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La triste celebración de Fox

El Senado de EE.UU. hace el trabajo del mandatario mexicano

Fuentes: Rebelión

Con inexplicable algarabía el Presidente de México recibió la noticia de la aprobación por parte del Senado de EE.UU. de un proyecto de ley de reforma migratoria. El hecho ocasionó desmedidas expresiones de alegría en el mandatario mexicano que calificó el evento como «momento histórico», «día de fiesta maravilloso», «día de gozo, de alegría y […]

Con inexplicable algarabía el Presidente de México recibió la noticia de la aprobación por parte del Senado de EE.UU. de un proyecto de ley de reforma migratoria.

El hecho ocasionó desmedidas expresiones de alegría en el mandatario mexicano que calificó el evento como «momento histórico», «día de fiesta maravilloso», «día de gozo, de alegría y de justicia» y «paso monumental», y expresó su satisfacción por las personas que saldrían de la clandestinidad y la discriminación gracias a esta ley.

Al mismo tiempo, el presidente mexicano expresó halagos para la nación del norte, a la cual considera socia y amiga; se manifestó como aliado en «todo» y destacó las virtudes de EUA como líder de libertad y democracia, y llegó a felicitar al Senado estadounidense por alcanzar un acuerdo comprensivo. Fox no dejó de reconocer la necesidad de mantener y ampliar la colaboración en el tema de seguridad fronteriza y lucha contra el narcotráfico y la delincuencia.

Su momento de mayor excitación se dio justamente durante la visita, que como parte de una gira de cabildeos por EUA que realizaba con el Canciller Derbez, le hiciera al Gobernador del Estado de California, Arnold Schwazenegger, quien habiendo nacido en Austria obtuvo la ciudadanía estadounidense y se convirtió en uno de los más conspicuos promotores de medidas antiinmigrantes en el estado que representa. El recordado protagonista de la holliwodense película «Terminator» y otros héroes americanos que defendían el honor y la soberanía nacional, no ha sido particularmente amable con los indocumentados, por lo que las exacerbadas expresiones de victoria de Fox, fueron recibidas con una adusta mueca conservadora. Tal vez el gobernador californiano fue más cauteloso y esperaba la segunda etapa del proceso legislativo. Finalmente, quien ríe último, ríe mejor…

Cabe preguntarse cuál es el sustento del regocijo del Presidente mexicano.

En primer lugar, la tan lisonjeada ley implica más seguridad, legalización parcial para inmigrantes indocumentados y programas de trabajo temporales en espacios laborales que no son ocupados por los nacionales, o como dijera el propio Presidente Fox «aquellos trabajos que ni los negros quieren hacer», expresión por la cual recibió llamadas de atención de las instancias diplomáticas pertinentes.

Además, la iniciativa de ley parece lejana a hacerse realidad, ya que inicia otra etapa del proceso legislativo y ésta versión deberá ser conciliada con el proyecto aprobado por la Cámara baja en el mes de diciembre. Aún siendo optimista, caben dudas de que prosperaría en este año.

Algunos de los patrocinadores del proyecto, como los senadores demócratas Kennedy y Mc Cain, si bien elogiaron el triunfo parcial, destacaron la necesidad de fortalecer la seguridad en la frontera de manera de cerrar el paso a la migración ilegal, posición fortalecida por los opositores a la iniciativa que consideraron la seguridad fronteriza como prioridad.

Lo que es considerado un triunfo para el Presidente Fox, se da en un ambiente de rechazo a la inmigración ilegal por parte de organizaciones antiinmigrantes, que anunciaron la formación de una barda humana en la frontera de Arizona con México y otras expresiones frente a diversos consulados mexicanos. Esta situación el cuestionamiento acerca de la influencia que podría tener un mandatario con cuestionado prestigio en el ámbito nacional por su incapacidad para crear empleos, su mal desempeño en la lidia diplomática y a pocos meses de entregar el poder, ante el reclamo de los ciudadanos estadounidenses. La apuesta mexicana no parece muy sólida, sobre todo si tenemos en cuenta que al mismo tiempo que se anuncia la aprobación por el Senado de la iniciativa, el Presidente Bush anuncia la autorización de seis mil efectivos militares para custodiar la frontera y la construcción de 600 kms de muro antiinmigrante, un muro que divide y distancia a los países y a las voluntades, por lo menos la estadounidense. Recordemos que la construcción del muro antiinmigrantes se anunció poco después de la celebración de la Cumbre de Mar del Plata, en la que el Presidente Fox cumplió fielmente la función de promotor del ALCA.

A pesar de estas señales contradictorias el Presidente mexicano se sobreexcita.

Con gran emoción Fox declaró haber trabajado cinco años para lograr la aprobación de esta iniciativa, una inversión fuerte que podría haber sido aprovechada para crear los empleos en territorio nacional y evitaría que más de dos millones de mexicanos cruzaran la frontera durante su mandato por falta de empleo y en busca de bienestar para ellos y sus familias, aventura en la que muchas personas perdieron la vida o fueron timadas, violadas y abandonadas por los «polleros», mercaderes de traspaso de indocumentados que actúan en la ilegalidad y la impunidad.

Mientras la tasa de desempleo interno crece en México y la calidad de plazas laborales se deteriora aún más, el Presidente mexicano se alegra de que el Senado estadounidense haga su trabajo de creación de empleos.

La apuesta mexicana actual ante la incapacidad para generar bienestar para los nacionales, se centra en el envío de remesas y la caridad del socio y amigo del norte.

Triste actuación, dramática herencia.

Entonces, ¿qué celebra Sr. Presidente?

* Rosana Lecay es investigadora de la Fundación para la Cultura del Maestro (México)