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El National Security Archive hizo pública por primera vez una serie de documentos desclasificados de EEUU

Revelan la operación para secuestrar y desaparecer en Argentina al matrimonio uruguayo Zaffaroni-Islas

Fuentes: Revista Koeyú Latinoamericano

En vísperas del 30 aniversario del golpe militar en Argentina, el National Security Archive hizo pública por primera vez una serie de impactantes documentos desclasificados de Estados Unidos así como documentos secretos de agencias de inteligencia del Cono Sur que ofrecen evidencias sobre las atrocidades cometidas por la Junta Militar Argentina.

La participación de los militares argentinos en el Plan Cóndor ya es conocida, pero los documentos descasificados ofrecen, sin embargo, por primera vez un muy preciso ejemplo y una prueba concluyente del procedimiento seguido para rastrear a activistas y guerrilleros, secuestrarlos y remitirlos a los organismos militares y de inteligencia de los respectivos países. La operación clandestina para capturar, secuestrar, detener y desaparecer a dos uruguayos, Jorge Zaffaroni y su esposa María Islas de Zaffaroni, queda registrada con todos sus detalles dramáticos en los documentos obtenidos de agencias de inteligencia de cuatro países. El National Security Archive pudo reconstruir el rastro documental de los escalofriantes eventos de setiembre de 1976 que llevaron a la desaparición de dos ciudadanos uruguayos:
Los documentos incluyen transcripciones hasta ahora secretas de la reunión de gabinete de Henry Kissinger en la que él ordena apoyar de inmediato al nuevo régimen militar, documentos en que los Departamentos de Estado y Defensa reportan sobre la represión en marcha. El National Security Archive ha obtenido también memoranda internos del Batallón 601, unidad de inteligencia del Ejército, así como de la DINA, policía secreta chilena.

Los documentos registran la reacción inicial de Washington ante el golpe: «Quiero apoyarles. No quiero dar la impresión de que ellos están siendo hostigados por los Estados Unidos», ordena Henry Kissinger a su personal luego que sus asistentes le advierten que la Junta Militar producirá una dura represión después del golpe. Según la transcripción el encargado de América Latina William Rogers, apenas dos días luego de la asonada le comenta a Kissinger que «tenemos que esperar una importante represión, probablemente un baño de sangre, en Argentina muy pronto».

La represión en Argentina fue mucho más dura incluso que en Chile. Para mediados de 1978 según un cable secreto del agente de la DINA en Buenos Aires, en el Batallón 601 tenían «computados 22.000 entre muertos y desaparecidos, desde 1975 a la fecha (julio de 1978).» Muchos más fueron muertos hasta que los militares dejaron el poder, en 1983.

Algunas de las víctimas fueron uruguayos que vivían en Buenos Aires al momento del golpe. Un reporte de inteligencia argentino registra detalladamente la operación de secuestro de dos personas de esa nacionalidad. «De: Secretaría de Inteligencia del Estado SIDE… Para:.. (Batallón de) Inteligencia 601.. Objetivo Primario: Jorge Zaffaroni (y) María… Zaffaroni… Resultado: Positivo…» se lee en un impactante registro secreto del Batallón de Inteligencia 601 que da cuenta de la operación de secuestro y traslado ilegal de dos ciudadanos uruguayos que desaparecieron en Argentina justo en la fecha del informe.

«Por el bien de la memoria y la justicia es extremadamente importante que este tipo de información de la inteligencia argentina y de los servicios de seguridad adquiera estado público y sea rigurosamente analizada» señala el profesor Marcos Novaro, director del Programa de Historia Política de la Universidad de Buenos Aires.

«Queda claro que para el Secretario de Estado Henry Kissinger la Argentina tenía que pagar con sangre para lograr la estabilidad en la región», afirma el analista del National Security Archive Carlos Osorio. «Decenas de miles de argentinos pagaron el precio por el apoyo de Estados Unidos a la aplicación por parte de los militares de la doctrina de seguridad nacional, ignorando toda norma legal y violando todos los derechos humanos».

