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Conferencia de Camille Chalmers en el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) de Buenos Aires

«Si observamos el mapa Haití se encuentra exactamente en la ruta entre Cuba y Venezuela»

Fuentes: Rebelión

Conferencia de Camille Chalmers [1] en el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) de Buenos Aires  Camile Chalmers (CCH): La UNASUR instaló hace un tiempo una oficina en Haití, dirigida por Rodolfo Mattarollo, donde se hicieron trabajos interesantes sobre derechos humanos, entre otros. Sin embargo, se cerró hace un año y medio, antes de la muerte […]

Conferencia de Camille Chalmers [1] en el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) de Buenos Aires 

Camile Chalmers (CCH): La UNASUR instaló hace un tiempo una oficina en Haití, dirigida por Rodolfo Mattarollo, donde se hicieron trabajos interesantes sobre derechos humanos, entre otros. Sin embargo, se cerró hace un año y medio, antes de la muerte de Mattarollo.

Para analizar la Minustah es importante entender la situación geopolítica complicada para Estados Unidos, sobre todo ante estos proyectos contestatarios de Cuba y la Revolución Bolivariana. Eso indica que hay una ofensiva para la construcción de nuevas bases militares, como las que se instalaron en Honduras, en Colombia, en el Caribe, en Aruba. Es una respuesta militar a los proyectos que reclaman la construcción de una soberanía nacional y regional. Si observamos el mapa Haití se encuentra exactamente en la ruta entre Cuba y Venezuela. 

-Pregunta: ¿Qué grado de organización tienen los movimientos populares haitianos y qué proponen? 

-CCH: Durante la dictadura hubo una resistencia muy fuerte, incluso durante casi 10 años hubo un foco de guerrilla tratando de derrocarla, sin embargo, el gobierno obtuvo una victoria militar sobre ella de manera muy violenta y en contra de los movimientos sociales, específicamente contra el movimiento sindical. 

Hay una película interesante sobre la sesión del Tribunal Russell con el testimonio directo de algunos dirigentes sindicales que fueron encarcelados y luego exiliados. También la represión violenta en contra del movimiento estudiantil y de maestros que era muy fuerte. Esos movimientos entraron en proceso de construcción a partir de los años ´80 y muchos de ellos, sobre todo el campesino, se reconstruyó bajo el paraguas de la Iglesia católica, dentro de la que hubo una corriente de la Teología de la Liberación muy importante, con trabajo de formación política que explica que hayamos llegado a 1985/6 con un tejido organizacional muy intenso y con un nivel de conciencia política alta. 

Podemos decir que en algunos sectores, como el campesino y el de mujeres hay un nivel de orientación bastante alto. El sector sindical y el estudiantil han jugado un papel importante en los conflictos del 1986/7, pero ahora están fragmentados en 10 centrales sindicales y un movimiento estudiantil muy débil que no tiene la fuerza política que supo tener y que ejerció en contra de la ocupación norteamericana durante el siglo XX. 

Lo más notable en este momento es el protagonismo del movimiento campesino y el de mujeres, organizados y presentes en el campo político. Uno de los trabajos que estamos haciendo es la construcción de un movimiento patriótico y popular, que trata de unificar esos movimientos sociales para poder cambiar la relación de fuerzas que existe en el país. 

A pesar de la contraofensiva para desarticular a los sectores organizados, en su conjunto el sentimiento anti ocupación, anti Minustah es fuerte, para ilustrarlo podemos observar las manifestaciones, por ejemplo, un día la población de Cabo Haitiano se despertó y en el cuartel de la Minustah estaba el cuerpo de un joven ahorcado, ellos dijeron que se había suicidado, la gente no lo creyó y hubo una acción muy violenta, una manifestación que duró dos semanas, con la ciudad totalmente paralizada. 

Otro signo se puede observar durante los carnavales, siempre hay producción de música anti Minustah, caricaturas denunciando su presencia de manera crónica. A partir de la caída de Aristide, sobre todo en el segundo golpe de Estado, hubo una pluralización del movimiento social y popular, que fue crítico por las limitaciones de su presidencia, pero se está superando poco a poco para crear un movimiento más unificado. 

