Transcripción y edición: Mario Hernandez
Palabras pronunciadas por el senador haitiano Jean Charles Moïse en la sala Paulina Luisi del anexo de Diputados del Palacio Legislativo de Uruguay, en nombre de las organizaciones sociales haitianas, en homenaje al ex diputado Guillermo Chifflet.
Henry Boisrolin: Va dirigirles la palabra el Senador Moïse que va a hablar en creole por la simple razón que el video que están filmando lo vamos a pasar a Haití, donde la enorme mayoría del pueblo haitiano, todos, hablan creole y no francés. Yo voy a tratar de traducir al castellano.
Jean Charles Moïse: Buenas tardes a todos. Estoy emocionado por el recibimiento tan caluroso desde que llegué aquí. Tengo una vida política larga. Empecé a luchar desde el liceo, después continué con algunos grupos campesinos. Fui intendente de mi ciudad en 3 oportunidades y dirigente de la Asociación Mundial de intendentes y durante dos años asesor del presidente Preval. Hoy soy senador de la República de Haití. Tenemos una posición muy clara respecto de la situación actual del país, pero no vamos a detenernos en este tema, sino sobre la cuestión de la Minustah.
Es un honor homenajear al diputado Guillermo Chifflet por su decisión de tanto coraje (renunció a su banca en repudio al voto positivo del Parlamento uruguayo para enviar tropas a Haití). Sr. diputado, en nombre del pueblo haitiano y en el mío personal le damos las gracias por su acto de grandeza. Es un gesto que no encontramos tan fácilmente sobre esta Tierra. No hace falta esperar la muerte de alguien para rendirle homenaje. Estaba en Haití cuando escuché hablar de su acto, y nunca pensé que podría encontrarme con Ud. Su acción me dio más coraje para seguir luchando. una vez más, en nombre del pueblo haitiano le damos las gracias.
Ahora, vamos a hacer un pequeño resumen del accionar de la Minustah. Eso quizá va a ayudar a familiarizarnos con lo que está ocurriendo. Desde 1986 la comunidad internacional tiene un plan para Haití. Salvo en 1990, el pueblo haitiano no pudo desarmar ese plan. Habíamos elegido democráticamente como presidente a Jean Bertrand Aristide. Siete meses después, la comunidad internacional y la oligarquía haitiana lo derrocaron. Destruyeron el sueño del pueblo. También en 2004 el pueblo haitiano volvió a elegir a Aristide y Francia, Canadá y EE. UU. con un sector de la oligarquía, organizaron un grupo armado en República Dominicana, repartieron dinero en la Universidad y movilizaron a los narcotraficantes para masacrarnos y luego secuestraron al presidente Aristide y lo sacaron del país.
Esta misma comunidad internacional dijo que iba a yudar al pueblo haitiano. Dijeron que iban a mandar tropas para estabilizar el país, que no nos intranquilizáramos porque se trataba de un pequeño grupo que iba a ir nada más por 6 meses. Esos 6 meses se transformaron en 10 años. Así Uds. pueden darse una idea de la situación en la cual nos encontramos.
¿Cuál es el resultado de esta permanencia?
Violación de los Derechos humanos, en Cabo Haitiano, por el supuesto robo de U$S 30, los soldados de la MINUSTAH colgaron a un joven haitiano, en Port Salud violaron a un joven, en Gonaives a otro. Todos los años cambian los contingentes y quedan centenares de mujeres embarazadas de esta gente. Imagínense la cantidad de mujeres que parieron y los chicos que no tienen a sus padres.
Cuando se presenta algún problema de inseguridad en una zona, la Minustah responde que no están para hacer ese trabajo, pero cuando el pueblo se levanta contra el hambre o reclama el derecho a votar, aparecen para reprimir.
Hay un grupo de soldados nepaleses que defecaron en baldes y aunque la Minustah tiene suficientes herramientas para hacer un hueco y enterrar este material, sin embargo lo tiraron a un río donde la gente toma agua y se baña. Así trajeron el cólera. En Haití no es como acá que la gente dispone de baños, no hay agua potable para todos, entonces utilizan el río. esta enfermedad ya ha matado a varios miles. la Minustah nos trajo el mal.
Haití fue el primer país independiente de la región y hemos ayudado a varios a tomar su independencia, hoy nos hace mal ver que esos mismos países han enviado tropas para ocuparnos. Evidentemente eso afecta nuestra dignidad como pueblo.
