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El gobierno progresista se mira al espejo

Zurcir, después se verá

Fuentes: Brecha

La percepción de que el gobierno progresista vive instancias definitorias y que podría producirse una inflexión en su gestión la tienen hoy varios actores políticos y sociales. De ahí las posturas públicas de varios dirigentes -tanto del FA como de la oposición blanca y colorada- y la concreción de algunas movilizaciones sociales, en un espectro […]

La percepción de que el gobierno progresista vive instancias definitorias y que podría producirse una inflexión en su gestión la tienen hoy varios actores políticos y sociales.

De ahí las posturas públicas de varios dirigentes -tanto del FA como de la oposición blanca y colorada- y la concreción de algunas movilizaciones sociales, en un espectro que va desde los planteos sobre el endeudamiento de la Federación Rural hasta las manifestaciones de las organizaciones de jubilados y el paro nacional de la educación pública del martes 30.

Los productores demandaron una reformulación de la refinanciación de lo adeudado y rechazaron la imposición que traerá la reforma tributaria, los jubilados reclamaron un ajuste de sus pasividades al 1 de julio y los docentes exigieron mejoras salariales y más recursos para la enseñanza.

El preámbulo del Consejo de Ministros del miércoles 31 tuvo otros aditivos. Por ejemplo, el distinto posicionamiento de los ministros de Ganadería y Economía sobre la marcha del proceso de refinanciación de las deudas del sector agropecuario, implementado a partir de la «solución administrativa» y el «caso a caso». Discusión que puso sobre la mesa el modelo de país productivo y las distintas visiones que desde Economía y Ganadería se tienen al respecto. A ese clima enrarecido por la disputa entre los dos secretarios de Estado más emblemáticos del gobierno (José Mujica y Danilo Astori) debe agregarse la cuestión de la inserción internacional del país, en particular la posibilidad de firmar un tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos (que desde hace meses entra y sale de la agenda del gobierno) y las diferentes posturas del canciller Reinaldo Gargano y de Astori sobre el mismo (en la negativa el primero y promotor el segundo), para tomar sólo algunos de los protagonistas que en esta cuestión se enfrentan. También hay otros: en los últimos tiempos la Vertiente Artiguista ha tomado distancia de ciertas posturas de Economía (reforma tributaria, metodología de negociación de un TLC con Estados Unidos, aspectos del presupuesto educativo). En tanto las bases del MPP presionan a Mujica para que adopte una actitud más firme respecto a la conducción económica.

A este debate reciente debe agregarse un creciente desconcierto sobre el rumbo del gobierno progresista, que se ha hecho patente en la anomia de la fuerza política en los últimos seis meses (con una dosis muy fuerte de desánimo en la militancia frenteamplista que obligó a evitar actos de masas tanto en el aniversario del FA como en el correspondiente al primer año de gobierno) y en votaciones divididas de los parlamentarios oficialistas, aun cuando la mayoría impuso el mandato imperativo. Tal el caso de la renuncia a su banca del ex diputado socialista Guillermo Chifflet en diciembre pasado, en ocasión de votarse el envío de tropas uruguayas a Haití. (El mismo legislador había también votado antes contra la participación en la Operación Unitas.) Otro episodio en que se expresaron divergencias fue la ratificación del tratado de protección de inversiones con Estados Unidos (el senador comunista Eduardo Lorier lo rechazó).

Si bien una aplastante mayoría de legisladores se alineó con el gobierno en esos temas urticantes, ello no significó, en muchos casos, que compartieran las propuestas del Ejecutivo, dado que en la aprobación de los asuntos mencionados primó la concepción de no generarle problemas a Tabaré Vázquez a menos de un año de haber asumido la Presidencia.

A la movilización de los sindicatos de la enseñanza y la salud y los distintos pronunciamientos críticos (de propios y ajenos) se agregó otro elemento: la pérdida de adhesión al presidente, que bajó de 60 a 44 por ciento, según encuestas de opinión. Esto fue interpretado dentro del FA como expresión del descontento de parte del electorado frenteamplista respecto a la gestión gubernamental.

La contrapartida a estas sombras es la estabilidad de los indicadores macroeconómicos, la consolidada disciplina fiscal, la confianza ganada ante los organismos internacionales de crédito por el cumplimiento cabal de los compromisos generados por la deuda externa (incluso adelantando el pago de los mismos) y un crecimiento seguro de la economía.

