Una de cada ocho personas en el mundo sufre desnutrición crónica, dijeron el martes las agencias alimentarias de Naciones Unidas, advirtiendo a los líderes mundiales de que algunas regiones no conseguirán reducir a la mitad el número de personas afectadas por el hambre para 2015. En su último informe sobre inseguridad alimentaria, las agencias de […]
Una de cada ocho personas en el mundo sufre desnutrición crónica, dijeron el martes las agencias alimentarias de Naciones Unidas, advirtiendo a los líderes mundiales de que algunas regiones no conseguirán reducir a la mitad el número de personas afectadas por el hambre para 2015.
En su último informe sobre inseguridad alimentaria, las agencias de la ONU estimaron que 842 millones de personas sufrían hambre crónica en el período 2011-13, o un 12 por ciento de la población mundial, por debajo del 17 por ciento del período entre 1990-92.
La nueva cifra era menor que la última estimación de 868 millones en 2010-12 y de 1.020 millones en 2009, pero el informe dijo que los progresos para cumplir el Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad el hambre para 2015 eran desiguales.
Es poco probable que muchos países cumplan el objetivo adoptado por los líderes mundiales en Naciones Unidas en 2000, según la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (WFP) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD).
«Estos (países) que han experimentado conflicto durante las dos décadas pasadas son más propensos a sufrir reveses significativos en la reducción del hambre», sostuvo el informe.
«Los países sin litoral se enfrentan a desafíos persistentes en el acceso a los mercados mundiales, mientras que los países con infraestructuras pobres e instituciones débiles se enfrentan a restricciones adicionales».
La FAO, WFP e IFAD definen la desnutrición, o hambre, en el informe del Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2013 como «no tener suficiente comida para una vida activa y saludable» y la incapacidad para «cumplir los requerimientos de energía alimentaria».
Las políticas dirigidas a impulsar la productividad agrícola y la disponibilidad alimentaria eran cruciales en reducir el hambre incluso donde la pobreza estaba extendida, según las agencias.
«Cuando se combinan con la protección social y otras medidas que aumentan los ingresos de las familias para comprar comida, pueden tener un efecto aún más positivo e incitar el desarrollo rural», dijeron.
Las remesas, tres veces mayores que la ayuda oficial al desarrollo, han tenido un impacto significativo en seguridad alimentaria al conducir a una dieta mejor y a reducir el hambre, afirmaron.
La gran mayoría de gente que sufre hambre – 827 millones – viven en países en desarrollo, donde se estima que la desnutrición es de un 14,3 por ciento, halló el informe.
África sigue siendo la región con la mayor prevalencia de desnutrición, donde se estima que más de una de cada cinco personas están desnutridas, mientras que la mayoría de las personas desnutridas están en el sur de Asia.
Fuente: http://es.reuters.com/article/idESMAE99002O20131001?sp=true