-Pregunta: ¿Participan electoralmente? ¿Qué estrategias organizativas se plantean? 

-CCH: El movimiento que estamos construyendo tiene varias tácticas, trabajamos mucho sobre las reivindicaciones fundamentales, como la reforma agraria, la soberanía minera, el acceso a los servicios básicos, pero también es una expresión en el campo político, hay una presencia en el campo electoral, una plataforma que tiene 12 candidatos a elecciones legislativas y cerca de 80 candidatos en municipalidades y a nivel local. 

Paralelamente hay otras fuerzas políticas que también son críticas como, por ejemplo, un partido que se llama Plataforma de los Niños de Dessalines (PPD) dirigido por un ex senador Jean Charles Moise, que visitó varias veces este país en la campaña contra la Minustah y es candidato a la presidencia. Otro candidato es un líder campesino histórico, Jean Baptiste Chavannes. Habrá un sector progresista en las próximas elecciones. 

-Pregunta: ¿Hay posibilidad de convergencia de algunos de estos sectores? 

-CCH: No hay una convergencia formal, pero puede llegarse a acuerdos. 

-Beverly Keene (BK): ¿Podrías comentar algunas de las iniciativas próximas en cuanto a la búsqueda de fortalecimiento de la solidaridad latinoamericana e internacional? 

-CCH: Trabajamos activamente para fomentarla, somos parte de Jubileo Sur, hemos participado muy activamente en la Alianza Social Continental, también en un espacio muy importante que se llama Asamblea de los pueblos del Caribe que tiene un encuentro previsto para agosto de este año, es una agrupación de los movimientos democráticos antiimperialistas del Caribe. 

Hay muchas iniciativas que estamos tomando en esta coyuntura, una muy importante es sobre la minería, estamos formando e informando a las comunidades amenazadas por las explotaciones mineras, hemos tenido resultados positivos sobre todo en la parte norte del país. Estamos trabajando también para realizar en noviembre un Foro binacional con las organizaciones dominicanas sobre la cuestión minera, porque es un tema que nos toca a ambos. 

Por otro lado, durante 2015 es el centenario de la primera ocupación de las tropas norteamericanas y queremos aprovechar para impulsar una reflexión profunda y ver la conexión que existe entre la ocupación norteamericana y la presencia de la Minustah, la continuidad que existe y los mecanismos de dominación instalados desde 1915. 

Estamos organizando eventos, uno de ellos se va a llevar a cabo el 17 y 18 de julio, va a ser un Coloquio internacional sobre la ocupación de Haití, el objetivo es convocar a todos los amigos, camaradas, compañeros latinoamericanos que han trabajado conjuntamente con nosotros en la solidaridad, para hacer un balance de los 11 años de la Minustah, del trabajo de solidaridad y también para estudiar nuevas estrategias para el lento, pero probable retiro de la Minustah, también qué formas y acciones o programas de solidaridad más activas podríamos inventar con el pueblo de Haití, para que haya una respuesta desde los pueblos de América Latina frente a la crisis haitiana. 

En ese sentido hay propuestas interesantes, por ejemplo, a raíz de un trabajo que hemos hecho, el Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil creó con otros grupos campesinos una brigada compuesta por 35 compañeros que viven en Haití y que vienen de movimientos campesinos de Argentina, Brasil y Cuba y que trabajan con el sector campesino en varios frentes, con las semillas, la desforestación, problemas de salud, conformación de cooperativas, etc. Es un núcleo pequeño pero con una iniciativa muy interesante para que el pueblo de Haití no vea solamente militares sobre tanques, y vea compañeros campesinos en esta lucha con los mismos sueños y perspectivas. 

Esta reunión es para eso, para hacer un balance de estos últimos 11 años, para ver cómo podemos avanzar y cómo profundizar la solidaridad hacia Haití de los pueblos latinoamericanos. La experiencia de ustedes es muy valiosa, pueden hacer aportes desde muchos campos, por ejemplo, la cuestión de la desforestación, la medicina popular y la relación entre medicina occidental y medicina tradicional, hay muchas experiencias en Argentina. 

