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Más de un millón de mexicanos se manifiestan para repudiar la inhabilitación del candidato presidencial de la izquierda

Fuentes: La Jornada

El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que ni los más sucios políticos podrán manchar el »noble oficio de la política», cuando ésta permite al ser humano ponerse al servicio de los demás, guiados por valores más elevados que sus propias aspiraciones personales, y propuso un pacto con todos los […]

El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que ni los más sucios políticos podrán manchar el »noble oficio de la política», cuando ésta permite al ser humano ponerse al servicio de los demás, guiados por valores más elevados que sus propias aspiraciones personales, y propuso un pacto con todos los sectores de la sociedad para construir juntos los cambios que demanda el país, pues si bien »es posible transformar la realidad con sólo el empuje de la sociedad, se avanza más y de manera menos conflictiva si se pacta ese compromiso con los diversos actores de la vida pública».

En su mensaje, después de la marcha silenciosa que, a decir de Martí Batres, presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) capitalino, convocó a un millón de personas, y que según reportes policiacos fueron un millón 200 mil, el mandatario definió su propósito de establecer en el país un »Estado de bienestar», y delimitó como primer punto de la agenda, »sin lugar a dudas, el combate a la pobreza», porque »la mejor garantía de seguridad y tranquilidad es evitar que siga creciendo la desigualdad social».

Convicción y compromisos

En su discurso de 33 minutos, de los cuales 5 fueron improvisados, López Obrador pidió el compromiso de la gente sobre tres puntos: seguir defendiendo el derecho del pueblo a elegir libremente a sus gobernantes; evitar la provocación y orientar todas las acciones del movimiento de resistencia civil por la vía pacífica, y convencer a más gente hasta lograr la transformación política, social, económica y cultural »que nos hemos propuesto», a lo que la multitud respondió con un prolongado »¡Siiií!» López Obrador selló el pacto con un »así sea», pero fue mayor la ovación al ratificar su decisión de retomar hoy sus funciones al frente del gobierno, para »seguir sirviendo al pueblo bueno, generoso y solidario de México, Distrito Federal».

A continuación, el texto íntegro del discurso que pronunció López Obrador en el Zócalo, tras participar en la marcha del silencio como parte de las acciones de resistencia civil pacífica por la defensa de la voluntad popular y la libertad de elección:

»Amigas, amigos, compañeras, compañeros, ciudadanos independientes, mujeres y hombres libres de México.

»Los últimos acontecimientos, particularmente la maniobra de la Procuraduría General de la República y del PAN de otorgarme una fianza no solicitada de 2 mil pesos, y la descarada campaña en mi contra impulsada desde Los Pinos, están reafirmando lo que sostuvimos desde el principio: que el asunto del desafuero no es de naturaleza jurídica, sino política.

»La consigna es inhabilitarme políticamente para que mi nombre no aparezca en las boletas electorales de 2006.

»Es obvio que esta decisión arbitraria va más allá del daño que, en lo personal, puedan causarme. Están, como lo percibe la mayoría de los mexicanos, tratando de quitarle al pueblo el derecho a elegir libremente a sus gobernantes.

»Pretenden apropiarse el derecho del pueblo a elegir; quieren decidir desde Los Pinos, como antes, sobre quién sí y quién no debe participar en la contienda electoral de 2006. Esto es a todas luces un agravio y un retroceso a la incipiente democracia mexicana.

»Por esa razón mucha gente que no milita en mi partido, el PRD, que no comparte del todo la forma de ser o de pensar que tenemos, que posiblemente ni votaría en 2006 por nosotros, toda esa gente que tiene diferencias con nosotros, de todas maneras está manifestando abiertamente su inconformidad ante el retroceso democrático.

»Sostienen que nadie puede estar por encima de la voluntad popular y que en vez de excluirnos a la mala, nos deberían ganar en buena lid en las urnas electorales, así es la democracia. Me refiero a militantes de otros partidos y a ciudadanos independientes que en estos momentos de definición se están comportando como verdaderos demócratas. Para ellos, nuestro reconocimiento sincero.

