Traducido del inglés para Rebelión por Luis Montilla
La periodista estadounidense Amy Goodman comentó que fue detenida el miércoles al cruzar la frontera canadiense sur cerca de Vancouver e interrogada durante 90 minutos. Las autoridades temían que la periodista fuera a Canadá a hablar en contra de los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010.
Goodman afirma que los agentes del Servicio de Aduanas de Canadá permitieron finalmente su entrada al país, pero que la devolvieron su pasaporte con un documento pidiendo que abandonara Canadá en 48 horas.
Goodman, de 52 años, conocida por su oposición a la guerra de Iraq y Afganistán, dijo el jueves a CBC News que los agentes fronterizos canadienses la preguntaron en numerosas ocasiones acerca de los temas que iba a tratar en los compromisos que tenía en Vancouver y Victoria.
Goodman explicó que comunicó a los agentes que tenía planeado hablar sobre el debate de la reforma sanitaria en EE.UU. y sobre las guerras en Asia.
Después de muchas preguntas, Goodman afirmó que los agentes la preguntaron finalmente si iba a hablar sobre los Juegos Olímpicos.
«Lo dejaron bien claro cuando preguntaron, ¿y qué acerca de los Juegos Olímpicos?» dijo Goodman. «Yo respondí: ¿Se refiere a cuando el Presidente Obama fue a Copenhagen para apoyar a los Juegos olímpicos en Chicago?»
– «No. Estoy hablando de los Juegos Olímpico aquí, en Vancouver, en 2010».
– «No había pensado en ello» dijo Goodman.
– «¿Está diciendo que no va a hablar sobre los Juegos olímpicos?»
«No se creía que no fuese a hablar sobre los Juegos Olímpicos. No me creía», afirmó Goodman.
El Servicio de Aduanas de Canadá no quiso hacer comentarios sobre el incidente este jueves.
Registro del coche, del ordenador y de los papeles.
Goodman afirmó que su coche fue inspeccionado y que los agentes la pidieron registrar sus notas y su ordenador.
Goodman es conocida por ser la directora de Democracy Now, una emisora de radio sindicada en EE.UU.
Su viaje a Canadá era parte de la gira de promoción de su nuevo libro Breaking the Sound Barrier.
«Me alarma profundamente que, como periodista, estuviera marcada y que la preocupación, la mayor preocupación, fuera el contenido de mi charla», dijo Goodman.