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No podrán parar el cambio

Fuentes: Gara

La noticia bomba de los últimos días ha sido la revelación de que durante veinte años Denis Donaldson ejerció como agente británico infiltrado en el Sinn Féin. Más allá de los sobresaltos del periodismo amarillo y sensacionalista, hay que plantear algunas cuestiones de fondo de gran importancia. Si reducimos todo el tema hasta su meollo, […]

La noticia bomba de los últimos días ha sido la revelación de que durante veinte años Denis Donaldson ejerció como agente británico infiltrado en el Sinn Féin. Más allá de los sobresaltos del periodismo amarillo y sensacionalista, hay que plantear algunas cuestiones de fondo de gran importancia. Si reducimos todo el tema hasta su meollo, topamos con la cruda realidad de que se permitió que unos pocos «segurócratas» de la administración británica, sin rostro y sin necesidad de rendir cuentas ante el público, provocasen el colapso de las instituciones democráticas establecidas según las condiciones del Acuerdo de Viernes Santo y aprobadas por el pueblo irlandés en consulta popular. Dicha camarilla de fuerzas opuestas al Acuerdo no sólo minaron la decisión democrática de los irlandeses, sino que viene actuando en contra de la política de su propio gobierno. He aquí la realidad pura y dura a la que se tiene que enfrentar Tony Blair cuando nos asomamos al Año Nuevo y a un nuevo intento de lograr la plena implementación del Acuerdo de Viernes Santo.

Resulta que no existió ninguna red de espionaje de Sinn Féin en Stormont.

Resulta que los documentos que presuntamente fueron robados se han encontrado en el domicilio del agente británico.

Así pues, el pretendido «Stormont-gate» no fue más que una cuidadosamente inventada mentira, creada por la Special Branch (la policía de seguridad del Estado) con la intención de causarle al Acuerdo de Viernes Santo el máximo perjuicio político posible.

¡Resulta, pues, que el colapso de las instituciones políticas, la Asamblea, el Ejecutivo y el Consejo de Ministros Pan-Irlandés, todo fue obra de unos elementos del sistema de seguridad del Estado Británico!

No sorprende que Sinn Féin continúe siendo blanco de los servicios de inteligencia británicos, pues nuestro objetivo político amenaza los intereses de quienes desean mantener el statu quo. Esta gente sigue empeñada en su guerra contra los republicanos irlandeses. Les obsesionan sus conceptos de victoria y derrota. Les sienta muy mal el hecho de que a pesar de sus recursos y fondos ilimitados no consiguieron derrotar al IRA.

Hace diez, quince y veinte años esta misma gente estuvo detrás de una campaña orquestada de asesinatos contra nuestro partido gracias a su control sobre los escuadrones de la muerte lealistas. El Estado británico sigue negando y ocultando la verdad acerca de su política de connivencia. Y al proteger a los involucrados, han hecho posible que esta gente continúe sus actividades sin impedimentos. Por eso, en cada momento del proceso de paz donde hemos visto progreso o la potencialidad de progreso, también hemos visto los resultados de las actividades perseverantes de los segurócratas.

Hechos como redadas donde no se encuentra nada, pero que se realizan bajo los focos de los medios de comunicación. O como las detenciones que producen titulares en la prensa, y acusaciones de gran valor publicitario que son retiradas calladamente más tarde.

Lo que estamos viendo ahora es una acción de retaguardia de elementos de la antigua RUC o Royal Ulster Constabulary (la policía británica en Irlanda del Norte) empeñados en frenar el rumbo de la historia. Por eso se están dando actuaciones más descaradas que nunca por parte de la «policía política». Redadas y detenciones televisadas han sustituido a los escuadrones de la muerte, pero la finalidad sigue siendo la misma: defender al Estado británico en Irlanda y atacar al Sinn Féin, porque nuestro proyecto de paz amenaza su poder al suponer un cambio real y significativo.

Nosotros venimos advirtiendo sobre el poder destructor de aquellos dentro del sistema británico que se oponen al Acuerdo del Viernes Santo y a la nueva situación política.

Son quienes ingeniaron la creación de las condiciones que condujeron a la suspensión de las instituciones políticas. He aquí que la política declarada de los dos gobiernos es subvertida por agencias de uno de dichos gobiernos. He aquí que agencias del Gobierno británico se resisten activamente a la política británica y minan un acuerdo y tratado internacional.

Si de verdad ha concluido la guerra de Gran Bretaña en este país, si de verdad la futura política británica en Irlanda ha de ser totalmente pacífica, ya es hora de que el Primer Ministro británico llame a los segurócratas al orden. Las actuaciones de las agencias de seguridad británicas en Irlanda tienen que terminar ya. Basta ya de policía política.

En el umbral del Año Nuevo, el objetivo de Sinn Féin sigue siendo precisamente esto, como parte de nuestros esfuerzos para lograr la plena implementación del Acuerdo de Viernes Santo. Se recordará el año 2005 en los libros de historia como uno de aquellos en que sucedieron hechos profundamente significativos que cambiaron el futuro. El anuncio por el IRA en julio de la conclusión formal de su campaña armada y su paso decisivo en setiembre para resolver la cuestión de las armas del IRA fueron iniciativas de importancia duradera. Estos sucesos han inaugurado la posibilidad de un avance verdadero y significativo a principios del 2006 (1). No hay duda de que el periodo posterior va a traer nuevos desafíos y obstáculos. Es así la labor de quienes hacemos la paz.

Esos elementos que se oponen al proceso de paz sólo pueden ralentizar el cambio. No lo podrán parar. A la larga, sus empeños acabarán en fracaso, mientras los demás avanzaremos en la construcción de una Irlanda nueva y mejor.

* Gerry Adams – Presidente del Sinn Féin

(1) Nota del traductor: el autor ha escrito 2005, aunque parece que se refiere en realidad a 2006.