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¿Hasta cuándo y por cuánto tiempo más alcanzará sólo con la televisión para entretener y seguir engañando al pueblo uruguayo?

«Maravillosa cajita electoral»

Fuentes: cx36 radio centenario

La Asociación de la Prensa Uruguaya acusó al Canal 12 de presiones y censura por el levantamiento del programa del periodista del argentino Jorge Lanata y calificó la situación como uno de los hechos más groseros de censura. APU señaló en el comunicado que se trata de uno de los hechos más groseros de censura […]

La Asociación de la Prensa Uruguaya acusó al Canal 12 de presiones y censura por el levantamiento del programa del periodista del argentino Jorge Lanata y calificó la situación como uno de los hechos más groseros de censura.

APU señaló en el comunicado que se trata de uno de los hechos más groseros de censura contra periodistas desde el retorno de la democracia en 1985. Lanata denunció las graves presiones al interferir en el trabajo periodístico y omitir la emisión de la publicidad del programa que aludían a personajes notorios.

El sindicato agrega que el levantamiento del programa tuvo lugar cuando el equipo de Lanata «había comenzado a emitir programas que ventilaban hechos protagonizados por hombres públicos y tenían establecida una agenda para continuar con similares denuncias sobre otros personajes, algunos visiblemente más poderosos que los denunciados hasta el momento».

El lunes, Lanata en Radio Sarandí dio a conocer una lista de nombres que tenía para investigar y que el Canal 12 rechazó en su gran mayoría. El periodista dijo que el gerente del 12 no aceptó que se investigara a Julio Luis Sanguinetti, al hijo de Tabaré Hackenbruch, a Eddy Espert, al Goyo Alvarez, a Eduardo Ache, a Víctor Della Valle, a Oscar Magurno, y a Ricardo Scaglia.

Cuando se levantó el programa de Lanata se iba a analizar la trayectoria política del ex embajador en la Argentina y ex senador Juan Raúl Ferreira.

En general, los otros medios de prensa y los periodistas, han orientado a la opinión pública hacia el poder económico de Francisco Paco Casal, empresario futbolístico que tiene el monopolio de las transmisiones de fútbol y que se negó a presentarse en vivo en el programa.

Nosotros en cambio, pensamos que la incidencia principal proviene de los sectores políticos, más que de los intereses financieros y empresariales; más interesados por la puja de las transmisiones del campeonato y los partidos de la selección, que por la libertad de prensa.

La censura al periodista argentino forma parte del poder hegemónico de la televisión uruguaya, una verdadera corporación que ejerce el dominio total en la conformación de la opinión pública uruguaya. Un poder que los dueños de los medios de comunicación han ejercido con impunidad, toda la vida sin que llamara demasiado la atención a la sociedad uruguaya.

Pudiera ser que ahora, ante los cambios políticos algunos roles no estén del todo claros, y muchos de los que se prepararon para representar determinados papeles en la obra, se encuentren que su lugar ya ha sido ocupado por otros actores con anterioridad. Y en ese sentido hasta hoy, muy buena parte del público mira esta radio con recelo, porque no alcanza a discernir entre las ideas y las actitudes identificadas con un conjunto de consecuencias, resultantes de la actividad de las instituciones.

Mucha gente desconoce -o no se ha puesto a pensar- cuanto tiene que ver el desarrollo de los medios de comunicación y la formación de opinión ciudadana, sus costumbres, motivaciones y creencias. Cuando vemos la lucha del Cacho Matto y sus compañeros de El Correo en defensa de la Institución estatal, nos viene a la memoria que los ritmos de las comunicaciones siempre se desarrollaron en la misma medida que aumentaron las velocidades. Es imposible establecer la fecha en que fue remitida la primera carta en la historia. Pero seguramente deberíamos remitirnos a varios milenios antes de nuestra era.