En Uruguay con las cooperativas de vivienda, en Brasil también hay experiencias muy interesantes que pueden ser de mucha utilidad para que el pueblo de Haití pueda construir respuestas frente a la crisis actual, pero esto se debe hacer con el respeto de la cultura haitiana. 

Hay ejemplos de cooperación muy lindos con Cuba, desde 1995 hay 800 médicos cubanos en Haití que trabajan directamente con las comunidades. Cuando se dio el golpe de estado en 2004 contra Aristide, el gobierno de facto eliminó el subsidio a los médicos cubanos y las comunidades se encargaron de nutrirlos durante más de 9 meses, eso muestra la fraternidad y la relación de cooperación solidaria que existe. 

Son muy pocas las cosas que se han hecho durante 11 años de ocupación, con 8.000 millones de dólares gastados y 12.000 soldados presentes en el país 

-Nora Cortiñas (NC): ¿Qué está haciendo la misión argentina para que esta semana me llamara el vicecanciller, tan amable, diciendo que nuestra lucha ya había dado frutos y que se iban a retirar las tropas, excepto los especialistas? 

CCH: Es una de las cosas mas chocantes del balance de la Minustah, cuando hay más de 12.000 soldados en un país, que significan el gasto de 800 millones de dólares anuales, y ves que las cosas interesantes que se hicieron fueron muy pocas. El ejército ecuatoriano construyó algunas casas y carreteras para la comunidad campesina. Argentina tiene un proyecto que se llama Pro-huerta que funciona, pero está invirtiendo mucho más en la Minustah que en ese proyecto. Brasil solamente esta financiando parcialmente una represa, que para nosotros es una catástrofe porque va a inundar una parte importante de un llano muy fértil, mientras hay alternativas tecnológicas mucho más interesantes para el riego. Entonces, son muy pocas las cosas que se han hecho durante 11 años, con 8.000 millones de dólares gastados y 12.000 soldados presentes en el país. Se podrían haber hecho muchas cosas, pero eso debería inscribirse dentro de otro concepto y otra cooperación que nada tienen que ver con esta presencia militar vertical que es más destructiva que constructiva. 

BK: Pensando en esas tareas que tenemos pendientes como Comité aquí, tenemos esta situación que indica que Argentina efectivamente esta retirando sus tropas, pero al mismo tiempo el gobierno argentino sigue diciendo que es contra su voluntad, de hecho en los últimos debates que se han dado en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la posición pública del gobierno argentino era solicitar la posibilidad de quedarse, cosa que fue negada en ese momento. Nosotros reivindicamos que tanto el gobierno de Argentina como todos los de América Latina, tienen la posibilidad de tener una política de cooperación realmente solidaria, no una política de asumir la tercerización de una ocupación ajena, porque no se trata de intereses propios que las fuerzas militares de nuestros países estén en Haití. 

Participante: Se presenta una confusión, ante un gobierno que afirma permanentemente que estamos retirando las tropas, que se está invirtiendo más en el proyecto Pro-huerta, con la idea de que Haití esta avanzando. Me llama la atención el papel de intervención por parte de Naciones Unidas, un hecho mundialmente visto como irreverente, el papel de Argentina que tiene como principio que los derechos humanos son universales, no conozco del tema jurídico, pero me parece que sería un hecho novedoso que se presentara formalmente, con Norita como precedente, un caso de derechos humanos. 

Creo que falta el tema de la responsabilidad en este aspecto. Me refiero al hecho político de que estamos en un año electoral, todo el mundo quiere hablar de derechos humanos en este momento, entonces el hecho de presentarnos ante la opinión publica internacional es fundamental, porque en las reuniones podemos debatir, pero la realidad es que hay familias dañadas, hay daño civil, por lo tanto hay que hacer un ejercicio en los países que tienen tropas y que son responsables de este daño. 

BK: Sería interesante pensar con creatividad como asumirlo, porque de momento hay muchísimas denuncias que han tomado estado público sobre la explotación sexual de los soldados de la Minustah hacia las mujeres haitianas, hace alrededor de un mes hubo en Uruguay una reunión sobre las Misiones de paz de las Naciones Unidas. Esto forma parte de un proceso de revisión de los parámetros de las acciones de paz, tal vez ese proceso también sería un punto en el que podemos intervenir de alguna manera. 