Los documentos echan luz sobre tres aspectos del golpe y la dictadura que rige en Argentina entre 1976-83: la reaccion de los Estados Unidos al golpe, los mecanismos de coordinación y procedimientos de secuestro utilizados en las operaciones represivas, y la detallada contabilidad de los crímenes que llevaba el aparato de inteligencia argentino.

La participación de los militares argentinos en el Plan Cóndor ya es conocida, pero los documentos desclasificados ofrecen, sin embargo, por primera vez un muy preciso ejemplo y una prueba concluyente del procedimiento seguido para rastrear a activistas y guerrilleros, secuestrarlos y remitirlos a los organismos militares y de inteligencia de los respectivos países. Ellos muestran el perfecto encadenamiento existente entre el pedido de información, las órdenes de captura y los reportes sobre operativos realizados. Y ofrecen una muy clara fotografía del funcionamiento interno de la maquinaria represiva de la Dictadura Militar iniciada en 1976.

La operación clandestina para capturar, secuestrar, detener y desaparecer a dos uruguayos, Jorge Zaffaroni y su esposa Maria Islas de Zaffaroni, queda registrada con todos sus detalles dramáticos en los documentos obtenidos de agencias de inteligencia de cuatro países. El National Security Archive pudo reconstruir el rastro documental de los escalofriantes eventos de septiembre de 1976 que llevaron a la desaparición de dos ciudadanos uruguayos:

* En mayo de 1976, la inteligencia uruguaya transmite un documento secreto a sus colegas en el Cono Sur listando al matrimonio Zafffaroni y 60 otros miembros de la guerrilla OPR-33. (Fuente: El Archivo del Terror de la policía secreta del Paraguay).
 
* Un cable de la Agencia de Inteligencia de la Defensa de los Estados Unidos redactado a mediados de setiembre de 1976, da cuenta de una delegación del alto mando argentino que viaja a Montevideo a coordinar operaciones de inteligencia. (Fuente: Petición judicial italiana al gobierno de los Estados Unidos).
 
* Un informe de inteligencia argentino obtenido por el National Security Archive de una fuente confidencial, registra que información proveída por la inteligencia uruguaya permite a la Secretaría de Inteligencia del Estado ordena al Batallón de Inteligencia 601 secuestrar al matrimonio Zaffaroni; la operación se lleva a cabo exitosamente y la pareja es entregada a las autoridades uruguayas luego de lo cual desaparecen.

* Un cable de la Agencia de Inteligencia de la Defensa de Octubre 1 de 1976, informa finalmente que en una operación de una semana, la cooperación de inteligencia entre Argentina y Uruguay ha destruido a la organización OPR-33.

Una conclusión complementaria y muy significativa que se desprende de la lectura de estos documentos es que en la instrumentación del terrorismo de estado en el caso argentino operó de modo muy eficiente y articulado la «comunidad de inteligencia», independientemente de las disputas facciosas que enfrentaban a las distintas ramas de las Fuerzas Armadas y el gobierno. Contra la interpretación de algunos estudiosos que señalan que la represión fue decidida centralmente pero instrumentada en forma totalmente descentralizada, y que debido a las diferencias políticas existentes entre grupos militares no fue posible en Argentina, a diferencia de Chile, por ejemplo, organizar una red de inteligencia centralizada y exhaustiva, los documentos presentados muestran que más allá de la efectiva descentralización operativa, la SIDE y otros organismos como el Batallón 601 tuvieron un rol fundamental en la planificación y coordinación de operaciones y en la sistematización de la información recabada. Asimismo, la asistencia de altos jefes militares a reuniones regionales de coordinación revela hasta qué punto el poder militar otorgó prioridad desde muy temprano a extender la persecución de guerrilleros o simples opositores más allá de las fronteras del país.