La pobreza en las áreas rurales de Honduras se incrementó en 1,2 por ciento después del golpe de Estado ocurrido en ese país centroamericano en junio de 2009, según datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Un informe del INE, publicado el pasado sábado, indica que en 2010 se registraron 100 mil personas […]
La pobreza en las áreas rurales de Honduras se incrementó en 1,2 por ciento después del golpe de Estado ocurrido en ese país centroamericano en junio de 2009, según datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Un informe del INE, publicado el pasado sábado, indica que en 2010 se registraron 100 mil personas más en estado de pobreza, lo cual señala que el índice ascendió de 58,8 por ciento a 60 por ciento en los últimos 12 meses.
De esta cantidad de pobres, 65 por ciento se ubica en el campo, mientras que 54,3 por ciento se localiza en las zonas urbanas.
El director del INE, Ramón Espinoza, sostuvo que, en total, alrededor de cinco millones de hondureños viven en la pobreza gracias a que sus ingresos son inferiores al costo de la canasta básica.
Además, el documento del INE resalta que existen 133 mil 737 ciudadanos que no realizan ninguna actividad laboral, lo cual es un obstáculo para superar sus precarias condiciones económicas.
La canasta básica en la nación centroamericana, que incluye como referencia alimentos, alquiler y educación para una familia de cinco miembros, tiene un costo de 12 mil lempiras (643 dólares aproximadamente), sin embargo, más de tres millones de personas sobreviven con menos de esto, destaca también el trigésimonoveno informe del INE.
Agrega que en estos momentos, en Honduras el salario mínimo alcanza las 5 mil 500 lempiras (alrededor de 295 dólares), lo cual sólo cubre el 45 por ciento de la canasta básica.
Sumado a esto, la plataforma de las organizaciones agrarias de Honduras denunciaron el pasado viernes las condiciones de desigualdad en las que se encuentra el campo, debido a que 1 por ciento de los empresarios son propietarios de la tercera parte de las tierras del país, mientras que unos 375 mil pequeños agricultores no tienen tierra dónde sembrar.
En ese sentiodo, las organizaciones campesinas exigieron una reforma agraria integral al actual Gobierno para que se resuelva la desigualdad en la tenencia de la tierra.
También pidieron que «el Estado establezca políticas públicas que apoyen a los productores para asegurar la producción de alimentos, basado en recursos locales y la promoción de la seguridad alimentaria».
Demandaron al Estado que asigne el 10 por ciento del presupuesto nacional a la promoción de la producción agrícola de los pequeños y medianos productores, a través de modelos que sean gentiles con el medio ambiente.
Después del golpe de Estado con el que se derrocó al presidente Manuel Zelaya el 28 de junio de 2009, Honduras se ha visto sumergida en una crisis social y de violaciones de derechos humanos.