La Importancia de la Sociedad de Naciones y las Naciones Unidas (24 de octubre, Día de las Naciones Unidas).
La Sociedad de Naciones o Liga de las Naciones, antecesora de la Organización de las Naciones Unidas es lo que permite que celebremos el 24 de octubre los 75 años de la fundación de esta última.
Estalla en 1914 la primera contienda bélica de carácter global, la primera gran guerra, originada por las grandes potencias de la época y sus intereses coloniales imperialistas. Terminada la misma 4 años después, luego de más de 8 millones de soldados y más de 6 (hay quienes hablan de más de 7) millones de civiles fallecidos, cayeron imperios y dinastías (4 que para aquel entonces aún existían: el turco, el austro-húngaro, el alemán y el ruso), y un nuevo mapa político europeo se dibujaba. Y nos dejaba (entre otras cosas) la Sociedad de Naciones.
La misma se creó con la finalidad de garantizar el mantenimiento de la paz mundial, la seguridad colectiva, fungir como árbitro internacional y el desarme para evitar otro conflicto a gran escala. Era en Versalles en 1919 donde se firmaba el armisticio y donde el Tratado que lleva su nombre dio lugar al nacimiento de esta organización. La misma duró 26 años oficialmente, de 1920 a 1946. Y decimos oficialmente pues de facto la Sociedad de Naciones (SDN) dejó de jugar el rol para el cual se había creado, dado que ya en los años 30, empezaban a estallar nuevos enfrentamientos bélicos y tensiones entre países, hasta llegar a la fatídica fecha del 1ro de septiembre de 1939 que la Sociedad de Naciones no pudo evitar. Desde ese año hasta 1945, dicha Organización no pasó de ser un mero espectador en la arena internacional desde su sede en Ginebra, de lo que acontecía entre las grandes potencias, por segunda vez en 20 años. Con más víctimas, más destrucción y peores consecuencias que en 1918. Además, luego de haber sido el principal promotor de la creación de una “asociación general de naciones” (en sus 14 puntos de propuesta en un discurso en 1918), el Presidente estadounidense W. Wilson no pudo convencer al Congreso de su país de adherirse a dicho tratado, y los Estados Unidos nunca formaron parte de la SDN. La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) fue expulsada, así como Turquía, antes de 1939. El Imperio Japonés, Italia y Alemania (admitido en 1926, se retiró en 1933, año en el que A. Hitler sube al poder), también se retiraron.
Terminada la II Guerra Mundial en 1945 y con un saldo inimaginablemente más terrorífico que lo contado en 1918, los países se encontraron en la necesidad de crear otra organización mucho más robusta y eficaz que la Sociedad de Naciones. Un sustituto, pues era evidente que alguna organización de carácter global era necesaria. Ya durante la guerra (a partir de 1941 y hasta 1945), se empezaba a hablar de la idea de la creación de una organización general internacional.
Desde la costa noreste estadounidense, pasando por Moscú (1943), Teherán (1943), Washington D.C.(1944 que mencionaremos en el párrafo siguiente), Yalta y San Francisco (febrero y abril de 1945, respectivamente), van teniendo lugar una serie de Conferencias entre los líderes de las potencias aliadas (contra el eje Berlín-Tokio-Roma), que van dictando la orientación y el camino a la fundación de una organización internacional, que pudiese cumplir el rol que la Sociedad de Naciones no pudo cumplir.
En abril de 1945 (un mes antes de finalizar la II Guerra Mundial), delegados representantes de 50 países (incluyendo a la República Dominicana), reunidos en San Francisco, EE.UU, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional, elaboraron una Carta con 111 artículos, basada en un documento discutido en la Conferencia un año antes en Dumbarton-Oaks, Washington D.C., firmada y aprobada dos meses después. En octubre, 5 meses después, específicamente el día 24, luego de la ratificación por parte de la gran mayoría de países, entró en vigor dicho documento, representando la piedra angular del derecho internacional y dando nacimiento a la Organización tal como la conocemos hoy. Así, se establecieron allí los objetivos de mantener la paz y la seguridad internacionales, fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la paz universal; realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión; y servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes (Artículo 1 de la Carta).
Hoy día, en sus 75 años de fundación, las Naciones Unidas sigue desempeñando un papel central en asuntos de interés internacional, como la reducción de conflictos y tensiones internacionales, la seguridad alimentaria, la erradicación de enfermedades, la atención y protección a los refugiados y a los migrantes, la lucha contra el analfabetismo y el fomento de la educación para todos, la legislación medioambiental, fondos marinos y el espacio exterior, el derecho al desarrollo y el establecimiento de normas mundiales en materia de derechos humanos.
La Sociedad de Naciones no pudo cumplir el mandato por el cual se fundó para preservar la paz y reorganizar de alguna manera las relaciones internacionales, sin embargo su importancia radica en ser la predecesora de las Naciones Unidas.
En una segunda entrega veremos el tema de la situación de la Organización en sus inicios y sus crisis, la configuración del mapa geopolítico y cómo cambiaron las relaciones internacionales a partir de 1945.
Ref. 1. Carta de las Naciones Unidas https://www.un.org/es/sections/un-charter/chapter-i/index.html
Pablo M. Medina Jiménez es especialista en Relaciones Internacionales
Blog del autor: https://medinajimenezpablo.wordpress.com/