El pasado 5, 6 y 7 de setiembre se celebró en chile el XIII Congreso de la Unión Internacional de Sindicatos de Transportes y Comunicaciones, estructura sectorial de la Federación Sindical Mundial. Este Congreso, celebrado en Santiago de chile, contó con la presencia de 80 delegados y delegadas de 24 países, con una gran presencia […]
El pasado 5, 6 y 7 de setiembre se celebró en chile el XIII Congreso de la Unión Internacional de Sindicatos de Transportes y Comunicaciones, estructura sectorial de la Federación Sindical Mundial. Este Congreso, celebrado en Santiago de chile, contó con la presencia de 80 delegados y delegadas de 24 países, con una gran presencia de los sindicatos del sector de Latinoamérica.
Tras un fin de semana de intensos debates, el Congreso concluyó con la Declaración de Santiago de Chile que reproducimos a continuación:
Los delegados del XIII Congreso de la UIS-Transportes, la estructura sectorial de la Federación Sindical Mundial, consideran que:
Las consecuencias sociales de la crisis económica y financiera, de la destrucción de las fuerzas productivas que le está asociada y los procesos de concentración y centralización del capital que se derivan del mismo, son devastadores;
Con un enfoque en los principales centros capitalistas, está en marcha un ajuste de cuentas brutal del gran capital y del imperialismo contra los trabajadores y los pueblos, tratando así de recuperar las cuotas de poder conquistado por la lucha y el desarrollo de los procesos progresistas, revolucionarios y la construcción de sociedades socialistas que marcaron el siglo XX;
Se está intensificando a un ritmo particularmente rápido el plan económico y social. Se operan gigantescas operaciones de concentración y centralización del capital, bien patentes en millonarias operaciones de apoyo al capital financiero y los grandes monopolios. Al mismo tiempo, se diversifican y se profundizan los ataques a los derechos sociales y laborales, la privatización y la destrucción de las funciones sociales del Estado, la privatización de los sectores estratégicos de la economía y de las diversas esferas de la vida social;
La crisis ha destacado aún mas la contradicción escandalosa entre los notables avances de la ciencia y la tecnología y la regresión social, que sin embargo se acentuó. El tiempo de trabajo para producir todo lo que es socialmente necesario podría reducirse sustancialmente, sin embargo, el capitalismo profundiza fuertemente las desigualdades en la distribución de la riqueza. El hambre, la pobreza, la desnutrición, la falta de atención médica y medicamentos y la mortalidad infantil aumentan. El desempleo afecta a cientos de millones de trabajadores en todo el mundo y crece la pobreza, incluso entre aquellos que pueden mantener su puesto de trabajo. Aumentan la guerra y los conflictos militares causados por el imperialismo y de forma flagrante las expresiones criminales inherentes a la naturaleza inhumana, tales como el trabajo infantil, las actividades del tráfico de seres humanos, la esclavitud y la explotación sexual. Al tiempo, se reduce la esperanza de vida en muchos países;
Estamos ante una ofensiva que se expresa también en el ataque contra el sindicalismo de clase y la negociación colectiva, que busca dividir para gobernar, que aumenta la división entre trabajadores públicos y privados, que acentúa la discriminación y la división de las profesiones y fomenta las relaciones individuales de trabajo, que reprime las huelgas y manifestaciones, que tipifica como delito las actividades sindicales y persigue y asesina los dirigentes sindicales, con el fin de romper la solidaridad entre la clase obrera y debilitar a los sindicatos;
En todo el mundo, la lógica neo-liberal despliega la bandera de la privatización de las empresas de transporte como algo inevitable: carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos, correos y telecomunicaciones se concentran cada vez más en manos de los grandes grupos económicos y financieros, que tienen como su único objetivo el aumento excesivo de la ganancia, con aumentos de tarifas y aplicación de peajes. Y lo hacen a costa de sacrificar los intereses nacionales, a costa de la explotación de los trabajadores y trabajadoras y el sacrificio de los pueblos;
Estas políticas favorecen a las grandes empresas que absorben o compran, en muchos casos, las empresas tradicionales o partes de ellas, creando grandes grupos transnacionales con fuerte capacidad de presión para hacer valer sus intereses a través de un continuo proceso de financiarización de la producción. Al mismo tiempo, sin
