Mario Hernandez (MH): Entrevistamos a Henry Boisrolin, quien acompañó al senador Jean Charles Moïse a la reunión con el presidente Mujica, en Montevideo, el pasado 4 de octubre. Henry Boisrolin (HB): Gracias Mario por esta entrevista y el acompañamiento periodístico. Con respecto a la reunión con Mujica te diría que fue bastante respetuosa en el […]
Mario Hernandez (MH): Entrevistamos a Henry Boisrolin, quien acompañó al senador Jean Charles Moïse a la reunión con el presidente Mujica, en Montevideo, el pasado 4 de octubre.
Henry Boisrolin (HB): Gracias Mario por esta entrevista y el acompañamiento periodístico. Con respecto a la reunión con Mujica te diría que fue bastante respetuosa en el sentido que el presidente escuchó atentamente las razones por las cuales nosotros exigimos el retiro de la Minustah, cuyas tropas fueron enviadas supuestamente por 6 meses y van a cumplir 10 años y en vez de estabilizar, el país está desestabilizado, en vez de ayudar a institucionalizar, como ellos dijeron, hace 3 años que ni siquiera pueden organizar una elección.
Le hemos planteado el fracaso de esta política en todos los sentidos haciéndole ver que es un atentado a la dignidad del pueblo haitiano por todos los actos cometidos y por atribuirse el derecho de inmiscuirse en los asuntos internos del país. La historia ha demostrado que nunca un pueblo puede desarrollarse y alcanzar niveles de respeto si está ocupado por tropas extranjeras.
Mujica estuvo acompañado por el canciller Luis Almagro y el vice-ministro de Defensa, Menéndez, quienes no plantearon ningún argumento en contra a todo lo que les describimos, incluso a nuestra caracterización respecto al Presidente Martelly y su Primer Ministro. No hemos escuchado ninguna objeción, solamente preguntaron quién iba a reemplazar a Uruguay si retiraban las tropas ya que pensaban que esa medida no iba a modificar absolutamente nada de la situación.
Le respondimos que nosotros éramos conscientes que el retiro de las tropas uruguayas no será el fin de la Minustah, pero representa simbólicamente un hecho importante, más que simbólico, porque la unidad que venía desarrollándose fuertemente durante 10 años si ahora un país se retira, por más chico que sea, significa que se ha producido una fisura y también sería un aliento para el pueblo haitiano en su lucha por reclamar el fin y el retiro total de las tropas de ocupación del país.
Al plantear esta situación, el presidente Mujica nos dijo que le gustaría visitar Haití y que si dependiera de él sacaría las tropas inmediatamente y que no puede hacerlo sin antes consultar y se comprometió a hablar con Brasil y Argentina. También nos pidió nuestros datos personales para seguir comunicados.
Dio la impresión de que había hechos que no conocía y cuando le planteamos el caso del joven haitiano violado en Port Salud por militares uruguayos, ni él ni el canciller salieron a defender la posición oficial del gobierno uruguayo. No contestaron absolutamente nada. Se limitaron a escuchar. Esto significa que nuestros argumentos son sólidos por el sencillo hecho que corresponden a la verdad de lo que está ocurriendo en Haití.
Es verdad cuando le dijimos que el gobierno fue impuesto por la comunidad internacional. Que están las tropas de Brasil, Argentina, Uruguay, etc., pero las compañías que están explotando las minas de oro son canadienses, norteamericanas y francesas.
MH: Recuerdo que ayer a la noche me comentabas de una represión a una movilización popular acaecida en 2009 donde participaron tropas uruguayas y también cómo fueron desplazadas las tropas de la Minustah en oportunidad de la llegada de los marines durante el terremoto.
HB: Hemos escuchado varios argumentos para justificar la presencia de las tropas latinoamericanas. Algunos te quieren correr por izquierda diciendo: «si no estamos nosotros, lo harán los norteamericanos». Yo repito siempre que no entiendo por qué si la Minustah está para impedir la llegada de los norteamericanos, después del terremoto los yanquis desembarcaron 20.000 soldados, casi el doble de los efectivos de la Minustah. Ocuparon el aeropuerto de Puerto Príncipe, no dejando aterrizar a nadie, ni siquiera a un avión francés que venía con insumos y tuvo que hacerlo en Santo Domingo y entrarlos por tierra.