»Ahora bien: ¿por qué nuestros adversarios tienen tanta fobia contra nosotros? ¿Por qué están hasta dispuestos a degradar y a envilecer a las instituciones de la República? ¿Por qué se exponen hasta el ridículo, tratando de justificar lo que para la mayoría de los mexicanos no es más que una burda maniobra política?

»La única explicación lógica que encuentro a esas interrogantes es que a nuestros adversarios les produce un miedo irracional el que estemos proponiendo llevar a la práctica un proyecto alternativo de nación. Eso es lo que les produce ese miedo irracional y cobarde.

»Por eso, desde el Zócalo, corazón político de México, para aclarar bien las cosas y tratar de serenar los ánimos, conviene esbozar con claridad qué es lo que nosotros estamos postulando.

»En qué consiste la transformación que proponemos; qué significa llevar a cabo una renovación tajante y aplicar una nueva legalidad, una nueva economía, una nueva política y una nueva convivencia social con menos desigualdad y más justicia y dignidad.

»En primer término, aclaro, nuestro proyecto no implica excluir, hacer a un lado a nadie. Por el contrario, proponemos un pacto con todos los sectores de buena voluntad para emprender, juntos, los cambios que demanda el país.

»Ya sabemos que se puede contar con la voluntad popular, pero eso, aunque esencial, no lo es todo; hace falta también tomar en cuenta a los representantes de los sectores sociales, civiles, económicos, religiosos y políticos del país.

»Dicho de otro modo, es posible transformar la realidad con sólo el empuje de la sociedad, pero se avanza más y de manera menos conflictiva si se pacta ese compromiso con los diversos actores de la vida pública.

»Asimismo, el cambio que proponemos no significa un retorno al estatismo, como tampoco implica la adopción sumisa de las políticas neoliberales ineficaces y deshumanizadas.

»La alternativa es aprovechar la globalización y no sólo padecerla. Se trata de atender los fundamentos actuales de la economía mundial, pero ejerciendo nuestra libertad para aplicar los puntos de vista y la política que más convenga al interés nacional.

»Tampoco proponemos autoritarismo, mano dura, predominio de un poder sobre los otros; mucho menos la desaparición del Poder Judicial o el encarcelamiento de políticos y gobernantes, como propagandísticamente sostienen nuestros adversarios. »¡Nada de eso!

»Nosotros buscamos un cambio con el concurso de todas y de todos, persuadiendo y convenciendo que la mejor garantía, que se escuche bien, la mejor garantía de seguridad y tranquilidad está en evitar que siga creciendo la desigualdad social en nuestro país. Por eso hemos dicho y repito: por el bien de todos, primero los pobres.

»¿A qué nos referimos cuando hablamos de una nueva legalidad? A consolidar la democracia, a eso nos referimos, porque no sólo es el mejor sistema de gobierno y el método más eficaz para conseguir la armonía, sino porque la democracia genera equilibrios y contrapesos, propicia dignidad y evita que alguien, en cualquiera de los sitios mayores o menores de la escala, se sienta absoluto.

»También creemos en la necesidad de reformar al Poder Judicial para convertirlo en el ancla de la estabilidad política del país, pero esta reforma la concebimos como un proceso que debe emanar de ese propio poder porque, precisamente, su fortaleza tendrá que venir de su independencia y de la rectitud de jueces, magistrados y ministros en la aplicación de las leyes y en la vigencia del Estado social y democrático de derecho.

»Es un imperativo consolidar las instituciones, hacer valer a plenitud el principio de división y equilibrio de poderes, mantener al Ejército como una institución fundamental para la defensa de la soberanía nacional y otorgar prestigio y respetabilidad a la Presidencia de la República.