Sin embargo, estos últimos elementos no parecen conformar ni a la militancia frenteamplista ni a los trabajadores organizados en el PIT-CNT, que -dicen dirigentes de la central- han escuchado a lo largo de la historia que se debe primero hacer crecer la economía para después pensar en un derrame que genere cierta redistribución de la riqueza. Una concepción de este tipo parece defender Astori cuando sostiene que 2006 y 2007 serán años de restricción, de los cuales debe esperarse la consolidación de los indicadores macroeconómicos, para recién luego avanzar hacia una mayor equidad.

Cancha embarrada

Así las cosas el escenario en que se desarrolló, el miércoles 31, el Consejo de Ministros en la residencia de Suárez tuvo dos componentes básicos: los episodios políticos que enfrentaron a Astori y Mujica por la cuestión del endeudamiento de los productores rurales, y los problemas derivados de la orientación económica y de la idea predominante sobre la inserción internacional del país.

En este segundo gran grupo de problemas destacan varios puntos críticos: la próxima rendición de cuentas, la reforma tributaria, las líneas del país productivo, más enunciado que delineado, y en materia de inserción internacional la modalidad de la ampliación comercial con Estados Unidos (especialmente la cuestión del TLC) y la actitud a seguir ante el MERCOSUR.

En la jornada del miércoles se trató la cuestión más urgente: las continuas amenazas de renuncia de algunos ministros (son tres las hechas públicas: la de Astori en ocasión de la discusión presupuestal, la de Gargano por el TLC, y la última, de Mujica) y cómo ello afecta la estabilidad del gobierno.

Vázquez dijo a sus ministros que en octubre de 2004 el pueblo eligió un presidente, un vice y un programa, por lo cual los secretarios de Estado no estaban «atornillados» al sillón. Por tanto, quien quisiera alejarse podría hacerlo, pues si bien todos son necesarios, ninguno es imprescindible.

Sin embargo, remarcó que requería de todos y que en las actuales circunstancias nacionales e internacionales había decidido dejar de lado la postura inicial de ir a un recambio ministerial a los 18 meses de haber asumido el gobierno. En esa dirección llamó a desistir de la confrontación pública de las diferencias y las amenazas de dimisión, porque ellas dañan al Ejecutivo.

Participantes de la reunión dijeron que Vázquez «puso las cosas en su lugar», asumiendo su condición de jefe, a la vez que desaconsejó posibles «vedettismos» de algunos secretarios de Estado. También respaldó explícitamente a Gargano, uno de los ministros más cuestionados por la oposición política y que siempre aparece en los primeros lugares para el recambio, incluso para algunos miembros del gobierno.

En la conferencia de prensa que siguió al Consejo de Ministros, el vicepresidente Rodolfo Nin Novoa dijo que «no hay renuncias ni recambios». No obstante, ayer jueves el semanario Búsqueda señaló que Mujica no ha descartado aún abandonar el gabinete. Allegados al ministro de Ganadería no confirmaron ni desmintieron la especie y anunciaron que Mujica daría su palabra el domingo 4 a las 19 horas en una intervención prevista en la segunda jornada del congreso del MPP. Otras fuentes emepepistas señalaron que el ministro comentó a sus partidarios que luego de las conversaciones con Astori y Vázquez podía hablarse de «humo gris». También dijeron que es intención del «viejo» trabajar desde fuera del gabinete. En filas frenteamplistas se sostiene que los planteos del ministro ante el congreso de la Federación Rural no fueron contemplados, por lo que el tema de su permanencia o no al frente de la cartera no está resuelto aún.

Retoques

«Tengo confianza en la sensibilidad social de Tabaré», comentó un legislador oficialista cuando se lo interrogó acerca de cómo pensaba que reaccionaría el gobierno ante la creciente demanda social. Fuentes del gabinete dijeron a su vez que el presidente habría hecho gala de esa «sensibilidad social» en la reunión del miércoles 31.

En ese encuentro, en el que cada ministro dispuso de unos 30 minutos para exponer, Astori puso el acento en la bonanza económica que se estaría viviendo hoy y advirtió que preveía que 2007 sería todavía un año de restricciones, debido a la necesidad de mantener la disciplina fiscal. No obstante, cuando llegó la hora del resumen el presidente Vázquez sostuvo que la rendición de cuentas debe dar cuenta del crecimiento económico. «Quiero que ello se refleje en beneficio para la gente, que se refleje en la vida cotidiana de la gente», precisó. La seguridad ciudadana, la salud y la educación deberían ser los rubros a atender prioritariamente.

