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Los observadores europeos afirman que Nicaragua vive un clima de tensión política excepcional

Fuentes: La Jornada

El director de la misión de observación electoral de la Unión Europea en Nicaragua, Claudio Fava, aseguró que persiste el clima de tensión política previo a los comicios presidenciales y legislativos del próximo domingo. En conferencia de prensa a pocas horas de que los nicaragüenses elijan nuevo mandatario y vicepresidente, a los integrantes de la […]

El director de la misión de observación electoral de la Unión Europea en Nicaragua, Claudio Fava, aseguró que persiste el clima de tensión política previo a los comicios presidenciales y legislativos del próximo domingo.

En conferencia de prensa a pocas horas de que los nicaragüenses elijan nuevo mandatario y vicepresidente, a los integrantes de la Asamblea Nacional y del Parlamento Centroamericano, el representante legal del grupo de observación europea, compuesto por 150 personas entre políticos y civiles, evaluó que «hay una confrontación muy fuerte en todo el territorio, ya que a veces encontramos tonos arriba de lo necesario», sobre todo entre los partidarios y simpatizantes de los cinco partidos contendientes.

Aun con la breve etapa del silencio del voto, medida legal para la reflexión ciudadana en los tres días anteriores a la jornada cívica, los desacuerdos y las discusiones proliferan en un contexto de agitada militantancia y en el cual se prevé la mayor participación electoral desde 1990, fecha de la derrota del dirigente del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Daniel Ortega, frente a Violeta Barrios de Chamarro de la entonces Unión Nacional Opositora, alianza conservadora que devino años después en el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y en la Alianza Liberal Nicaragüense, actualmente divididos.

En medio de las divergencias que se presentan en el país, el presidente nicaragüense, Enrique Bolaños, instó a los ciudadanos a participar en las elecciones: «esperamos que salgan a votar por el bien de la patria y por el futuro del país.»

Llamó a emitir el sufragio «por la paz, el fortalecimiento del bienestar, del progreso y la modernidad», sin referirse a alguno de los candidatos ni en alusión a su simpatía por uno de los partidos políticos.

En los últimos sondeos de opinión, Daniel Ortega, del FSLN, encabeza las preferencias, seguido de Eduardo Montealegre, de la alianza liberal. En el proceso también participan, con menor porcentaje de intención, Edmundo Jarquín, de los renovadores sandinistas, y José Rizo, del oficialista PLC.

Pero el resultado real de la contienda se conocerá después del domingo, sobre todo porque para la clase política las cosas no están definidas toda vez que «existen variables que podrían darnos grandes sorpresas», dijo en entrevista el analista político y ex candidato a la presidencia por los conservadores Alberto Saborío.

«La diferencia en los porcentajes será definida por los indecisos que aún no expresan su preferencia y también por el voto útil que se dará el mismo día». Evaluó que un amplio margen de votantes «podrían cambiar las cifras de las encuestas por las reales que serán emitidas el domingo y así fortalecer las cifras en favor de Montealegre.»

En contraste, el politólogo Oscar René Vargas, autor del libro Elecciones 2006, la otra Nicaragua posible, sostuvo que nunca desde la revolución en los años 80, «la participación del pueblo es activa y participativa», especialmente los jóvenes, que son 77 por ciento de los votantes y «positivamente sacan lecciones de los avances en educación y cultura durante los 11 años del gobierno sandinista, en comparación con la situación actual de nulas oportunidades y de la triste realidad que los obliga a emigrar».

Apuntó que al final del gobierno de Ortega (1979 a 1990) había 2 millones de pobres y en 2005 aumentaron a 4 millones 200 mil por la aplicación de políticas de libre mercado en los 16 años de gobiernos liberales de Barrios de Chamorro (1990-1996), Arnoldo Alemán (1996-2001) y Enrique Bolaños (2001-2006) bajo auspicio de Estados Unidos, «fundamentalmente en los gobiernos de George Bush padre y George Bush hijo».

Propuestas políticas

Nicaragua es considerada una de las naciones más pobres de Latinoamérica, junto con Honduras y Haití. Según cifras de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), de los 5.5 millones de habitantes, un millón y medio carecen de lo necesario para vivir y nutrirse, sobre todo en el área rural, donde se experimenta la descapitalización del agro, la emigración masiva hacia las ciudades y a Estados Unidos y la carencia de educación en todos los niveles.

El dato más dramático es que 35 por ciento de los niños menores de cinco años sufre desnutrición y desnutrición severa, casi la cuarta parte de la siguiente generación de jóvenes con futuro poco promisorio.

Los retos para la nueva administración que emergerá de las elecciones del domingo se centran en los problemas estructurales, deuda, pobreza, agro y migración.

Vargas, quien estudió en México un doctorado en Economía, dijo que la eventual administración «tendrá que negociar la deuda externa para dejar de ahorcar a la juventud nicaragüense», puesto que a finales de 2005 el gobierno y organismos internacionales de crédito condonaron la que adquirieron empresarios y banqueros por 600 millones de dólares, «cantidad que podría haberse canalizado para ajustar deudas y entregar recursos al sector social, pero se privilegió a los dueños del dinero».

Para el analista, el FSLN representa una alternativa pero éste, de llegar a la presidencia, deberá «orientar un perfil de participación social, mantener una relación cordial con Estados Unidos, generar alianzas con gobiernos progresistas como Venezuela, sobre todo en materia energética, y contener la migración con políticas de creación de empleos bien remunerados».

No obstante este escenario, Saborío subrayó que el problema urgente «es fortalecer el estado de derecho», acuerdos entre las cúpulas partidarias para permitir inversión nacional y extranjera. «Una reforma judicial», para darle margen a los inversionistas «a la tan esperada creación de empleos», pero siempre «manteniendo la independencia como Estado soberano».

Criticó la injerencia de Estados Unidos en el proceso electoral, que «no ayuda a resolver las urgencias del país», y sostuvo que lo «importante es que la ciudadanía va a elegir a Montealegre», pieza clave para encausar el Tratado de Libre Comercio que suscribió Nicaragua con el resto de Centroamérica -excepto Costa Rica-, Estados Unidos y República Dominicana.

Con el tono de la polémica, los nicaragüenses viven este tiempo de elecciones.