocentes que provocaría con sus acciones criminales. Su socio de correrías, Carlos Alberto Montaner, confabulado en los mismos planes terroristas, escaparía de las manos de la justicia revolucionaria.

Como resultado de su actividad extremista, fue capturado en diciembre de 1960 y condenado a una larga condena de prisión, en la que permaneció hasta 1982. Sobre las causas de su detención, este mentiroso redomado trató de ocultar su pasado terrorista, argumentando que fue hecho prisionero por el simple e inocente hecho de negarse a colocar una calcomanía revolucionaria en su buró de trabajo.

Sólo el imperialismo, acudiendo a sus resortes mediáticos inimaginables, es capaz de metamorfosear a un represor y terrorista, ante los ojos de la opinión pública, y convertirlo en un prisionero de conciencia y en un fervoroso luchador por los derechos humanos. A esta sucia campaña se prestaron los sectores anticubanos a nivel internacional, la mafia terrorista de Miami y sus acólitos europeos, quienes lo presentaron mediante el más espurio marketing como un poeta inválido, encerrado en prisión injustamente.

Muchos fueron los crédulos y muchos fueron los engañados o los que se dejaron engañar en ese entonces. Ante los reclamos del presidente francés François Mitterrand, quien hizo gestiones personales con el Comandante en Jefe, Fidel Castro, para lograr la excarcelación de Valladares, Cuba decidió, en un acto de buena fe, le liberó. La pésima actuación de Valladares y su falsa invalidez quedaron al descubierto cuando abandonó su sillón de ruedas y subió caminando a la aeronave que lo trasladaría fuera de Cuba.

Sin embargo, la campaña anticubana por relanzar el caso Valladares se mantuvo, a pesar de que el fraudulento inválido no era otra cosa que una broma de mal gusto. El PEN Club de Francia le concedió el Premio Libertad, a la par que Amnistía Internacional lo catalogara como preso de conciencia, en una clara burla a los propios fines para los que fue creada esta organización, lo que ha contribuido a verla como parcializada en sus informes.

El pinochezco engendro de la guerra mediática contra Cuba todavía era útil y la contrarrevolución internacional no vaciló en edulcorar su imagen. Con la aparición de un poemario de dudosa autoría hay quien dice que fue realmente escrito por Carlos Alberto Montaner, titulado Desde mi silla de ruedas, el gobierno de Ronald Reagan comenzó a emplearlo como baza en sus campañas anticubanas, nombrándolo embajador de los Estados Unidos ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Asimismo, la administración Reagan le otorgó la Medalla Presidencial del Ciudadano.

EL ACTUAL RECICLAJE DE VALLADARES.

Armando Valladares, convertido en vocero de las campañas anticubanas, ha sido presentado en diversos foros internacionales para lanzar sus diatribas contra Cuba, con la complacencia de las administraciones norteamericanas, recibiendo a cambio el repudio de las naciones progresistas y de aquellos que son renuentes a ser engañados por este falso luchador por los derechos humanos. Con el dinero de la CIA ha atacado permanentemente a la Revolución Cubana, ha actuado igualmente como conspirador en las actividades desestabilizadoras en Venezuela y Bolivia, bajo la engañosa fachada de la Human Rights Foundation, la Resistencia Internacional y la Coalición Europea de Comités Pro Derechos Humanos en Cuba, al igual que ha bendecido cualquier campaña contra las naciones progresistas del ALBA y los movimientos revolucionarios latinoamericanos. Dentro de este concepto de papagayo al servicio de la contrarrevolución internacional, emulando con su socio Carlos Alberto Montaner, fundó el Proyecto Valladares, supuestamente para proteger los derechos de los niños, olvidándose de que muchos niños cubanos hubieran muerto por las bombas que él colocaría en 1960 en cines y teatros de la Habana.

Las ansias de protagonismo y dinero le llevaron al negocio de la especulación inmobiliaria en Cantabria, España. Con el apoyo del Gobierno autónomo de Cantabria y subvenciones públicas de la Unión Europea cercanas a los 60 millones de euros, se lanzó a un proyecto de parques temáticos conocido como Ciudad del Cine y las Artes. Para estos propósitos se valió de la empresa Celtus Parques Temáticos, perteneciente al fondo de inversión VFM de Miami. Como era de esperarse, Valladares nunca ha actuado con transparencia y sus socios españoles en el negocio cantábrico le han denunciado por estafa, falsificación y apropiación indebida.

Otra de sus actividades más sobresalientes en estos años lo ha sido el prestarse para maquinar y participar en oscuras componendas y tenebrosas conspiraciones, valiéndose de su aureola como luchador por los derechos humanos. Vinculado a Human Rights, creada en el 2005 por otro servidor de la CIA de origen venezolano, Thor Halvorssen Mendoza, Valladares ha asumido seriamente su papel como ente desestabilizador contra los países del ALBA. No resultó extraño que, mientras elaboraba un tendencioso informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Bolivia, participara como supuesto observador de Human Rights en ese país, a la par que conspiraba con Thor Halvorssen y Hugo Achá Melgar, éste último su representante en Bolivia, para asesinar al presidente Evo Morales y a otros dirigentes bolivianos.

En marzo de 2009 quedó evidenciado el papel de Valladares en la conspiración magnicida que implicaba a Human Rights con asesinos croatas y húngaros.

La parcialización de Valladares y Human Rights con la contrarrevolución derechista y separatista boliviana, llegó al extremo de defender a un grupo de personas implicadas en el asesinato de 18 campesinos en la localidad boliviana de Porvenir, entre los que se encuentra el prefecto del departamento de Pando, Leopoldo Fernández.

Human Rights no solo utiliza el tema de los derechos humanos con una finalidad política e ideológica, sino como elemento de persecución contra aquellos que ponen al desnudo su esencia contrarrevolucionaria al servicio de la CIA. Mediante la Moving Picture Institute, un engendro de su guerra mediática en el campo de la filmografía, Human Rights se ha dedicado a desinformar sobre la realidad en países como Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador, así como a denigrar a figuras que se oponen a la política interna y externa de los EE UU, como es el caso del documentalista Michael Moore.

LA HONRA DE LA DESHONRA.

Al recibir la Orden José Cecilio del Valle, en el Grado de Comendador, se produce una grave ofensa contra el sentimiento independentista de los hondureños. La burla no es solo de quien ofrece tal condecoración, sino también de quien la recibe.

La profanación del nombre del líder independentista centroamericano al ser condecorado un terrorista y detractor con la medalla que lleva su nombre, es un hecho imperdonable. Con tal acto se premia a la mentira, a la deshonestidad, al terrorismo, al apócrifo luchador por la justicia, que no hizo otra cosa que llevar a los asesinos del pueblo hondureños un mensaje de solidaridad de parte de gentes como Otto Reich, los ultraderechistas Ileana Ros Lehtinen, Mario y Lincoln Díaz Balart, los mafiosos de Miami y la más cavernaria cofradía reaccionaria dentro del congreso de Estados Unidos.

La bendición de este nuevo golpe de estado en Honduras: la realización de elecciones amañadas a partir del olvido de la constitucionalidad y el desconocimiento de los legítimos derechos presidenciales de Manuel Zelaya, cierran un capítulo de oscuras maniobras pero, por suerte, abren el camino hacia la radicalización de la lucha del pueblo hondureño por su independencia definitiva.

Rebelión ha publicado este artículo con autorización del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.