Con alegría nos enteramos de su venida a nuestro país, y decimos alegría pues muchos de nosotros crecimos con su música y la de sus amigos y lo que es más importante, esa música y la de tantos otros en aquellos años setenta, incidió en la conformación de nuestra sensibilidad. Acaso a usted le resulte […]
Con alegría nos enteramos de su venida a nuestro país, y decimos alegría pues muchos de nosotros crecimos con su música y la de sus amigos y lo que es más importante, esa música y la de tantos otros en aquellos años setenta, incidió en la conformación de nuestra sensibilidad. Acaso a usted le resulte difícil de creer si le dijéramos que más de uno en nuestro continente, midió una cantidad de horas en función del girar de sus discos.
Cuando se viaja a un país se corre el riesgo de creer conocerlo y muchas veces el circuito turístico o el circuito que nos arman, tiene como propósito deliberado ocultar la verdad. Usted sabe a qué me refiero. Lo imaginamos escribiéndole aquella carta a Caetano, exhortándolo a no a cantar en Israel, nos imaginamos su amargura cuando obtuvo la respuesta y nos imaginamos su alegría cuando Caetano reconoció su error, cuando Caetano, saliendo del circuito turístico que quisieron imponerle, decidió viajar a las aldeas palestinas para conocer la verdad. Un hombre con la sensibilidad de Caetano pudo hacerse con una rápida mirada una idea de la Historia de los palestinos y su lucha contra la colonización y el imperialismo, pudo darse cuenta de cómo usted le había advertido con toda sinceridad.
Cuando observamos que existe mucha gente famosa e influyente que sabe cómo son ciertas cosas de este mundo, pero atendiendo a sus exclusivos intereses, o atendiendo a la cobardía, decide callarse, no podemos sino amargarnos, pero cuando vemos que otros toman partido por el hombre a pesar de cualquier obstáculo, nos emociona, nos da aliento y renueva nuestra confianza en la humanidad.
Aquí en Uruguay también tenemos nuestros problemas que son compartidos por todo el continente. Nuestros problemas son los futuros Bolsonaros y también son quienes desde el gobierno hicieron lo imposible para auspiciar a los futuros Bolsonaros. Como ve, cambia el collar pero no cambia el perro o si usted prefiere, no cambia el cerdo en el poder.
Así como Israel arrasa la cultura nativa de Palestina y se apodera de su tierra para engrosar la billetera de los cerdos, aquí, nuestro gobierno y sus aliados de la oposición, en suma, todo el sistema político se convierte en los perros guardianes del negocio de los cerdos, que ya se han apoderado de la mitad de la tierra del país y vienen por más. Se han apoderado de los principales recursos de nuestra economía, al tiempo que arrasan con nuestra cultura en el más amplio sentido de la palabra.
Los grandes capitales extranjeros son dueños de los frigoríficos, de la producción y exportación de soja, de la producción del arroz y la madera, de las grandes superficies comerciales y de más de la mitad de la banca, mientras los pequeños y medianos productores se hunden día a día y abandonan sus tierras.
Nuestro sistema político, ufano con haber entregado nuestros recursos, ufano con haber privatizado recientemente el agua para riego, a escondidas negoció con la trasnacional papelera UPM, el contrato más entreguista en la Historia del país.
El Uruguay se endeudará e invertirá 3000 millones de dólares para el «proyecto» de la trasnacional, sin recibir un dólar a cambio o en realidad, para recibir agua contaminada y tierra estragada para siempre, al tiempo que la trasnacional extenderá su latifundio, el segundo más grande del país.
Los exoneraremos de impuestos, a ellos, que ganarán 1200 millones de dólares anuales y les permitiremos elaborar nuestros planes de estudio y colegislar en materia laboral. Además, les compraremos la energía eléctrica que produzcan a un precio elevado y les regalaremos el agua para que la devuelvan contaminada. Arrojarán al río Negro, del cual beben miles de uruguayos, 106 millones de litros de efluentes al día y consumirán, día a día, la misma cantidad de agua que consumirían 44 millones de personas.
Mientras prohibimos que el productor rural saque un balde de agua del río para su ganado o cosechas, a ellos les regalaremos el agua y subiremos, siguiendo una orden de la empresa, un metro la cota de un embalse, con lo cual anegaremos diez mil cuadras de campo que perderemos para siempre.
El contrato ROU UPM viola con cada letra nuestra Constitución, una práctica ya usual entre nuestros gobernantes que pasean por el mundo su fama de buenas personas, en tanto riegan a diestro y siniestro palabras falsas. También cercando la verdad se ha construido un muro, un muro que no cesa de crecer hasta empujar al ser humano y conducirlo, como fue profetizado en su hora, hacia la máquina. «Bienvenido a la máquina», deberían decir si fueran sinceros, a esa máquina que no es otra cosa que una gigantesca picadora de carne.
Negros nubarrones se ciernen sobre nuestro continente y sobre la humanidad toda. Tememos que nuestra carta no llegue a sus manos, que no podamos romper ese muro que nos separa. Bien mirado, no importa, pues confiamos en la inteligencia del artista comprometido con su tiempo, el artista que se ha mostrado como un humanista, pero más que en su inteligencia, confiamos en algo más importante: su coraje y su sensibilidad.
Saludamos su venida al Uruguay. Aquel niño que recibía las burlas del profesor al escribir poesía, a algunos nos permitió soportar nuestro particular pupitre escolar. Como aquel niño, también soñábamos una rebelión contra aquel sistema de enseñanza pergeñado contra el hombre.
Sea de esto lo que fuere, cuando pase por nuestra tierra, nuestra gente le agradecerá su arte, entendiendo en esta concepción del arte, la ética del artista, una ética que es la estética del porvenir.
Jorge Zabalza, Estela Magnone, Hoenir Sarthou, Daniel Panario, Ney Peraza, Veronika Engler, Ofelia Gutiérrez, Garo Arakelian, Alejandra Weigle, Eduardo Migliónico, Carlos Peláez, Javier Gil, Ana María Fernández, Luis Sabini, Federico Cantera Nebel, Roberto Apratto, Garo Arakelian, Giovanna Facchinelli, Alejandro Ojeda, Raúl Viñas, Gustavo Castagnello, Daniel Figares, Alma Bolón, Marcelo Marchese
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