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Disidentes sandinistas y liberales emergen como las nuevas alternativas políticas en un país hasta ahora bipartidista

Las nuevas fuerzas políticas

Fuentes: AFP / El Nuevo Diario

Los disidentes sandinistas y liberales se han erigido en fuerzas políticas de peso en las elecciones del domingo, atractivas sobre todo para los jóvenes, y en cuyas manos estará la llave para la victoria o la derrota del líder del Frente Sandinista, Daniel Ortega, en sus aspiraciones de llegar de nuevo al poder. Juntos, los […]

Los disidentes sandinistas y liberales se han erigido en fuerzas políticas de peso en las elecciones del domingo, atractivas sobre todo para los jóvenes, y en cuyas manos estará la llave para la victoria o la derrota del líder del Frente Sandinista, Daniel Ortega, en sus aspiraciones de llegar de nuevo al poder.

Juntos, los dos candidatos de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN, derecha), Eduardo Montealegre, y del Movimiento de Renovación Sandinista (MRS, izquierda) de Edmundo Jarquín, contarían con hasta el 40% de los votos, según los últimos sondeos.

Esto ha introducido una nueva variable en unas elecciones marcadas por la frontal oposición de Estados Unidos a Daniel Ortega, que marcha primero en los sondeos con entre un 31 y 34%, y el enorme rechazo que inspira en más de la mitad del electorado.

«Ortega tiene más posibilidades de ganar. Que lo haga o no es otra cosa», declaró a la AFP el analista Emilio Alvarez. La proliferación de candidatos -cinco en total- y la nueva legislación que prevé que aquel que obtenga un mínimo del 35% y una diferencia del 5% con respecto al segundo, será el vencedor, podría, efectivamente, beneficiar a la ‘bestia negra’ de Estados Unidos, que teme la influencia de las ‘amistades peligrosas’ -Venezuela, Cuba o Bolivia- de Ortega en la región.

Otros piensan que el efecto del ‘voto útil’ puede cercenar las esperanzas por cuarta vez de Ortega de llegar al poder que perdió en 1990 en las urnas. Todos coinciden, sin embargo, que en caso de segunda vuelta -lo que ocurriría por primera vez en la historia democrática nicaragüense-, el líder sandinista, que ha realizado un cambio radical de imagen y de discurso, nunca ganaría

Acabar con bipartidismo

Lo que no cabe duda es que tanto la ALN como el MRS podrían acabar con la hegemonía del Partido Liberal Constitucionalista (PLC, derecha) y del FSLN en el Parlamento. Montealegre, el ‘hombre’ de Washington, abandonó las filas del PLC en 2005 por discrepancias con su dirigencia, cuyo líder, el ex presidente Arnoldo Alemán, está condenado por corrupción.

También en 2005, una segunda oleada de disidentes del FSLN -encabezada por el carismático Herty Lewites- fue expulsado del partido ‘madre’ y tuvo su acomodo en el MRS que en 1995 fundó el escritor y ex vicepresidente Sergio Ramírez.

Ante la muerte repentina a comienzos de julio de Lewites, el desconocido economista y abogado Edmundo Jarquín, logró penetrar entre el electorado con una ingeniosa campaña mediática que le ha llevado a arañar entre un 10 y un 14% de las intenciones de voto, según los sondeos. Las rivalidades en las esferas de dirección de ambas facciones sandinistas llegaron hasta al enfrentamiento callejero y por primera vez tocó a las bases del partido que tomó bando provocando fisuras en la hasta entonces hegemonía del FSLN sobre la izquierda del país.

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