1. Al fin muy joven e integrante de la juventud del PCM, no me agradó que la URSS retirara sus misiles en Cuba ante la amenaza nuclear de los EEUU si no lo hacía. Tampoco estuvieron de acuerdo los grupos de la izquierda radical que veíamos a Cuba y Fidel Castro como el símbolo de […]
1. Al fin muy joven e integrante de la juventud del PCM, no me agradó que la URSS retirara sus misiles en Cuba ante la amenaza nuclear de los EEUU si no lo hacía. Tampoco estuvieron de acuerdo los grupos de la izquierda radical que veíamos a Cuba y Fidel Castro como el símbolo de nuestras batallas contra el sistema capitalista. Pero sucedió después que la URSS, en uno de esos desplantes solidarios le exigió al gobierno de Kennedy que no volvieran a tocar a Cuba después de aquella invasión a Playa Girón de exiliados cubanos apoyados por dinero, aviones, armas y asesores, yanquis. Kennedy estaba en campaña para renovar a cientos de legisladores y necesitaba demostrar que estaba dispuesto a destruir a Cuba, germen de los levantamientos guerrilleros y revoluciones en América Latina.
2. Realmente aquel día nos vimos, el mundo se vio en peligro de una guerra nuclear porque según los yanquis los cohetes apuntaban a su territorio y estaban dispuestos a todo. No sé, pero alrededor del problemas se desató una gran polémica: Unos le dieron total razón el Kruschov -máximo representante de la URSS- que ordenó el retiro, y otros a Castro, presidente cubano, que no estuvo de acuerdo con esa medida. Revisando la revista «Política» de la época me hace recordar que los periodistas Víctor Rico Galán, Víctor Flores Olea, Enrique González Pedrero, Felipe Pardiñas, Enrique Cabrera y otros escribieron sendos artículos. Fue Rico Galán y en parte Cabrera quienes mantuvieron la posición de Fidel Castro de no retiro, los otros periodistas explicaron que no quedaba de otra ante el papel guerrerista y asesino de EEUU.
3. Decía Cabrera -cardiólogo mexicano que trabajaba en Cuba- que fueron «cinco largos días que transcurrieron desde el discurso kennediano hasta el ofrecimiento de Kruschov de desmantelar las bases». «Fidel puso las cosas en claro -escribió Cabrera- Cuba no acepta la inspección alguna: ni de los EEUU, ni de la ONU, ni de la Cruz Roja, ni de nadie porque el fondo del problema no reside en una base más sino en que el gobierno yanqui pretende atropellar los derechos soberanos de Cuba y el derecho internacional.» El mismo Raúl Castro dijo: «la soberanía no se discute, se pelea». La realidad es que aquella discusión reafirmó el apoyo de los jóvenes a Castro y nos hizo pensar de nuevo en la polémica chino-soviética que entonces se desarrollaba y hacía pasar a la URSS como pacifista y conciliadora con el imperialismo.
4. La revista Política entonces tomó una posición «racional» en apoyo a la URSS. En largo editorial escribió: La URSS, al actuar con la flexibilidad, celeridad y reflexión con que lo hizo, atendió a la preservación y ampliación del socialismo que se desarrolla en todo el mundo colonial, semicolonial y dependiente que no tiene otra puerta de salida que el socialismo». Luego condenó a los anarquistas «que se opusieron a las medidas del retiro ordenado por la URSS». (15/XI/1962) La realidad es que la desconfianza hacia la URSS venía desde el proceso de «desestalinización» que se registró a raíz de la muerte de Stalin -acusado de dictador y asesino- en el congreso del PCUS de 1956 por el grupo de Jruschov que se adueñó del poder y, que éste último también haya comenzado a jugar con la «competencia económica y la coexistencia pacífica con los yanquis.
5. De todas maneras es importante estudiar el período, sobre todo el significado del retiro de los misiles en Cuba en octubre de 1962 (sin siquiera tomar la opinión del presidente Fidel Castro) en ese momento en que la Revolución Cubana buscaba extenderse en América Latina en forma de guerrillas, más con el apoyo del maoísmo chino que con el apoyo del PCUS. A veces, por falta de entender ese tipo de problemáticas seguimos cometiendo errores tan grandes que retrasan los procesos de transformación revolucionaria. Nadie sabe si la locura yanqui hubiese llevado a la destrucción física o geográfica de Cuba en caso de que la URSS no hubiese retirado los cohetes, pero lo que sí sabemos es que los funestos gobiernos yanquis han continuado pisoteando al mundo y no tenemos la fuerza necesaria para enfrentarlos.
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