Le conté al presidente Mujica que en oportunidad del terremoto personalmente vi en la puerta del hospital estatal de la Universidad de Puerto Príncipe a soldados norteamericanos que decidían quién entraba y quién no. También vi en la bahía de Puerto Príncipe siete buques de guerra norteamericanos, dos portaviones nucleares y un solo barco hospital. ¿Dónde estaba la Minustah en ese momento?
El otro argumento es que si se van las tropas, los haitianos vamos a matarnos entre nosotros. Le dije a Mujica que hay argumentos de «izquierda» que no son serios. Nadie va a creer que el Consejo de Seguridad envió las tropas para evitar que nos matemos. Eso no ocurrió en Ruanda ni en Congo ni en ningún lugar. Cada vez que intervienen es porque lo deciden los países centrales. En nuestro caso, fundamentalmente el imperialismo norteamericano. Cuando se plantea este argumento para evitar la salida de las tropas, lo rechazamos y aprovechamos para decirle que hay otros intereses en juego, donde el pueblo haitiano ha sido sacrificado y nadie desde la izquierda puede creer que un pueblo sin soberanía, sin autodeterminación puede hacer algo. Los objetivos primordiales son éstos.
Tanto el senador Moïse como yo insistimos que además de la falta de respeto a la dignidad, estamos totalmente convencidos que la inmensa mayoría del pueblo haitiano está en contra de la Minustah y por el retiro de las tropas.
Martelly representa el retorno del duvalierismo
MH: Hace un par de meses acompañando a Adolfo Pérez Esquivel, Nora Cortiñas, Beverly Keene, entre otros, participé de una reunión con el vicecanciller argentino por el mismo tema y él nos planteaba que también deseaban retirar las tropas argentinas, pero en Haití les pedían que se queden. ¿Quiénes lo piden?
HB: Lo tendría que haber aclarado él, pero creo que viene de los países centrales, sobre todo de los norteamericanos.
MH: Sin embargo, hablaba de sectores internos de Haití.
HB: Debe ser el gobierno, nunca el pueblo, ni tampoco otras instituciones del Estado. El Senado en dos oportunidades votó por unanimidad una moción de retiro. La segunda fue presentada, precisamente, por el senador Jean Charles Moïse y planteaba que la Minustah tiene que irse. El 28/5/2014 no tiene que quedar ningún soldado extranjero en Haití.
MH: ¿Qué peso tiene el Senado en la vida política haitiana?
HB: Tiene bastante peso, ya que muchos senadores son líderes sociales aunque también debo reconocer que algunos asumen con una posición y una vez adentro transan otra. Pero en el caso de la Minustah, afortunadamente, tanto los que apoyan al gobierno como los opositores, firmaron y votaron a favor del retiro de las tropas porque es una aberración.
El presidente Martelly, impuesto por la comunidad internacional, y con un movimiento popular cada vez más fuerte que está exigiendo su renuncia, sabe que su última tabla de salvación es la Minustah. El mismo dijo que no habría golpe de Estado ni derrocamiento posibles porque tenía a la Minustah.
MH: Te voy a hacer una pregunta incómoda. En tus intervenciones y en las del senador Moïse he visto una crítica muy fuerte al presidente Martelly, inclusive ayer en el homenaje al ex diputado Guillermo Chifflet, Moïse hizo referencia a que el actual presidente salió quinto en las elecciones.
HB: Yo manejaba el dato que había salido tercero.
MH: Cualquiera sea el lugar, el caso es que no ganó las elecciones.
HB: En el primer resultado que dio el Consejo Nacional Electoral haitiano la señora Manega salió primera, segundo fue el candidato de Preval y tercero Martelly.
MH: Sin embargo, he visto un acercamiento muy grande de Martelly al ALBA. Venezuela le provee petróleo. Martelly reconoce la importante ayuda recibida de Venezuela y Cuba. ¿Qué opinas?
HB: Es otra estafa más, no solo al pueblo haitiano sino a los de Venezuela y Cuba, porque Martelly es un hombre de extrema derecha, ligado a la mafia de la droga, que ha participado en el golpe de Estado de 1991 contra el presidente Aristide apoyando a los paramilitares que asesinaron más de 5000 haitianos. Es un hombre que está entregando abiertamente a las empresas multinacionales, sobre todo norteamericanas, la explotación de las minas de oro en el norte del país, que ha abierto las zonas francas expropiando tierras de la agricultura, quitándoselas a los campesinos para darlas a las empresas multinacionales. Eso es Martelly.
