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Nos hacemos cargo del escrache

Fuentes:

Montevideo 10 de julio de 2005 Derecho a réplica La Plenaria Memoria y Justicia sobre los escraches pasados y futuros. A los medios de prensa, radio y TV, ministros José Díaz y Azucena Berruti, a Hugo Cores y demás integrantes del gobierno. A la opinión pública. El sábado 9 julio, al cumplirse 32 años de […]

Montevideo 10 de julio de 2005

Derecho a réplica

La Plenaria Memoria y Justicia sobre los escraches pasados y futuros.

A los medios de prensa, radio y TV, ministros José Díaz y Azucena Berruti, a Hugo Cores y demás integrantes del gobierno.

A la opinión pública.

El sábado 9 julio, al cumplirse 32 años de la represión a la huelga general contra la dictadura Plenaria Memoria y Justicia convocó a la zona de Carrasco sobre las 17 horas, para llevar a cabo la condena social al criminal impune Juan Carlos Blanco, ex-canciller de la dictadura y responsable del secuestro de la maestra Elena Quinteros.

Efectuamos lo que se llama escrache, actividad que venimos haciendo hace más de 5 años. Es una modalidad de manifestación absolutamente pacífica, donde hacemos pintadas, teatro, leemos proclamas y homenajeamos a nuestros compañeros caídos. Es lo menos que podemos hacer en un país donde todos los torturadores están sueltos.

Hacemos estas manifestaciones de forma absolutamente organizada, porque así hemos aprendido a hacerlo con la experiencia que nos ha dado la historia de la lucha social desde la izquierda. Hemos visto caer compañeros en apaleamientos y hemos visto la brutalidad policial durante tantas y tantas décadas como para tomar los mínimos recaudos cada vez que nos expresamos en las movilizaciones. Seríamos unos irresponsables, o ingenuos, o la historia no nos habría enseñado nada si protestáramos chupándonos el dedo.

Pero las desmedidas acusaciones de provocadores y declaraciones sobre la supuesta gravedad de los hechos nos parecen absurdas y sobredimensionadas. Hasta se nos ha insinuado algún tipo de implicación con la derecha…
por favor!

Nosotros no somos los que estamos protegiendo a uno de los tantos delincuentes colorados como lo es Juan Carlos Blanco; nosotros no hemos estrechado ni una sola vez la mano con un derechista o brindado con champagne con un gringo del FMI.
A Juan Carlos Blanco solo lo defiende el fascista de García Pintos o – como el otro día- el Ministerio del Interior con sus policías.

Nosotros no provocamos, como si en cambio lo han hecho desde el gobierno ascendiendo a los policías responsables de la represión del Filtro. O como lo hace Gavazzo sonriendo desde su impunidad y negándose a comparecer ante la justicia. O como lo hace Bordaberry o J.C. Blanco saludando con burla en su salida olímpica del juzgado.

Nosotros somos una organización social que lucha por memoria y justicia y contra la impunidad. Conocemos bien a todos nuestros integrantes y si alguna familia ideológica tenemos es la izquierda. Somos los que organizamos marchas como las que el pasado 27 de junio convocaron a miles de manifestantes a 32 años del golpe. Somos los que trabajamos incansablemente cada 24 de agosto, acompañados por miles y miles de compañeros que siguen sosteniendo la memoria y exigiendo justicia. Somos los que seguiremos movilizándonos contra tanta impunidad.

Y vamos a decir las cosas tal cual son. No habían entre los manifestantes del pasado escrache provocadores ni infiltrados. No había manija de la derecha colorada, ni nada raro. Eramos nosotros, todos de izquierda, viejos militantes inclaudicables que alguna vez se comieron cana y tortura, y fundamentalmente jóvenes llenos de vida e ideología, con suficiente barrio como para haber vivido muchas veces la prepotencia policial, y con suficiente cabeza como para entender lo que esta pasando en esta sociedad.

Tú sabes José Díaz [ministro del interior], o Azucena [Berrutti, ministra de defensa], o Cores [Hugo, lider del Partido por la Victoria del Pueblo, una de las siglas del Frente Amplio]… quienes somos porque Montevideo es chico y nos cruzamos a menudo, porque muchos de los que estábamos ahí compartimos viejas luchas cuando los diarios y el gobierno nos acusaban entonces de subversivos, y el Partido de agentes de la CIA, provocadores o infiltrados… como se esta haciendo ahora desde varios medios. Eso no es ética de un pensamiento de izquierda. Podemos discrepar, podemos hasta confrontar, pero nunca faltar a la verdad. Vender gato por liebre, o mandar preso un compañero. Ustedes saben que con esta criminalizacion nos estan haciendo la cama, y que después la cosa se puede complicar. Saben que esto está sucediendo porque no están cumpliendo con la palabra empeñada. Prometieron Justicia y siguen todos los criminales sueltos. Saben bien que la condena social a Juan Carlos Blanco es absolutamente legítima. Y que señalarlo en su casa en Carrasco [barrio de clase alta de Montevideo], recordar en el lugar a Elena [Quinteros, maestra desaparecida durante la dictadura] y cantarle un par de consignas es un juego de niños al lado de todo aquello por lo que el es responsable. Saben bien que algún roce con la policía no es nada al lado la sombría historia de las represiones policiales contra la gente en este País. Y saben la responsabilidad que les cabe como gobierno para mantener a estos pichones de represores mal pagos a raya. El otro día los policias cruzaron la valla, cruzaron la línea y los devolvimos a su lugar. Así seguiremos actuando siempre que sea necesario. Eso es todo.

Si Azucena o Cores, o Díaz o quien sea quiere algún detalle más sabe muy bien donde encontrarnos. En la vieja agenda o si prefieren ahora pueden ir a buscar en los archivos de inteligencia. Nosotros seguimos siendo y soñando el mundo por el cual tanto luchamos, seguimos haciendole asco a los gringos del FMI y creyendo que los milicos secuestradores y torturadores no pueden seguir sueltos, y seguiremos apelando a la condena social mientras las cosas no cambien. Es la herramienta en la que podemos participar y mantener con dignidad la bandera de memoria y justicia.

Ustedes, ahora ministros y parlamentarios preocúpense por cumplir con todo lo han prometido, es mala cosa que pierdan sus costosos jornales para andar persiguiendo compañeros que no hacen nada distinto que seguir reclamando por las cosas que siempre reclamamos. Asuman su responsabilidad.