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Uruguay negociará un tratado comercial con Estados Unidos

Fuentes: ALAI/Argenpress

Uruguay y Estados Unidos negociarán un amplio acuerdo bilateral para promover el comercio y las inversiones que, según el anhelo de ambos gobiernos, debería terminar en un Tratado de Libre Comercio (TLC) o lo más parecido a eso. Así se desprende del primer día de reuniones oficiales del presidente Tabaré Vázquez en Washington, a pesar […]

Uruguay y Estados Unidos negociarán un amplio acuerdo bilateral para promover el comercio y las inversiones que, según el anhelo de ambos gobiernos, debería terminar en un Tratado de Libre Comercio (TLC) o lo más parecido a eso. Así se desprende del primer día de reuniones oficiales del presidente

Tabaré Vázquez en Washington, a pesar de las aclaraciones y eufemismos que utilizó la delegación uruguaya durante la jornada. ¿Y el MERCOSUR? Uruguay no piensa salirse, mientras no lo obliguen.

El día comenzó agitado. El periodista de Canal 10 Nelson Fernández ratificaba ante quien le preguntara que Vázquez le había anticipado la noche anterior su intención de abandonar el MERCOSUR y pasar a ser un estado asociado, como Chile y Bolivia, por ejemplo. En la puerta del edificio del Fondo Monetario Internacional, tras su reunión con Rodrigo Rato, el presidente intentó desmentir la versión, pero en verdad dejó la puerta abierta: ‘Nosotros no hemos planteado esa situación en ningún momento’, arrancó Vázquez al referirse a una posible ruptura con el bloque regional. Y enseguida agregó: ‘Salvo que surgieran condiciones que nos impidan avanzar en el trabajo de una nueva inserción de Uruguay en el mundo’.

El gobierno interpreta que los grandes del bloque, Brasil y Argentina, ignoran los reclamos de los más pequeños, a los que no llegan los beneficios de la alianza comercial. ‘El MERCOSUR no es una jaula de oro ni un club donde hay socios de primera y segunda’, aseguró el presidente. La válvula de escape sería avanzar en un doble camino: invitar a países fuertes, como México, a que se sumen al MERCOSUR generando una nueva distribución interna de poder; y, al mismo tiempo, aumentar el peso específico del Uruguay con acuerdos comerciales bilaterales por fuera del bloque, con países como Estados Unidos.

Vázquez aseguró que quiere ‘más y mejor MERCOSUR’ porque ‘así como está, este MERCOSUR no le sirve a Uruguay’. Pero un TLC con Estados Unidos será demasiado difícil de tragar para Brasil y Argentina. De hecho, hoy en día la reglamentación del bloque impide un tratado bilateral de ese tipo para un socio pleno como Uruguay. Cuando se le recordó esto al presidente, Vázquez respondió que él no había llamado TLC al acuerdo que busca con Estados Unidos pero puso como ejemplo, justamente, el TLC alcanzado con México: ‘Si se puede con México, se puede con cualquier otro país’, argumentó. Sin embargo, el gobierno uruguayo no puede ignorar que en el caso de México hubo una decisión oficial del MERCOSUR de autorizar las negociaciones bilaterales con ese país, que ya estaban encaminadas en el marco de la ALADI.

Vázquez también se amparó en unas declaraciones de enero pasado de Néstor Kirchner, quien tras reunirse Lula da Silva había expresado que Brasil y Argentina no se opondrían a un TLC entre Uruguay y EEUU. Sin embargo, la cancillería brasileña luego no se mostró tan dispuesta a aceptarlo y nadie puso una autorización semejante por escrito. Ayer, fuentes de la embajada argentina en Washington, negaban que Uruguay pudiese negociar un TLC con Estados Unidos mientras siguiera siendo miembro pleno del bloque. Entonces, las declaraciones presidenciales a Canal 10 podrían haber sido un globo de ensayo o una advertencia a Lula y a Kirchner. Más explícito fue el presidente cuando un periodista le recordó que el venezolano Hugo Chávez se opone a que los países de la región acuerden tratados con el gobierno de Bush. ‘Pregúntele al presidente Chávez cuántos barriles de petróleo le vende a EEUU por día, pregúntele cuánto le ingresa a Venezuela’, contraatacó Vázquez.

Del lado estadounidense, no hay tantas dudas. Desde que la administración republicana percibió congelado el proceso hacia el ALCA, comenzó a espolear los TLC bilaterales o subregionales. Después del NAFTA, con México y Canadá, logró en los últimos años tratados de libre comercio con Chile, los países de Centroamérica (CAFTA), Perú y Colombia, aunque estos dos últimos todavía necesitan la complicada ratificación parlamentaria.

Vázquez, junto a los ministros Danilo Astori, Reinaldo Gargano y Jorge Lepra y el embajador en Washington Carlos Gianelli, empezaron ayer a enhebrar la aguja para bordar el acuerdo. Primero, recibió los elogios del FMI y el BID: ‘En esta ciudad, en todas las esquinas donde vaya va a encontrarse con una inmenso admiración y respeto por lo que ha podido hacer el gobierno uruguayo en este tiempo’, lo halagó el presidente del BID, Luis Alberto Moreno.

Con ese aval, Vázquez y sus funcionarios fueron a reunirse por la tarde con figuras claves para las negociaciones por un tratado comercial. La ausencia en esta capital de los representantes comerciales Rob Portamn y Susan Schwab, de viaje por Europa, los obligó a visitar al secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez, un cubano-americano que ha sido uno de los principales promotores de los TLC con los países latinoamericanos. La otra reunión fue en el Capitolio, con el senador republicano Richard Lugar, presidente de la subcomisión del Hemisferio Occidental y quien tiene la llave para impulsar la ratificación parlamentaria de un hipotético TLC.

Astori comentó que el primer paso es que funcionarios de ambos países trabajen juntos desde ahora hasta octubre, cuando está prevista la reunión del Comité Conjunto de Comercio e Inversiones. Allí se vería hasta dónde se ha avanzado y se evaluaría hasta dónde se puede llegar. Pero una prueba del entusiasmo del ministro es que ni los subsidios agrícolas estadounidenses le parecen una traba: ‘Si uno llega a tener un buen acceso al mercado norteamericano, el tema de los subsidios empieza a importar menos y a perder importancia’.

Pero a pesar del entusiasmo uruguayo y de la administración republicana, los tiempos juegan en contra de un TLC. El Fast Track, la autorización especial que el parlamento le dio al poder ejecutivo para negociar estos acuerdos, vence a mediados de 2007. Aun si Bush y Vázquez lograran firmar el acuerdo antes de esa fecha, la ratificación parlamentaria sería complicadísima. El CAFTA se negoció voto a voto durante más de un año, para terminar en una aprobación de madrugada en la Cámara de Representantes con un ajustadísimo 217 contra 215. El escenario podría ser peor si, como lo anuncian todas las encuestas, las elecciones parlamentarias de noviembre resultan una bofetada contra los republicanos.

Hoy, Vázquez compartirá escenario con Condoleezza Rice en el foro que el Consejo de las Américas organiza en el Departamento de Estado y por la tarde lo espera Paul Wolfowitz en el Banco Mundial, donde las plantas de celulosas dominarán la conversación. Seguramente, el ex subsecretario de Defensa también lo felicitará. En Marzo del 2005, el Banco Mundial le entregó un documento con ‘notas políticas’ al flamante gobierno. En el punto 49, le sugería explorar la posibilidad de tratados bilaterales por fuera del MERCOSUR.

* Leonardo Mindez es corresponsal de RADIO MUNDO REAL en Washington.