Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S Comín
¿Quién habló del fin del capitalismo oligárquico en Rusia, y de la neutralidad de los representantes del gran capital?
En realidad los oligarcas no se han venido abajo, más bien al contrario, han visto reforzadas sus posiciones en los últimos años. Se han repartido entre ellos nuestra economía, y ahora, en época de crisis, se han propuesto chantajear al gobierno. Lo cierto es, que los gigantescos recursos que ha asignado el gobierno para apoyar el sector real de la economía, se van en ayudas…a compañías extranjeras offshore.
En las dos últimas semanas el país ha visto una oleada de mítines. Los trabajadores de la naval de kronstadt,-una empresa con 150 años de historia- han visto indignados, como con la excusa de una reducción de plantilla, la dirección ha despedido a todo el personal de la empresa. En Togliatti, los representantes del sindicato independiente «Unidad», intentaron evitar la decisión de detener la cadena de montaje. La lista sería interminable.
Justo al mismo tiempo, ante el bar Jimmy’z en Mónaco, apenas puede avanzar el atasco de dos horas de vehículos con matrícula rusa. Los conductores de los «Bentley», «Rolls-Royce», y «Porsche», se empujaban junto a la entrada, intentando por todos los medios acceder al club. Dentro solo se oía hablar ruso. Por el aire circulaban frases como:» Mi amiga solo hablará con usted, si tiene quinientos millones». «Mi Petya pagó cinco millones por la villa»…
Por lo general, los oligarcas y la servidumbre que les rodea desconocen qué es eso de la crisis. La crisis es algo allá, en la lejana Rusia. Es comprensible, por cuanto nuestros oligarcas se rigen por una sencilla regla: privatización de los beneficios, nacionalización de las pérdidas. Están seguros de que todas las pérdidas de sus negocios las cubrirá sin falta el estado. Y, ciertamente, lo habitual es que no se equivoquen.
¿Cómo es posible? Los oligarcas rusos se guían por tres principios. Primero: el dinero hay que sacarlo de Rusia y guardarlo en el extranjero. Juzguen ustedes ¿a quién están ayudando ahora con el dinero de los presupuestos? Al sector metalúrgico, la industria automovilística, y la construcción de maquinaria. Estos son los hechos: El propietario de las tres empresas metalúrgicas, que integran el holding «Evraz Group» de Roman Abramovich, es la compañía offshore chipriota «Mastercroft, ltd». La compañía «Metalloinvest» de Alisher Usmanov pertenece a tres compañías chipriotas. En este bendito país con pocos impuestos, están registradas cuatro empresas, que controlan el 70% de las acciones de la orgullosa metalurgia rusa-«Severstal» de Alexei Mordashov.
Viene a resultar, que prácticamente toda la industria rusa está en manos, en comandita… de Chipre y la isla de Man.
El segundo principio reza. No hay que pagar impuestos, sino dividendos. ¿Para qué es necesario? muy sencillo: los impuestos se tienen que quedar en Rusia, mientras que los miles de millones de dólares, que se paga el oligarca a sí mismo, en concepto de utilidades, se pueden sacar del país sin hacer ruido y con pocas pérdidas. Hay que decir, que esto en gran medida ha sido alentado por nuestro estado, al establecer incomprensiblemente unos ínfimos impuestos a los dividendos, entre un 0% y un 9% de máximo.
De este modo, «nuestros empresarios, socialmente comprometidos» se han lanzado, cada uno a su manera, a sacar el beneficio al extranjero, siguiendo el esquema de los dividendos. El campeón en esto ha sido el consejo de directores de la sociedad «Karelsky okatysh». En noviembre de 2008, «Okatysh» asignó a sus accionistas los dividendos de varios años, de golpe. El resultado fue de 20 mil millones y medio de rublos, aunque en 2008 el beneficio neto de la empresa fuese dos veces inferior a esa suma.
Si miramos la situación en su conjunto, veremos lo siguiente: Hasta hace unos años, el gran capital ruso todavía no abusaba del esquema de los dividendos. Por ejemplo, «Severstal» en el 2005 destinó al pago de dividendos sólo el 6,4% del beneficio neto, y «Metalloinvest», el 10%.
Pasados tres años, la situación cambió. En el 2008 «Severstal «dilapidó en dividendos el 45,7% del beneficio, «Evraz» el 90%, y «Metalloinvest» el 100%.
El enriquecimiento «de la inteligencia el honor y la conciencia» de los negocios rusos se ven favorecidos por el tercer principio del «código del honor oligárquico». Dice así: mientras den dinero, hay que generar la mayor deuda posible. De todas formas, será el estado el que la asuma… Un caso simple. Entre el 2002 y el 2009 los préstamos extranjeros de las corporaciones oligárquicas aumentaron 12,3 veces: de 24 a 294 mil millones de dólares.
¿Cuál es el resultado? Por lo que parece, los oligarcas ya han decidido qué hacer con el sector real de la economía: Se están dedicando a sacar hasta el último céntimo de las empresas, sin olvidarse de ordeñar los fondos públicos, exigiendo ayudas urgentes para el sector real de la economía. Pero esa ayuda también, en su mayor parte, abandona nuestras fronteras. Está claro que ese flujo pronto se agotará. ¿Qué pasará luego? Después nuestros «capitanes de los negocios» dejarán en banca rota a las empresas y le cargarán al Estado los activos exprimidos a fondo. Pagar la deuda nos tocará a nosotros, a todo el país.
Texto original en ruso: http://www.argumenti.ru/