La realidad haitiana, luego del golpe de estado contra el Presidente electo Jean-Bertrand Aristide este pasado 29 de febrero del corriente año, sigue siendo un tema invisible en nuestros medios de comunicación. Lo mismo sucede en las conversaciones y acciones de los grupos de izquierda o de derechos humanos aquí en Estados Unidos. Nadie puede […]
La realidad haitiana, luego del golpe de estado contra el Presidente electo Jean-Bertrand Aristide este pasado 29 de febrero del corriente año, sigue siendo un tema invisible en nuestros medios de comunicación. Lo mismo sucede en las conversaciones y acciones de los grupos de izquierda o de derechos humanos aquí en Estados Unidos. Nadie puede negar que en este momento Haití está prendido en candela por los cuatro puntos cardinales y parece ser que esto no nos conmueve.
Por un lado, hay un pueblo en las calles pidiendo que retorne al poder su presidente electo Aristide, quien fue secuestrado y removido del poder presidencial por tropas de Estados Unidos. Por otro lado, hay un rechazo a Gerard Latortue como primer ministro interino quien fue impuesto por una coalición diabólica entre los gobiernos de Estados Unidos, el de Francia y el de Canadá con la bendición para ese entonces del gobierno de Hipólito Mejía de la República Dominicana, de grupos para-militares haitianos simpatizantes de las dictaduras Duvalier y del bloque económico caribeño CARICOM.
Curiosamente -aunque hay que reconocer que para las clases dominantes y gobernantes no existen las coincidencias o casualidades- en este año 2004 se supone que Haití esté celebrando y dando cátedras de liberación nacional al mundo de entero. Que no se nos olvide que fue en el 1794 y bajo el liderato de ese gran líder emancipador, Toussaint L’Ouverture, que este valiente pueblo logró salir de las garras del poder colonial de Francia y de esta manera convertirse en una patria libre. Yo me pregunto; ¿será posible que la oligarquía francesa haya utilizado este momento histórico para desprestigiar y a la misma vez vengarse de la derrota moral que el pueblo haitiano a través de la primera revolución negra les propinó al lograr su liberación nacional en este Continente? Que no se nos olvide que también la historia nos ha demostrado que el diablo cría a su gente y estas sanguijuelas siempre buscan una manera de juntarse.
Ahora bien, ¿qué sucede en este momento en la República de Haití? A mi juicio lo mismo que está sucediendo en Irak. Quienes invadieron y llevaron a cabo un cambio de gobierno para poner en el poder a unas marionetas políticas que le sirven para sus intereses imperialistas, en su prepotencia, no calcularon la capacidad de resistencia que puede tener un pueblo al que se le está colonizando.
Lo peor de todo este proceso opresor lo es la manera tan cruel e inhumana que hemos dejado solo al pueblo haitiano en este momento de resistencia. Al extremo que tanto la derecha como la izquierda han conspirado matrimonialmente a través de una hegemonía satánica.
La derecha a través de la opresión directa para castigar la valentía de este pueblo por no ser completamente de la derecha, y la izquierda a través de un silencio cómplice al estilo de Pilatos por no haber tenido un gobierno rematadamente de la izquierda. Y ahora en este preciso momento, luego del golpe de estado contra el presidente Aristide, la derecha sigue masacrando al pueblo y la izquierda ignorando estos crímenes. ¿Por qué coño este terrorismo político no nos conmueve? ¿Será que estamos de frente a uno de esos fenómenos que destapa nuestro racismo latinoamericano y el dolor de tanta gente negra no es importante?
En las últimas dos semanas a través del terrorismo político más de 55 personas han sido
asesinadas porque estuvieron haciendo demostraciones a favor de Aristide. Miembros del Partido Lavalas y el Padre Gerard Jean-Juste han sido encarcelados injustamente por pedir el retorno de Aristide. Mientras tanto, terroristas como Guy Philippe lideran estos asesinatos y arrestos.
A mi me parece necesario que podamos entender que el único presidente electo democráticamente de Haití -nos guste o no nos guste- se llama Jean-Bertrand Aristide. También debemos reconocer que la presencia de las tropas de Estados Unidos en suelo haitiano-luego del cierre de la Marina de Guerra de Estados Unidos de la Isla de Vieques en Puerto Rico- es una manera astuta de seguir de cerca la revolución cubana y la revolución bolivariana. Y por supuesto, ¿cuando vamos a entender que históricamente el gobierno de Estados Unidos solo va en contra de gobiernos que afectan sus intereses? A mi no me queda la menor duda por un lado que el gobierno de Aristide -aun con prácticas antipopulares o antidemocráticas- era cien veces mejor que la dictadura que Estados Unidos a través del presidente de facto de Latortue ha establecido. Por otro lado, este gobierno de Aristide a la misma vez seguía siendo una amenaza para los fines expansionistas de Washington.
No dejemos solo al pueblo de Haití, su lucha es nuestra lucha, no nos olvidemos de la solidaridad radical. Paz con justicia.