Las comunicaciones siempre estuvieron estrechamente ligadas a la economía y las finanzas. En 1815, en Waterloo, hacia el Canal de la Mancha cabalgaba a todo galope un jinete. No hizo ningún alto en el camino, pues en cada posta tenía preparado un caballo fresco. En el puerto de Ostende se embarcó a bordo de un navío que al instante levó anclas. Al día siguiente, tras desembarcar en la costa de Inglaterra en Folkestone, el mensajero siguió a todo galope en dirección a Londres, donde inmediatamente se dirigió a la bolsa. Allí le esperaba Natan Rothschild el potentado que tenía fama de ser hombre muy emprendedor y bien informado. Tras oír al correo ordenó vender sus acciones. Los asiduos de la bolsa imitaron inmediatamente su ejemplo suponiendo que Rothschild había recibido la noticia del triunfo de Napoleón sobre Wellington, lo cual sería una terrible amenaza para el bienestar de Inglaterra. Los valores de las acciones empezaron a caer en picada. Después de que alcanzaban su punto más bajo, Rothschild las volvía a adquirir nuevamente en enormes cantidades. Demoró más de un día que llegara a Londres la nueva noticia de que Napoleón había sido derrotado en Waterloo y el pánico fue obra intencionada de Rothschild, para comprar las acciones gratis. En un momento el emprendedor banquero se enriqueció aún más, después de haber cubierto los gastos de su observador en Waterloo y de aquellos medios de comunicación antiguos.

Este relato ilustra elocuentemente la idea de que el aumento de la velocidad de transmisión de la información era una necesidad y una exigencia en primer lugar de la vida económica de la creciente burguesía. Esta es la primera y principal razón por la cual los medios de comunicación deben estar siempre en manos y al servicio de la clase dominante.

El progreso técnico y científico en todas las épocas ha ido creando las condiciones para solucionar el problema de las necesidades de comunicación de la burguesía. En Europa primero, después en los Estados Unidos y posteriormente trasladado a América Latina el auge de las comunicaciones se caracterizó por la activación de la vida política.

Después un acontecimiento revolucionario en la esfera de las comunicaciones masivas, fue el invento del telégrafo. Por primera vez la información cobró rapidez y la distancia dejó de ser un objeto insalvable. Con el invento del telégrafo comenzaron a proliferar los periódicos y las revistas y aparecieron las primeras agencias de noticias telegráficas.

A finales de 1800 comenzaría la era de la radio. Y empezaba a desarrollarse también el cine. Los hermanos Lumiére en París, organizaban la primera función organizada que se llamó «Fotografía viva». Poco a poco la humanidad se acercaba al descubrimiento del medio de comunicación que había de convertirse en el más sensacional y más masivo: la televisión. El motivo y el origen de los recientes acontecimientos entre el Canal 12 y el periodista argentino.

Por los años treinta se realizaron por primera vez de manera experimental la transmisión de imágenes a distancia. La Segunda Guerra Mundial interrumpió los trabajos para el desarrollo de la televisión, pero en 1950 en el mundo funcionaban ya 130 transmisores de TV en el mundo.

Durante el periodo de postguerra crecían paralelamente el número de receptores de radio y de TV en el planeta entero. A mediados de los años cincuenta, el número de receptores de radio era aproximadamente de 250 millones y ya superaban la tirada general de todos los diarios. El salto cualitativo vino después, cuando se produjo la industrialización en masa de las radios a transistores. Por otra parte, se agudizaba la lucha ideológica y política en la arena internacional y en ese contexto aumentaba considerablemente los problemas de la información internacional y la propaganda de política exterior de las grandes potencias.

Sin embargo, una mención aparte merece la televisión porque ninguno de los inventos registrados en la esfera de las comunicaciones masivas ha ejercido en tan poco tiempo tanta influencia en la vida del hombre y de la sociedad como la televisión. Han pasado apenas 65 años desde las primeras transmisiones experimentales de la imagen a distancia y solamente unos 45 desde que comenzara la producción masiva de los televisores. Y la caja mágica ha conquistado las cabezas del mundo entero, más de tres mil millones de habitantes de la tierra ven diariamente los programas de televisión.

En nuestro país la primera emisión a distancia de televisión fue hecha por Sapelli y se encargó de transmitir un discurso político en 18 de Julio, del Partido Colorado, durante un acto electoral. La televisión nacería unida estrechamente al poder político y económico. Hoy se puede calcular que cada uruguayo medio pasa cada vez más tiempo frente al televisor y de su vida promedio de setenta años, unos doce de ellos se los dedica al televisor.