revertir los avances tecnológicos para reducir las horas de trabajo y la socialización de los avances, contribuye a la pérdida de miles de puestos de trabajo y aumenta la degradación de las condiciones de trabajo que, con base exclusivamente en un criterio para reducir costos, aumenta el trabajo precario y niega o pone en causa el derecho a un trabajo digno;
Intensifica la explotación de los trabajadores a través de la continua desregulación de la organización de los tiempos de trabajo, el aumento de las horas de trabajo y las pautas, al mismo tiempo que acentúa la reducción de los tiempos de descanso, empeora la conciliación entre vida profesional de los trabajadores y las esferas de su vida privada, reduce los salarios reales y procura reclutar a trabajadores de países con economías más débiles, más permeables a los salarios bajos y sin derechos laborales, que facilitan la imposición generalizada de un modelo de trabajo de semi-esclavitud de los trabajadores y de maximización de las ganancias;
Aumenta el número de accidentes y enfermedades profesionales relacionadas con el trabajo, sea por falta de seguridad en las infraestructuras, por señalización inadecuada y un mantenimiento débil, sea a través de las largas horas de trabajo o la falta de formación a que los trabajadores estén sujetos. También fomenta la discriminación y el deterioro de las relaciones sociales, tratando de romper la unión y la solidaridad entre los trabajadores y debilitar la resistencia y lucha de los que trabajan;
La desregulación del sector ha llevado a un aumento de las tarifas y una degradación de los servicios ofrecidos a los ciudadanos, que se refleja en la calidad, fiabilidad y seguridad;
Tenemos que construir una sociedad diferente en una base de la movilización y la lucha de los trabajadores, sobre la base de un sindicalismo de clase y de masas, la unidad de acción alrededor de lo que es común: la defensa de los derechos, los intereses y las aspiraciones de los trabajadores, por su emancipación y una sociedad libre de la explotación del hombre por el hombre;
A la ofensiva brutal del imperialismo acentuada por su respuesta violenta a la crisis del capitalismo, corresponde la intensificación de la lucha de los trabajadores y los pueblos;
El avance de procesos de cooperación e integración soberana en curso en América Latina refleja el contexto particular de la evolución de la lucha obrera y popular, confirmando el cambio favorable en la correlación de fuerzas en la región, situación que contrasta con la tendencia de reflujo, incluso dominante, observada a nivel mundial y que demuestra que hay diferentes maneras utilizadas por el capitalismo;
Los peligros de la ofensiva del imperialismo son grandes, tales como el bloqueo económico injustificado a Cuba y el apoyo al genocidio cometido por Israel en Palestina. Pero, al mismo tiempo, el desarrollo de la lucha y la conciencia de la verdadera naturaleza del capitalismo explotador, agresivo, depredador y opresor, demuestran la existencia de potencialidades reales de la resistencia al imperialismo y el desarrollo de la lucha por el derrocamiento revolucionario del capitalismo.
Por lo tanto, el XIII Congreso de la UIS Transporte, decide:
· Saludar a todos los trabajadores del sector del transporte en todo el mundo que luchan por defender el componente social del sector, por mejores y justos salarios, para defender sus derechos y para construir una sociedad justa y solidaria;
· Apelar a todos los trabajadores del sector y sus organizaciones para integrarse de forma combativa en el día de la acción de Federación Sindical Mundial, el 3 de octubre, con una movilización contra la privatización y por mejores derechos laborales y sociales;
· Intensificar la acción de las organizaciones sindicales clasistas en el sector del transporte, como un factor de movilización de los trabajadores, en manos de los cuales está la capacidad de construir alternativas al modelo actual de desarrollo que el capitalismo busca establecer en el mundo, lo que significa más explotación de quien trabaja;
· Mandatar al Secretariado elegido para promover, todos los años, una movilización de los trabajadores en el transporte, pesca, comunicaciones y telecomunicaciones, en una jornada mundial, un día a definir cada año, en torno a sus reclamos;
· Unir fuerzas para, durante el próximo año, ampliar la organización de UIS Transporte a todos los continentes.
Santiago de Chile, 06 de septiembre 2014
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.