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Sahara Occidental

Los saharauis desafían a las autoridades marroquíes

Fuentes: L´Humanite

Traducido del francés para Rebelión y Tlaxcala por Rocío Anguiano

El muchacho, que no mide más de dos palmos, besa la bandera saharaui pintada apresuradamente en el muro de una casa de un naranja dudoso, color inevitable en el Aaiún (Sahara occidental). Desde mayo de 2005, esta ciudad es el escenario de un movimiento sin precedentes de oposición de los saharauis contra la ocupación marroquí. Es como si se hubiera implantado la rebelión. «Solo hay una solución: la autodeterminación» se ha podido oír en las calles al iniciarse el año. Al igual que en 2005, las reuniones se improvisan a la salida de los colegios o en las callejuelas, al caer la tarde. En la ciudad, se huele la crispación. La tensión oprime. Aquí, no son los jóvenes los que merodean por ahí, sino las fuerzas de seguridad. A Matallah, cuna de las manifestaciones, mires donde mires, es imposible no ver un uniforme. Este extraordinario despliegue, que reprime la rebelión a golpe de porra, intensifica todavía más los rencores y el sentimiento, muy real, de vivir bajo la ocupación en su propio territorio.

Después de interminables parloteos, frente al tradicional vaso de té, las lenguas se sueltan. Baïda cuenta como una fiesta familiar se convirtió en una pesadilla: alguien desplegó una bandera saharaui y los grupos urbanos de seguridad intervinieron violentamente. Ella buscó refugio en una tienda, en donde la golpearon. Creyendo escapar a los golpes se abalanzó sobre un jeep para pedir ayuda. Los ocupantes, policías, se encargaron de golpearla de nuevo. Baïda levanta el tradicional melhfa: su pierna y su brazo izquierdo están llenos de enormes hematomas. Esta joven dice que lamenta haber salido de los campos de refugiados saharauis en Argelia. «He perdido la libertad, confiesa. Aquí se vive bajo una férrea dictadura. Los defensores de los derechos humanos saharauis son victimas de intimidaciones, seguimiento policial o condenas arbitrarias. No es de extrañar que actualmente los jóvenes estén en primera línea en las manifestaciones. Esta generación solo ha conocido la ocupación, apenas ha sentido la esperanza suscitada por el plan de paz de la ONU y además está harta de las humillaciones sufridas desde hace treinta años por sus mayores.

http://www.humanite.fr/journal/2006-01-14/2006-01-14-821887

Rocío Anguiano es miembro de Tlaxcala ([email protected]), la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copylef.