»El Presidente de México debe actuar como hombre de Estado, como estadista, no debe comportarse como jefe de partido, de facción o de grupo. El Presidente debe representar a todos los mexicanos. El Presidente debe ser factor de concordia y de unidad nacional. El Presidente no puede utilizar a las instituciones de manera facciosa para ayudar a sus amigos ni para destruir a sus adversarios.

»Cuando hablamos de una nueva economía, estamos pensando en mantener equilibrios macroeconómicos, pero con crecimiento y bienestar.

»Sostenemos que impulsando la industria de la construcción y haciendo muchas obras públicas en el país, pronto se puede reactivar la economía y generar muchos empleos. También si a la luz de los cambios que se han presentado en el mundo y en nuestro país regresamos a las políticas de fomento, a los sectores agropecuario, pesquero, turístico e industrial, se pueden fortalecer la actividad productiva y el mercado interno para evitar que los mexicanos sigan emigrando a Estados Unidos en busca de trabajo.

»Consideramos que, sin privatizar, sin privatizar la industria eléctrica y el petróleo, es posible modernizar al sector energético.

»En específico es necesario darle valor agregado al petróleo. No debemos limitarnos a ser exportadores de crudo, sino apoyar la refinación y la petroquímica para generar empleos en el país y lograr que la gasolina, el gas y otros derivados no se importen, se produzcan en el país y se vendan a precios justos y competitivos en el mercado internacional.

»Cuando hablamos de una nueva política estamos pensando en el ejemplo de los liberales del siglo XIX. En esa época, la del presidente Juárez, actuaron los hombres públicos, funcionarios y periodistas más inteligentes, patriotas y consecuentes que haya tenido México.

»La política, aunque se piense lo contrario, porque la han manchado los malos políticos, pero la política es tan limpia que ni los más sucios políticos van a poder mancharla. La política es un noble oficio, es lo que permite al ser humano ponerse al servicio de los demás. Es la actividad que permite ayudar al prójimo, ayudar a los necesitados, a los pobres; es la que puede permitir que las cosas mejoren en cualquier sociedad, en cualquier país.

»La política es un noble oficio y quienes se consagren a ella deben estar decididos a guiarse por valores más elevados que sus propias aspiraciones personales; el poder no es la prepotencia, la parafernalia, mucho menos la corrupción, el hacerse grande con la riqueza mal habida; eso no es el poder.

»El poder sólo adquiere sentido y se convierte en virtud cuando se ejerce en beneficio de los demás.

»Cuando nos referimos a una nueva convivencia social con menos desigualdad y más justicia y dignidad, estamos imaginando a un Estado que cumple con su responsabilidad social.

»Creemos firmemente en que se puede alcanzar una sociedad mejor. La propuesta que tenemos es establecer en nuestro país un Estado de bienestar, un Estado igualitario y fraterno en el que los pobres, los débiles y los olvidados encuentren protección ante incertidumbres económicas, desigualdades sociales, desventajas y otras calamidades, y donde se pueda vivir sin angustias ni temores.

»En México hay recursos suficientes; a pesar de que nos han saqueado por más de cinco siglos, hay todavía muchos recursos que bien administrados pueden permitir dar seguridad a todos los mexicanos desde la cuna hasta la tumba, y ésa es nuestra propuesta.

»Ese Estado igualitario y fraterno debe hacer efectivo el derecho constitucional a la alimentación, al trabajo, a un salario justo, a la salud, a la educación, a la cultura, que es nuestra fuerza de identidad, y el derecho a la vivienda.

»A esto es a lo que nos referimos cuando hablamos de patria para todos, de patria para los pobres, los desposeídos y los humillados de nuestro país. Todo esto que proponemos, amigas y amigos, es realista y, más que nunca, necesario. No puede haber gobernabilidad en nuestro país, ni progreso ni tranquilidad ni paz social con un océano de desigualdad.

»El primer punto de la agenda para la transformación de México no es cobrar IVA en medicamentos, en alimentos, mucho menos el querer privatizar la industria eléctrica y el petróleo; ésas, sus llamadas reformas estructurales, o mal llamadas reformas estructurales.