Considerando todos estos casos presenté una resolución en el Senado de la República de Haití y tanto los senadores próximos al gobierno como los opositores la han votado a favor por unanimidad. La misma aclara que la decisión de enviar la Minustah no fue pedida por Haití, sino una resolución de la ONU.
Ellos votaron la Convención de Viena que dice que no se pueden enviar tropas a un país sino está en guerra. En Haití no había guerra. La resolución tiene 15 considerandos y 6 artículos. Uno de ellos dice que el 23 de mayo de 2014, la Minustah tiene que dejar Haití. Con los U$S 900 millones que gasta la ONU en el mantenimiento de las tropas, sería preferible construir hospitales y escuelas y la cantidad de carros de asalto que pululan en la calle intimidando al pueblo haitiano, reemplazarlos por tractores para ayudar a los campesinos.
En la Policía Nacional, que ellos dijeron que iban a ayudar, hay dos promociones que salieron de la Academia de policía y no cuentan con armas. Un policía haitiano cobra U$S 250 mensuales, si hubieran tenido realmente intenciones de ayudar, hubieran aumentado los efectivos, lo que hubiera permitido dar seguridad en todo el país.
Por todo lo que hemos dicho, consideramos que la comunidad internacional se está burlando del pueblo haitiano.
Las tropas brasileras, argentinas y uruguayas están en Haití para reprimirnos
Aparte de plantear esta resolución, nos transformamos en peregrinos para difundirla y viajamos a Brasil, Argentina, siete países africanos, próximamente estaremos en la ONU y hoy aquí. Esta es una batalla que no solo debe ser llevada adelante por el pueblo haitiano, sino pueblo con pueblo. Creo que se trata de una batalla difícil, pero nosotros tenemos determinación y los pueblos de la Tierra también, particularmente los pueblos cuyos gobiernos enviaron tropas a Haití.
La cuestión MINUSTAH no es simple. Hay una serie de intereses detrás y esto entra directamente en un plan global de la comunidad internacional.
Brasil, Argentina y Uruguay están ahí para reprimirnos, pero las minas son para Francia, Canadá y EE. UU. Esos países tienen compañías mineras nacionales explotando las minas haitianas, entre tanto, la situación está degenerando y nosotros nos estamos organizando. Saben muy bien que la cuestión de la ocupación, va de la mano con la globalización y el neoliberalismo. Los países que creen que fueron para ayudarnos, no lo están haciendo.
Hoy estamos en un momento que todos tienen que alzar la voz muy fuerte sobre esta cuestión. Cuando los veo a todos Uds. reunidos aquí me da una gran alegría porque significa que tienen en cuenta la situación del pueblo haitiano. Imagínense que después del terremoto que costó la vida de 200.000 personas, un año después desataron la enfermedad del cólera, imagínense en qué situación nos encontramos.Cuando escuchan hablar a la comunidad internacional que vienen a ayudarnos, sepan que es mentira. Todos esos millones que dicen que nos van a dar, es mentira. Pueden ir a Haití y ver cuántas personas todavía viven en carpas, cuántos chicos están en las calles y no pueden ir a la escuela, pero todos dicen que nos están ayudando. Eso nos parece ridículo. EE. UU. ofreció dinero después del terremoto, todas las cadenas de TV estadounidenses se refirieron a U$S 450 millones para Haití y resultó ser un 30% para USAID, otro tanto en subsidios para los granjeros norteamericanos que exportan arroz y porotos, un 20% para los marines que dicen que fueron a ayudarnos, 10% para la República Dominicana que también está mandando ayuda. Solo queda 10% para los haitianos. es ridículo.
Frente a todo esto necesitamos abrir los ojos. Para colmo EE. UU. nos ha impuesto un presidente y un primer ministro. Ambos con nacionalidad norteamericana. En cambio, el pueblo fue a votar y el Consejo Electoral haitiano dio los resultados diciendo la posición de cada candidato. Mediante una nota de prensa, la Embajada de EE. UU. aclaró que no estaba de acuerdo con este resultado y pusieron a alguien que salió quinto como presidente, y ese hombre está hoy entregando nuestras minas a las compañías mineras extranjeras.
Si no nos sentamos juntos para hablar, concertar pueblo con pueblo, corremos el riesgo de perder esta batalla. Con el apoyo de todos los pueblos la ganaremos. Muchas gracias.