Ahora bien, como Venezuela es el país que más ayuda con dinero, con el Plan Petrocaribe, construyendo aeropuertos, centrales hidroeléctricas, etc., como buen oportunista se aproxima a ese país y se pone la camisa roja en el funeral de Chávez porque de allí viene la plata que siguen despilfarrando, organizando carnaval tras carnaval y para la política de subsidios a senadores y diputados o para construir hoteles de lujo. Eso es lo que hacen. No hay nada ideológico o político, no se trata de un gobierno antiimperialista, ni siquiera populista. Yo desafío a cualquiera a demostrar lo contrario.
Cuando uno mira la composición de su gobierno, se da cuenta que es un retorno del duvalierismo. Varios hijos y funcionarios de Duvalier ocupan cargos importantes en el gobierno de Martelly. Duvalier se pasea impunemente por las calles de Puerto Príncipe. Martelly dijo que si algún tribunal lo condena, él lo amnistiará inmediatamente, a pesar que está reconocido por crímenes de lesa humanidad, que robó millones de dólares de Haití y tiene sus fondos bloqueados en Suiza, sin embargo, Martelly dijo que lo va a amnistiar.
Estamos en presencia de una confusión general, de una política para confundir. Muchos sectores progresistas, incluso revolucionarios de América Latina dicen que de todos modos hay que ver lo que hace en la práctica. No se dan cuenta que nos está vendiendo cada vez más.
¿Sabés Mario cuál es el eslogan principal del gobierno haitiano? Estamos hablando de un gobierno que manifiesta su deseo de entrar al ALBA. La consigna oficial es: «Haití is open for business» que significa: «Haití abierto a los negocios». ¡¿Qué tiene que ver eso con la izquierda y el antiimperialismo!? Presentó un presupuesto donde los gastos de la presidencia eran de 95.000 millones y pasaron los 450.000 millones. Sin embargo, para la educación era de 19.000 millones y lo quería bajar a 15.000 millones. Lo mismo pasó en el área de salud, por eso el Senado debió rechazarlo. ¿Qué tiene que ver un gobierno supuestamente de izquierda que apoya al ALBA, persiguiendo al periodismo y los movimientos sociales? Que persigue a los abogados y ciudadanos haitianos que han presentado pruebas que demostraron la corrupción del gobierno. El hijo del presidente y la esposa ocupan cargos para los que no están calificados. ¿Qué tiene que ver esto con la izquierda?
MH: En dos semanas continúa la actividad en Uruguay. Viene Camille Chalmers acompañado de otro dirigente de tu país. ¿Qué agenda van a desarrollar?
HB: Ellos llegarán previo paso por Río de Janeiro, continuando la campaña que llevamos adelante para sensibilizar e informar mejor lo que está sucediendo en Haití. El cerco mediático es muy importante, la verdad sobre Haití no se difunde, solo a la gente que justifica la presencia de las tropas y la ayuda humanitaria.
Ellos vienen en el marco de lo que venimos haciendo hace años que es informar a la opinión pública, a los organismos y dirigentes sociales, tomando contacto con el pueblo y autoridades, en este caso uruguayas en sus distintos estamentos para hacer conocer nuestras posiciones.
Nosotros aprovechamos siempre la oportunidad para decir que no necesitamos que nadie piense por nosotros, eso lo puede hacer el pueblo haitiano. Necesitamos que la ayuda sea igualitaria, en función de un plan y un programa sobre lo que quiere realmente el pueblo haitiano. Como Camille es economista, seguramente también desarrollará aspectos importantes en cuanto a la destrucción económica del país, por qué y cuáles son las perspectivas reales que tiene el campo popular para resolverla.
MH: Por mi parte nada más. ¿Querés agregar algo?
HB: Simplemente agradecerte por haber hecho este viaje dejando tus actividades para acompañarnos. Nosotros creemos realmente que es un acto solidario y aprovechamos para darte un gran abrazo, decirte gracias y te esperamos en un Haití liberado.
MH: Allí estaré con mucho gusto.
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