«Si un avión de cualquier nacionalidad intenta aterrizar sin permiso no podrá, y no importa quién viaje en él» -Ramón Custodio, comisionado de Derechos Humanos de Honduras- Los golpistas hondureños lo pueden decir más alto pero no más claro: les resbala la presión internacional. Da igual que sean la ONU, la OEA, la […]
«Si un avión de cualquier nacionalidad intenta aterrizar sin permiso no podrá, y no importa quién viaje en él» -Ramón Custodio, comisionado de Derechos Humanos de Honduras-
Los golpistas hondureños lo pueden decir más alto pero no más claro: les resbala la presión internacional. Da igual que sean la ONU, la OEA, la Unión Europea o los países vecinos. Como quien oye llover. Así que habrá que pensar en que sea otro el que presione.
¿Se les ocurre algún país que pueda ejercer una presión suficiente? A ver, a ver, pensemos un poco… ¿Hay por allí cerca algún país grande y poderoso? ¿Que además sea el principal socio comercial de Honduras, aporte una generosa ayuda anual y envíe cuantiosas remesas de emigrantes? Me suena, pero no caigo… ¿Que encima tenga una enorme base militar en su territorio, y haya formado a los mismos militares que dieron el golpe?
¿Saben ya de qué país hablamos? En efecto, se trata de Ése. El mismo que durante décadas intervino en Honduras para defender sus intereses. El mismo que usó el país como base de operaciones para desestabilizar la región. Y sí, el mismo que condenó el golpe pero sin llamarlo golpe, y que por supuesto no ha roto relaciones ni ha amenazado con medidas de ningún tipo.
Para que Zelaya pudiera volver a Tegucigalpa con garantías de seguridad, lo mejor sería que volase en el Air Force One. Si encima le acompaña Obama, ni le cuento, pero bastaría que fuese Hillary Clinton. A ver si los milicos se atreven a impedir el aterrizaje. En realidad no haría falta ni ese viaje. Bastaría que Obama levantase el teléfono y ya estarían los golpistas poniendo alfombra roja a Zelaya en su regreso.
Llevamos mucho tiempo denunciando las injerencias estadounidenses en América. Pero tras más de un siglo de intromisiones, no estaría mal que por una vez lo hicieran en defensa de la democracia.