La rendición de cuentas fue, precisamente, otro de los puntos en que se manifestaron discrepancias. Varios ministros se quejaron de no tener «arte ni parte» en su definición, que pasaría exclusivamente por Economía. Y ante la precisión de Astori de que ello no era así, recordaron el episodio del envío del presupuesto quinquenal, cuando recién en la última sesión del gabinete previa a la presentación de la rendición en el Parlamento, recibieron un cd rom con el proyecto. Esta vez puede pasar algo similar. Los plazos constitucionales obligan a presentarla antes del 30 de junio, y hasta el presente los ministros sólo saben que no será de «artículo único, pero tampoco de canilla abierta». Las secretarías de Estado deben hacer llegar sus aspiraciones al subdirector de la opp, Daniel Mesa o a la directora del mef, Elizabeth Oría, pero no se preveía una discusión colectiva. Llama la atención que el director de la opp, Carlos Viera, quien se opusiera a algunos aspectos de la política económica, esté al margen de su elaboración, indicaron las fuentes.

Atendiendo a las protestas manifestadas, en el Consejo de Ministros se decidió que a partir del lunes 4 en el acuerdo semanal se comience a analizar la rendición de cuentas. Esa modalidad se extenderá a otros asuntos políticos, como forma de quitarle el carácter meramente administrativo a los acuerdos de los lunes.

El otro punto en el cual Vázquez hizo énfasis fue en la necesidad de que el proyecto de Sistema Nacional de Salud llegue a fin de año al Parlamento. Astori no había hecho mención a ese punto cuando durante su intervención se refirió a las reformas a impulsar este año. La reforma de la salud exige una fuerte erogación para mejorar la calidad de la asistencia estatal, pues se habla de un sistema público-privado con libre elección del usuario.

Inserción internacional y derechos humanos

Vázquez volvió a plantear el miércoles (al igual que lo había hecho el lunes al reunirse con la delegación del PIT-CNT) tres caminos para aumentar el comercio con Estados Unidos: el agregado de capítulos comerciales al tratado de protección de inversiones, acordar a través de la omc y un TLC. Sobre este último sostuvo que si firmarlo suponía enajenar las empresas públicas o satisfacer las demandas estadounidenses en materia de propiedad intelectual, lo rechazaría.

No obstante, el dirigente del PIT-CNT Juan Castillo dijo que la entrevista con el presidente no había aventado sus temores de que se vaya hacia un TLC con Washington. Miembros del gabinete afirmaron que las dos primeras vías para profundizar el comercio con Estados Unidos enunciadas por Vázquez son impracticables y que de hecho la única que puede ser efectivamente explorada es la del TLC.

De todas formas el debate en el Consejo de Ministros culminó con la reafirmación de la pertenencia del país al MERCOSUR. Algunos secretarios de Estado prevén sin embargo que la consolidación del bloque deberá esperar al menos otros seis meses, ya que en julio Brasil asume la presidencia pro témpore en medio de la campaña hacia las elecciones presidenciales en las cuales se juega la reelección de Lula da Silva. Aun así, para los próximos días se espera la visita de una delegación brasileña encabezada por el canciller Celso Amorim que traería auspiciosas novedades.

En materia de derechos humanos, tanto Vázquez como sus ministros se manifestaron opuestos a cualquier tentativa de anular la ley de caducidad, advirtiendo que la misma no tendría efectos prácticos. Sin embargo, sí estuvieron contestes en precisar que en caso de que la Suprema Corte, ante una denuncia al respecto, considere que la norma es inconstitucional el Ejecutivo aceptará la decisión del organismo.

Efectuando un balance de la sesión del miércoles del gabinete, distintos dirigentes frenteamplistas estimaron que se alejó el peligro de una crisis ministerial, pero observan que la discusión de fondo sobre los problemas más serios en debate sólo se postergó. Aun si se introdujeran correctivos a la rendición de cuentas para quitarle el «molesto parecido» con las elaboradas por economistas de anteriores administraciones, indicaron, subsiste la discusión sobre el rumbo económico. Ese rumbo que Mujica cuestionó -tal vez no desde la plataforma más adecuada- pero que tiene que ver con la posibilidad o no de marchar hacia el famoso «Uruguay productivo».