Durante todos estos años ha existido por parte de los ideólogos y propietarios de los medios de comunicación la voluntad de sistematizar las líneas de investigación que en los últimos años han iniciado una profunda renovación en la comprensión de los efectos de la comunicación de masas. En escaso tiempo -y menor conocimiento- hemos apreciado que el interés de los actores políticos y sociales por participar en espacios de radio, ha disminuido sustancialmente en relación a las posibilidades y oportunidades de la televisión. El dirigente político o social prefiere estar en pantalla comiendo con la boca llena y casi sin poder hablar, en un programa frívolo y sin contenido, antes que en una entrevista seria y profunda en una radio. El protagonista sabe bien que en estos tiempos el discurso no está dirigido a la conciencia de las personas ni a emplear la técnica de la persuasión de los individuos, sino al modelo del «efecto». Son más importantes los «efectos» que los «contenidos».

En otras palabras, las campañas electorales dirigidas desde las agencias de publicidad, han llevado en los últimos años a una revaloración de la dimensión de la actividad pública de los medios de comunicación de masas. La masificación, alienación y homogeneización de los valores sociales y culturales y de la formación del espacio político como resultado de la actualización de los mismos principios de publicidad, surgidos del neoliberalismo.

Antes, el poder de los medios de comunicación de masas se consideraba muy limitado frente a otras fuentes de influencia, tales como la influencia personal, el liderazgo de opinión, la propia personalidad, en la esfera político electoral. Benito Nardone desde radio Rural, y la importación de cientos de miles de receptores Spika a transistores, marcaron toda una época de las comunicaciones donde el liderazgo se unía exitosamente a las comunicaciones. Sin embargo, la aparición de la televisión como medio de comunicación de masas hegemónico y su constante incidencia, pronto impulsó la necesidad de llevar a cabo un replanteamiento de los resultados obtenidos con anterioridad.

Pronto se dieron cuenta los técnicos e ideólogos que la irrupción de la televisión en la vida política conllevaría consecuencias mucho mayores que los primeros usos políticos de la radiodifusión. Este sería el origen del cambio de orientación que ha experimentado la investigación de los efectos. El primero en estudiar los cambios de orientación tuvo lugar a mediados de los años cincuenta. Cuando los politólogos norteamericanos especializados en el estudio del comportamiento electoral se lamentaron al comentar una antología de ensayos sobre este tema de la insuficiente consideración de los medios de comunicación en general y de la televisión en particular, como fuentes de notable influencia en la decisión de voto de los estadounidenses en las campañas electorales.

En uno de esos primeros informes iniciales se destacaba la relativa insignificancia de los medios de comunicación de masas como influenciadores de la decisión de voto. Y el informe agregaba algo muy importante diciendo «La supuesta impotencia de los medios de comunicación de masas es una consecuencia del hecho de que los estudios hasta ahora realizados no se han orientado convenientemente hacia la observación de este aspecto del voto». A juicio de quienes veían y oían por aquellos tiempos los medios de comunicación podían tener un impacto mucho más decisivo del que los investigadores creían.

Mucho agua ha corrido debajo de los puentes y ahora nadie discute que los medios de comunicación inciden en el comportamiento electoral de la población y muy especialmente la televisión, actúa como el medio con mayor incidencia en el sistema político al contribuir a la creación del clima político, la imagen de los candidatos y de los partidos, y la creación de un sentimiento de urgencia, de necesidad o de prioridad por lo que respecta a determinados acontecimientos que se debaten en una campaña electoral.

¿Cómo explicarse que un obrero de ANCAP, un funcionario de OSE, un cooperativista de FUCVAM, un maestro de escuela, un deudor en dólares, o un ciudadano de Fray Bentos haya votado al ministro de Economía Danilo Astori? Los mismos electores que defienden el patrimonio nacional, el agua potable, el medio ambiente, la educación, el crédito para vivienda, son los que respaldaron -con su elección- al defensor del Fondo Monetario Internacional, la banca internacional, las empresas extranjeras, y las privatizaciones de los entes del Estado. Solo tiene una explicación: el «efecto» de la televisión. En la actualidad casi todos los estudios están centralizados en el análisis de la comunicación política. En primer lugar, no debemos desconocer que el sistema político ha sido siempre una de las principales fuentes de financiación de la investigación comunicativa, por cuánto la actividad política requiere necesariamente la acción pública que caracteriza a los medios de comunicación de masas.

