Kehmli Devi, una mujer de mediana edad de la aldea de Chachadeth, en el septentrional estado indio de Uttarakhand, prepara desde hace años la comida para su familia en una estufa a leña. Es una de los millones de mujeres en India que no pueden pagar el gas y dependen de la leña como fuente […]
Kehmli Devi, una mujer de mediana edad de la aldea de Chachadeth, en el septentrional estado indio de Uttarakhand, prepara desde hace años la comida para su familia en una estufa a leña.
Es una de los millones de mujeres en India que no pueden pagar el gas y dependen de la leña como fuente de combustible gratuita para cocinar.
«Nos lleva cinco a seis horas recoger» la leña «que necesitamos cada día. Tenemos que internarnos mucho en el bosque para recogerla. Pero no nos importa, porque es gratis», explicó a IPS.
Devi no puede darse el lujo de comprar tanques de gas, incluso a tasas subsidiadas, ya que su familia solo gana 57 dólares por mes, menos de dos dólares al día.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 3.000 millones de personas cocinan y calefaccionan sus viviendas con hogueras abiertas y estufas de barro que consumen carbón y biomasa, o sea, madera, estiércol y residuos de cultivos.
La quema indebida de estos combustibles en espacios cerrados libera una serie de sustancias químicas de riesgo, incluidos los llamados contaminantes peligrosos del aire, cenizas y compuestos orgánicos volátiles.
La OMS calcula que 4,3 millones de personas mueren cada año de enfermedades atribuibles a la contaminación del aire en interiores, incluso de enfermedades respiratorias crónicas, como la neumonía, pero también de cáncer de pulmón y accidentes cardiovasculares.
Otros estudios demuestran que la contaminación del aire interior, en particular en las viviendas mal ventiladas, está vinculada a complicaciones en el embarazo y afecta negativamente a los niños y niñas, que son más propensos a las enfermedades respiratorias que los adultos.
En general, las mujeres y los niños corren un riesgo mucho mayor de sufrir las consecuencias de la contaminación en interiores, ya que pasan más horas en casa.
Millones de indios en riesgo
Demasiados hogares en India siguen dependiendo de los combustibles tradicionales para la cocina, la iluminación y la calefacción.
El censo de 2011 revela que 75 millones de hogares rurales, o 45 por ciento del total, carecen de electricidad, mientras que 142 millones, o 85 por ciento del total, dependen por completo del combustible de biomasa para cocinar.
A pesar de que los sucesivos gobiernos desde 1985 subsidiaron a los combustibles más limpios, como el gas, para reducir su precio, millones de hogares siguen sin poder adquirirlos y optan por sustancias más tradicionales y dañinas.
Algunos estudios señalan que el consumo de combustibles tradicionales en India asciende a 135 millones de toneladas equivalentes de petróleo, más que la energía consumida por Australia en 2013.
Energía más limpia para alcanzar los ODM
Los expertos advierten que es necesario reducir drásticamente estas cifras, para mejorar las vidas de millones de personas y también para cumplir con las metas internacionales de reducción de la pobreza y la sostenibilidad.
Por ejemplo, la contaminación del aire de interiores está vinculada a los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), la mayor iniciativa de desarrollo de la ONU, cuyo plazo vence a fines de este año.
Según la OMS, abordar la cuestión de los combustibles domésticos dañinos automáticamente avanzará el cumplimiento del cuarto ODM, que pretende reducir la mortalidad infantil en dos tercios antes de fin de año, ya que los niños son más propensos a sufrir enfermedades por la contaminación interior.
Del mismo modo, las mujeres y los niños pasan horas en la recolección de leña, una tarea que consume gran parte del día y de su energía. La reducción de esa carga acercaría a India a la meta de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
El menor tiempo dedicado a la recolección de combustible también libera horas para la educación o el empleo, los cuales contribuyen con el primer ODM, la erradicación de la pobreza extrema y el hambre.
En 2005, el Informe sobre el Desarrollo Mundial del Banco Mundial calculó el costo económico y sanitario de la recolección y el consumo de leña en 6.000 millones de dólares, solo en India, lo que representa un desperdicio enorme en un país con un índice de pobreza de 21,9 por ciento de sus 1.200 millones de habitantes.
La transición hacia un futuro sostenible
Veerabhadran Ramanathan, director del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Institución Scripps de Oceanografía en la estadounidense Universidad de California en San Diego, dijo a IPS que la energía limpia, en particular para los pobres, debe estar en la agenda de las próximas negociaciones sobre el clima, a celebrarse en diciembre en París, donde los gobernantes del mundo deberán acordar objetivos vinculantes sobre las emisiones de carbono para la próxima década.
Ramanathan argumentó que es responsabilidad de los ricos, a quienes llamó los «4.000 millones de arriba» (4MA), ayudar a los «3.000 millones de abajo»(3MA) a subir el consumo de energías renovables y reducir el de combustibles fósiles.
«Con el fin de evitar cambios climáticos insostenibles en las próximas décadas, la descarbonización de la economía de los 4MA, así como la provisión de acceso a la energía moderna para los 3MA, debe comenzar ahora», exhortó en la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible celebrada en febrero en Delhi.
Sus palabras reflejan un sinnúmero de iniciativas internacionales para reducir las emisiones procedentes de los combustibles domésticos dañinos, como la Alianza Mundial para las Cocinas Limpias, que calcula que la transición a las cocinas ecológicas podría reducir las emisiones de los combustibles de madera hasta un 17 por ciento.
En base a un estudio realizado por expertos de la Universidad de Yale y la Universidad Nacional Autónoma de México, Radha Mutthiah, la directora de la Alianza Mundial, dijo en enero que su organización «apuntará a las zonas donde la tecnología de cocción limpia pueden tener el mayor impacto, no solo en la mejora de los efectos sobre el clima, sino también en la salud de millones de personas que viven en los puntos críticos».
Estos puntos críticos se definen como lugares donde la leña se cosecha a un ritmo insostenible, con más del 50 por ciento no renovable. Allí viven 275 millones de personas, de las cuales 60 por ciento residen en Asia meridional.
Se concluyó que India y China tienen las mayores emisiones producidas por el combustible de madera. Esto debe servir como una llamada de atención para que las autoridades políticas y los legisladores tomen medidas, según fuentes expertas.
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2015/03/una-crisis-sanitaria-se-oculta-dentro-de-los-hogares-de-india/
Editado por Kanya D’Almeida / Traducido por Álvaro Queiruga