Hay un experto relator independiente del Consejo de Derechos Humanos sobre Haití que por ahora es la única voz dentro de Naciones Unidas que formalmente en su informe cuestionó la presencia de la ONU en Haití. Nosotros sí hemos planteado en la Cancillería que Argentina, al ser miembro de la Minustah, es corresponsable de esto, le hemos señalado que deberían estar planteándose la responsabilidad y hasta ahora las respuestas han sido evasivas, tal vez podamos a partir de ahora tomar ese eje con más fuerza. 

CCH: El balance sería mucho más grave sin la presencia de la brigada cubana, ellos han hecho un gran trabajo para luchar contra el cólera. Incluso hay cubanos que murieron de cólera, porque regresaron con el virus, así como 800 dominicanos. Es un caso muy claro que sintetiza los atropellos de la presencia de esa fuerza y la contradicción entre el discurso de derechos humanos que tienen y la práctica. 

Mario Hernandez (MH): Tenemos un problema. El retiro de las tropas argentinas sea por los motivos que sea, es un hecho. Más allá de que haya sido en contra de la voluntad del gobierno argentino, las tropas no están en Haití, están en Rosario. Creo que esto merecería un comunicado o una conferencia de prensa porque nosotros tenemos un conocimiento como para opinar a qué fueron esas tropas a Rosario. El problema es redefinir hacia donde vamos, no podemos seguir llamándonos «Comité por el retiro de las tropas argentinas de Haití», pensar cómo utilizamos esa pequeña fuerza que hemos creado para seguir trabajando en pro de las necesidades planteadas en Haití. Creo que requerirá propuestas de nuestra parte, pero también de parte de los compañeros haitianos que nos han estado visitando y acompañando en las actividades que hemos realizado, entiendo que es una tarea que nos corresponde de conjunto. Porque no podemos seguir haciendo eje en algo que ya fue. 

BK: Sintetizando lo que Camille mencionó al inicio de la charla, el eje es el fin de la ocupación porque si bien las tropas argentinas están regresando y las bolivianas también, la fuerza de ocupación continúa. Por otro lado, profundizar el eje de la cooperación, tanto desde el campo popular como también en cuanto a exigencias al gobierno. Ese es un primer aporte a este debate. 

Participante: No sé si Camille conoce el pensamiento que hay en Argentina desde el gobierno, lo que sostiene como reivindicaciones. Yo veo que lo que dice es que le interesan los derechos humanos, llevarse bien con Venezuela y Cuba. Hemos tenido una marcha masiva por los femicidios que ha habido, bajo la consigna «Ni una menos», la cual podemos utilizar para hacer extensivo a Haití y que sea «Ni una menos en Haití», por ejemplo. O sea, aprovechar estas consignas para el objetivo general que consiste en que se termine la ocupación. Empezar a pedirle al gobierno que sume de la manera que hacen los cubanos, por ejemplo, mandemos médicos, o como hace Venezuela, apoyemos económicamente, o como hizo Ecuador que fue a construir casas y caminos. 

Pregunta: Comentabas que existe la confrontación de dos proyectos de país en relación a la perspectiva electoral, en esos proyectos, ¿hay alguna controversia en relación a la Minustah o todos opinan lo mismo? 

Hay una alianza del gobierno haitiano con la Minustah 

CCH: Martelly siempre hizo declaraciones a favor de la Minustah, así como todos los presidentes, excepto Preval quien en su segundo mandato escribió una carta para decir que se debían remplazar los tanques por ingenieros, médicos, etc. A pesar de ello no hicieron nada. Martelly siempre ha defendido la Minustah, inclusive en una audición parlamentaria el Ministro de Relaciones Exteriores dijo que no entendía por qué estaban acusando a la Minustah del cólera. Hay una alianza concreta de algunos sectores políticos con la Minustah, que es minoritario, incluso muchos de los partidos que están en el terreno electoral se han pronunciado por la salida de la misma. El Senado de la República sacó dos resoluciones exigiendo la salida de las tropas. 

Pregunta: ¿Tendrían pocas chances electorales los partidos que apoyan a la Minustah? 