En nuestro país los cambios parten de la nueva realidad política donde el sistema político perdió su consolidación anterior y ahora muestra sus primeras fisuras relevantes. Los partidos políticos de la burguesía han perdido transitoriamente su influencia social, mediante la reducción de la afiliación política y por todo ello, existe una mayor dependencia de los partidos políticos respecto de los periodos electorales.

La investigación comunicativa se plantea situarse ahora ante la necesidad de replantearse la influencia de los medios de comunicación como la televisión en la vida política como consecuencia de la creciente pérdida de la identificación con los programas políticos por parte de la población. Durante los dos últimos periodos electorales no fue posible establecer un debate público entre los diferentes candidatos políticos ni se divulgaron programas. Y se dijo que, hasta de aquellos líderes que enarbolaban un folleto del programa de gobierno entre sus manos, se trataba tan solo de una portada sin contenido en su interior porque este no había sido impreso.

Por ello los candidatos políticos se reúnen previo a las campañas electorales y establecen las pautas y reglas de juego generales. La falta de una militancia estable y activa implica ahora que el interés por los mensajes electorales se concentre en pocas semanas y por eso acuerdan vedas, o que no pueda prolongarse la campaña en periodos más extensos. Los electores indecisos -que van en aumento- o los que decidan cambiar de partido, tienen las mismas posibilidades de seguir las transmisiones electorales que los electores partidistas, los militantes, los activistas. Los medios de comunicación de masas, sustituyen cada vez más a los partidos políticos, se convierten en los nuevos puntos de referencia para la creciente masa de electores indecisos.

La fidelidad al pasado, la dominación de los medios de comunicación incidieron más que nunca en esta oportunidad, al punto de que la campaña electoral de las elecciones municipales fueron casi sin la presencia de los candidatos políticos despersonalizadas totalmente. La televisión incide directamente en el tipo de valorización del público sobre la política y los políticos. Inciden además sobre el grado de compromiso del público con las diversas organizaciones políticas. Y por último la televisión desarrolla una notable incidencia sobre el grado de consenso de la sociedad, sobre la agenda de temas políticos. Evidentemente la incidencia de la televisión dependerá de los diversos usos que de la comunicación política hace la audiencia, pero se puede afirmar que la sociedad moderna tiende a homogeneizarse. Salvo en aquellos casos de existencia de diversidad en la formación política, fundamentalmente en dependencia de la familia o en grupos de profesionales que muestran compromisos respecto a un partido o de una organización política, en razón de elementos de conciencia.

Hoy en ADM el momento culminante de la reunión y de mayores aplausos se produjo cuando el representante del gobierno progresista y el «tesorero» de la caja anunció las futuras privatizaciones. Particularmente destructoras son las consecuencias de la política económica fondomonetarista en el dominio social. Los empresarios y banqueros aplauden cuando les dicen de privatizaciones, mientras que se les caen las lágrimas cuando les insinúan un aumento salarial de miseria y una ayuda social de limosna. A estos burgueses solo les gusta donar una heladera o un televisor cuando los nombran por la tele y les beneficia en eludir impuestos y obtener publicidad gratuita. Se sigue ahondando el contraste entre los grupos sociales privilegiados y los discriminados, entre la situación de los ricos y la de los pobres. Continúa empeorando la situación de los sectores que se hallan por debajo del nivel oficial de pobreza. Muchas de las conquistas sociales de que se enorgullecía la clase obrera con razón, han sido pulverizadas en uno u otro grado. Dicho de otro modo, la política económica de los economistas aún dentro de los límites en que han logrado realizarla, se ha tornado prácticamente en una revancha social de las clases pudientes por las concesiones hechas en los primeros días de gobierno progresista.

Pero no menos considerable es el daño sicológico causado a los trabajadores.
Las inversiones extranjeras en las plantas de celulosa.
Las nuevas privatizaciones anunciadas por astori.
Los aumentos de los combustibles y próximamente del precio del boleto urbano.
Esta modernización de la economía uruguaya realizada con absoluta indiferencia hacia las consecuencias para la sociedad seguirá agudizando sobremanera el problema del desempleo, el hambre y la miseria.

¿Hasta cuándo y por cuánto tiempo más alcanzará sólo con la televisión para entretener y seguir engañando al pueblo uruguayo?