»El primer punto de la agenda para una verdadera transformación en nuestro país tiene que ser, sin lugar a dudas, el combate a la pobreza; ese es el primer punto de la agenda en nuestro programa de transformaciones.

»Desde luego que pensamos distinto, esto es natural en una sociedad democrática; no puede haber un pensamiento único, pensamos distinto, pero no hay motivos para que nadie se preocupe o se alarme con nuestro proyecto alternativo de nación.

»Además, no hay que imaginar cosas que no van a suceder. Nosotros no odiamos ni buscaremos venganzas. No vamos a perseguir a nadie, no inventaremos delitos. No daremos consignas al Poder Judicial o al Ministerio Público. Seremos absolutamente respetuosos de nuestros adversarios y del derecho a disentir.

»Nosotros nunca vamos a apostar a destruir a nuestros adversarios, no vamos a actuar de esa manera. Además, la gran tarea de transformación del país requiere de tolerancia, acuerdos, concordia y, sobre todo, de no perder el tiempo en revanchas políticas, porque la gente lo que exige en todas partes, en el norte, en el centro, en el sur del país, el pueblo de México lo que está demandando son resultados inmediatos y concretos para contar con empleo y vivir con tranquilidad, seguridad y bienestar.

»Amigas y amigos:

»Ojalá que rectifiquen nuestros adversarios. Que depongan su actitud de encono y descalificación.

»Por nuestra parte siempre habrá una actitud franca, generosa, responsable. Repito: no seremos nosotros los que dañemos a México, porque nosotros amamos profundamente a este país y estamos empeñados en rescatarlo, en enaltecerlo, sacarlo adelante haciendo honor a su historia de grandeza y a la generosidad de su pueblo.

»Vamos a continuar luchando de manera pacífica. Confiemos en que nuestra causa es justa y va a triunfar. Sigamos adelante con el plan de resistencia civil pacífica que aprobamos aquí el 7 de abril.

»Hagamos caso a la orientación de la coordinación nacional integrada por Leonel Cota Montaño, Martí Batres, José Agustín Ortiz Pinchetti, Bertha Chaneca Maldonado y Elenita Poniatowska.

»Les propongo que participemos en las asambleas informativas, el próximo domingo en todas las plazas públicas del país y en las 16 delegaciones del Distrito Federal.

»Establezcamos aquí tres compromisos fundamentales, y por ello les pregunto:

»1. ¿Vamos a seguir defendiendo el derecho del pueblo a elegir libremente a sus gobernantes?

»2. ¿Vamos a seguir evitando la provocación y orientando todos nuestros actos por la vía pacífica?

»3. ¿Vamos a seguir convenciendo a más gente hasta lograr la transformación política, económica, social y cultural que nos hemos propuesto y que requiere el país?

»Así será.

»Amigas y amigos:

»Les informo, aunque ustedes ya lo saben, que legalmente sigo siendo el jefe de Gobierno del Distrito Federal, no sólo porque fui electo de manera democrática, sino porque jurídicamente ni estoy sometido a proceso judicial ni la Corte ha resuelto la controversia constitucional que presentó la Asamblea Legislativa.

»En consecuencia, el día de mañana regreso a trabajar a mi oficina; a mi oficina es un decir, porque hay que ir a supervisar las obras, a supervisar los programas. Vamos a seguir sirviendo al pueblo bueno, generoso y solidario de México, Distrito Federal.

»Estemos pendientes, estemos atentos, vamos a defender la democracia; sufragio efectivo, no descalificación. »En estos últimos días, del 7 de abril a la fecha, desde un poco antes, pero de manera muy señalada en estos últimos días, he recibido muchas muestras de apoyo, de solidaridad de ustedes, de trabajadores, amas de casa, campesinos, indígenas, comerciantes, profesionistas, intelectuales, artistas, empresarios, de todo el pueblo; por eso vuelvo a repetir: »De todo corazón: les quiero desaforadamente. Muchísimas gracias, amigas y amigos.»