Un cierto optimismo, pero con cautela al mismo tiempo, flota en el aire de la castigada Aceh. El acuerdo al que han podido llegar los representantes del gobierno indonesio y el Gerakin Acheh Merdeka (GAM, Movimiento Aceh Libre) es la base de esta nueva situación que puede abrir un futuro de esperanza para la castigada […]
Un cierto optimismo, pero con cautela al mismo tiempo, flota en el aire de la castigada Aceh. El acuerdo al que han podido llegar los representantes del gobierno indonesio y el Gerakin Acheh Merdeka (GAM, Movimiento Aceh Libre) es la base de esta nueva situación que puede abrir un futuro de esperanza para la castigada población asiática.
Tras el tsunami del pasado año, a comienzos de enero, e impulsado por el Crisis Management Initiative (Iniciativa para la Gestión de Crisis), una organización presidida por el ex-presidente finlandés, Martti Ahtisaari, representantes del Gobierno indonesio y del GAM han venido celebrando sucesivas rondas de negociaciones para buscar una salida negociada al conflicto. Tras la quinta ronda, celebrada este mismo mes de julio, se ha llegado a un acuerdo que se firmará el próximo 15 de agosto.
Desde el comienzo del proceso se han ido planteando sobre la mesa diferentes demandas, al tiempo que se iban limando las diferencias. El modelo de «agenda abierta» y el principio de «no se acuerda nada hasta que se acuerde todo» han dirigido esas negociaciones. El sistema de sesiones de grupos pequeños se ha mostrado muy efectivo, y la mediación nórdica también ha contribuido notablemente al desarrollo de las sesiones. Al principio, desde Yakarta se ofrecía una «autonomía especial», pero ese régimen (Nanggroe Acheh Darussalam) sólo ha llevado sufrimiento, corrupción y la negación de los derechos fundamentales del pueblo de Aceh para determinar sus propios asuntos. Por su parte, el GAM ponía sobre la mesa la demanda de independencia y autogobierno. Con el tiempo las partes han ido acercando posturas, y ya en mayo, durante la cuarta ronda algunos temas estaban muy avanzados (amnistía, acuerdos sobre seguridad, seguimiento de los comités de implementación, un calendario…)
También se han producido algunos guiños en este tiempo, así, el GAM anunció un alto el fuego tras el tsunami, y ha retirado de la mesa su demanda de independencia, mientras que el gobierno ha derogado el «status de emergencia civil» en Aceh. Finalmente, este mes se ha acordado la posibilidad de que el GAM pueda formar su propio partido político, y concurrir así a las elecciones locales de octubre (en la actualidad la legislación indonesia sólo permite partidos políticos de carácter estatal, con representación en al menos la mitad de las 33 provincias del estado), para permitir este nuevo paso es necesario la reforma de la ley, y no va a ser nada fácil.
El acuerdo recoge, la desmovilización del GAM en tres meses y la salida paulatina de las tropas indonesias de Aceh, además el proceso estará supervisado por delegados europeos y de otras naciones asiáticas. Fuentes del GAM han señalado que no es «el acuerdo ideal, pero es un importante compromiso de trabajo».
OBSTACULOS
El desarrollo de los acontecimientos va a estar sujeto la larga lista de obstáculos que el proceso se va a encontrar en el camino. En primer lugar, está el temible y poderoso ejército indonesio (TNI), quien estos días ha lanzado una ofensiva militar contra la población para intentar boicotear lo acordado. A éste se le suman determinadas élites políticas de Yakarta y los representantes de algunos partidos políticos. Todos ellos parecen afectados por el llamado «síndrome post-Timor» y hacen causa común en la «defensa de la unidad del estado, por todos los medios necesarios», remarcando esto último.
También se está observando una manipulación del Islam. En Aceh, la población es musulmana en su casi totalidad, pero se percibe la religión de una manera diferente a los estereotipos que últimamente abundan en occidente, dándole un carácter cosmopolita a la misma. Un ejemplo es el uso del término kafir (infiel), que los achineses lo utilizan para definir a quien actúa injustamente contra ellos, independientemente de su religión.
En los últimos meses se ha observado la presencia, tolerada e impulsada por algunos poderes de Yakarta, de «voluntarios» de organizaciones de la esfera jihadista y del islamismo más radical, buscando una radicalización de la población.
Estados Unidos juega su papel en este proceso. La importancia geoestratégica de Aceh y su posición a cualquier alteración de las actuales fronteras estatales colocan a Washington junto a Yakarta. Además, ha aprovechado la «ayuda humanitaria» tras el tsunami para esconder ayuda militar, burlando la prohibición de asistencia militar a Indonesia por parte de los propios EEUU. Los norteamericanos quieren reforzar los lazos con Indonesia, ya que ven a ésta como una pieza clave para contrarrestar el aumento del papel de China en la región.
Y unido en cierta medida a lo anterior está la presencia de la empresa petrolera Exxon-Mobil que explota el gas de Aceh (cuyos beneficios no revierten en la población local). Una supuesta independencia llevaría a una renegociación de los contratos, y esto es algo que ni la empresa ni los gobiernos occidentales desean.
CAUTELA
La cautela ante los avances acordados en Helsinki está justificada. Los antecedentes de las negociaciones del año 2000, fueron saboteados por los poderes fácticos indonesios y en mayo del 2003 se rompió el acuerdo. Yakarta debe ser consciente que la represión ha fracasado (torturas, desaparecidos, dispersión, la casi totalidad de presos políticos están en cárceles fuera de Aceh masacres civiles, leyes especiales…), al tiempo que el apoyo a la resistencia y al GAM ha aumentado.
El GAM ha manifestado también sus recelos, señalando que «el gobierno indonesio dice una cosa pero su plasmación en papel suele variar. Se ha acabado el tiempo de juego, Yakarta debe decidir si apuesta por la democracia y si de verdad busca la paz».
En estos años el grupo independentista ha venido defendiendo la identidad de su pueblo, su lengua y cultura, así como su historia. La demanda de independencia permanece en la estrategia del GAM, a pesar de los cambios coyunturales del momento. Si la fórmula para lograr que el pueblo achinés muestre sus demandas de autogobierno es a través de las elecciones locales de octubre, se hace necesaria la presencia del GAM, y si éste obtiene un alto respaldo, Aceh habrá dado muestras fehacientes a la comunidad internacional y a Yakarta de sus deseos de ejercer su derecho de autodeterminación y ser dueño de su futuro.