CCH: En el escenario electoral la manipulación mediática lo hace todo más complicado. Sin embargo, la presencia de la Minustah es indefendible. 

Gustavo Lahoud (GL): La inquietud de Mario es muy interesante, Argentina le da una vuelta, retiramos las tropas, parece que nos orientamos hacia otro tipo de ayuda en el terreno, pero a la vez recuerdo que cuando se tenía que empezar a implementar el retiro, en el área de Defensa, el ministro Rossi había mandado una comunicación al respecto pero no hubo manera que aclararan de qué se trataba. 

En ese sentido tal vez desde el lugar en el que estamos podríamos tratar de reforzar que nuestra participación tiene que ser desde la solidaridad latinoamericana, que debemos poner en marcha acciones sociales concretas que permitan reforzar, por ejemplo, la ayuda cubana. Me gustaría preguntarte cómo ves el aporte de Venezuela, porque no ha formado parte de este escenario de intervención en el que los países latinoamericanos aparecimos como colaboradores y facilitadores de la tarea imperial de Francia, Canadá y Estados Unidos. Pero a la vez, y volviendo al caso de Argentina, seguimos siendo parte orgánica de la estrategia de movilización de tropas en el marco de las Misiones de paz de las Naciones Unidas, el ejemplo concreto es que año a año aparece una ley para dar permiso a la entrada y salida de tropas que participan del mantenimiento de la paz y todas con objetivos de carácter estratégico que estarían vinculadas a actuar ante situaciones de emergencia y salvamento en el mar, ante situaciones de riesgo vinculadas a desastres naturales y sabemos que estamos en un entorno geopolítico tremendo, donde la ocupación de los Estados Unidos, a través de la presencia disfrazada de bases militares que pueden servir para su rápido despliegue ante situaciones de conflicto concreto, es algo que no aparece nunca develado ni acá ni en Brasil ni en Uruguay. En definitiva, como ellos siguen presentes, nosotros tendríamos que poder decir que queremos el fin de la Minustah y de todo tipo de ocupación, ir por un compromiso que reivindique en términos de acciones solidarias la participación de Latinoamérica en Haití. 

Además, en el trasfondo de esto, rever desde la región y pedirle a Uruguay y a Brasil fundamentalmente, porque nuestro principal problema es que vivimos en una esquizofrenia permanente, hay un individuo que se ha ido de la presidencia de Uruguay y está dando vueltas por el mundo permanentemente, y pido disculpas por lo que voy a decir, casi como un abuelito bueno, diciendo cuáles deberían ser los compromisos de Uruguay, mientras ha estado muchísimo tiempo para tomar al menos una medida para terminar con el despliegue de las tropas uruguayas que han tenido varias participaciones graves. Te pido una breve referencia al tema de Venezuela. 

CCH: El gobierno de Venezuela ha condenado la presencia de la Minustah y Chávez hizo varias declaraciones al respecto. Hay una cooperación triangular Cuba-Haití-Venezuela, Venezuela comenzó a financiar las brigadas médicas cubanas. También hicieron algunas inversiones importantes en proyectos de electricidad en varias ciudades del país. Esta suministrando gran parte de las inversiones públicas, un 75% vienen de los fondos de Petrocaribe. Sin embargo, la inestabilidad económica de Venezuela pone en peligro ese programa, así que la coyuntura hace que no sepamos cual es el porvenir de ese programa, pero hasta ahora Venezuela se ha mantenido de una manera muy correcta de cooperación con Haití, ha hecho contribuciones significativas que con otro tipo de régimen político tendrían mejores resultados en el pueblo haitiano, ya que se le da un uso que no corresponde a las prioridades. 

En cuanto al cólera, lo que reclamamos es una indemnización para las familias de las víctimas, para el país, porque tenemos una imagen muy negativa a nivel internacional y esto la agravó. También reclamamos una inversión para que haya acceso al agua potable que es la mejor forma de luchar contra el cólera, incluso especialistas han afirmado que no superaría el presupuesto anual de la Minustah.

Nota

[1] PAPDA (Plataforma para el Desarrollo Alternativo)

Desgrabación: Ana Laura Xiques – Edición: Mario Hernandez