Biden sólo ofrece caramelos de madera, que ningún gobierno de la región está ansioso por chupar.
El enviado del Presidente estadounidense Joe Biden, Christopher Dodd, que se reunió con el Presidente Alberto Fernández para pedirle que no desaire a su país faltando a la cumbre de las Américas que se realizará dentro de unos días en Los Ángeles, es un viejo conocedor de la Argentina. Tiene una historia propia y familiar representativa de contradicciones que no son extrañas en la dirigencia política de su país, que tanto puede defender los derechos humanos como violarlos.
Fernández le dijo a solas lo mismo que manifestó en una reunión de educadores en la Cancillería: que le avergüenza que Cuba lleve seis décadas de bloqueo económico y que la misma medida se haya aplicado contra Venezuela. Mientras el Presidente de México Andrés López Obrador anunció que no concurriría por la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua, Fernández pidió que eso sea reconsiderado. Antes de Buenos Aires, Dodd estuvo en Brasil y Chile, donde se reunió con los presidentes Jair Bolsonaro y Gabriel Boric, a quienes les prometió encuentros bilaterales con Biden. En el encuentro con Alberto, Dodd dijo que su presidente estaba ansioso por reunirse con el argentino. La respuesta fue que nadie había deseado más que él la victoria de Biden, porque Trump había hecho mucho daño a la región, y enumeró
- la desvirtuación de la OEA desde la designación de Luis Almagro como Secretario General;
- la ocupación del BID, por primera vez presidido por un estadounidense y no un latinoamericano;
- el golpe en Bolivia, y
- el ataque militar a Venezuela.
Agregó que nadie está más decepcionado, porque en un año y medio, Biden no ha enmendado ninguno de esos graves errores.
En ese punto, la cordialidad del diálogo con Dodd dio paso a un ríspido intercambio con el embajador Marc Stanley, quien dijo que el anfitrión elige a quien invitar y Fernández repuso que la cumbre de las Américas no era su fiesta de cumpleaños. Stanley cuestionó a Fernández que en su encuentro con Vladimir Putin, lo único que le interesara fuera obtener los derechos especiales de giro que Rusia no necesitaba y que no le transmitió la preocupación por las amenazas a Ucrania, tal como Stanley le había pedido. Fernández lo negó. Dijo que si Stanley le hubiera hecho tal planteo, él hubiera dado por concluido el encuentro, porque no es admisible tal injerencia en las relaciones de dos naciones soberanas. Admitió el interés argentino por los DEG, ya que la Argentina necesita dólares para no detener el crecimiento por ausencia de insumos importados y que Estados Unidos no colabora en ese sentido. El presidente sí agradeció la intervención de Biden para que el directorio del FMI aprobara el acuerdo con la Argentina, pese a la oposición de la Ministra de Economía, Janet Yellen, cuyo asesor David Lipton fue el segundo de a bordo de Christine Lagarde cuando el organismo otorgó el mayor préstamo de su historia al gobierno de Maurizio Macrì. Dodd retomó el control de la situación y prometió que hablaría el tema con Biden.
Los ministros de Relaciones Exteriores de México y de la Argentina, Marcelo Ebrard y Santiago Cafiero, anunciaron que simultáneamente podría realizarse en la misma ciudad californiana una cumbre de la CELAC, sin exclusiones. Creada durante la presidencia de Cristina, cuando Jorge Taiana era el canciller, Washington la atacó porque temía que fuera a sustituir a la OEA, sin la membresía de Estados Unidos y Canadá. La CELAC no avanzó en ese camino, pero Estados Unidos sí, porque ha hecho de las relaciones con Cuba, Nicaragua y Venezuela una cuestión de política interna, dado el peso del voto hispano en Florida y otros estados indecisos.
En la última comunicación entre ambos presidentes del eje México-Argentina, López Obrador dijo que como presidente de la CELAC, Alberto debería asistir a la cumbre, para hacer oír allí la voz crítica de las naciones de América Latina y el Caribe contra esas exclusiones. Y desde la Habana, Nicolás Maduro se pronunció en el mismo sentido.
Desde la XXI Cumbre del ALBA – TCP, le expresé el agradecimiento del pueblo de Venezuela al Presidente Argentino, @alferdez. Su voz firme será una de las voces más poderosas para cuestionar la exclusión y el intento de división de América Latina y el Caribe. ¡Todo nuestro apoyo! pic.twitter.com/mypxzdqyD7
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) May 27, 2022
El padre del enviado, Thomas Dodd, fue fiscal en juicios contra criminales del Ku Klux Klan en la década de 1930, y en 1945 fue seleccionado por el presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos, Robert Jackson, como su segundo en los juicios de Nüremberg, donde condujo los interrogatorios a Hans Frank, Walther Funk, Wilhelm Keitel, Alfred Rosenberg, Fritz Sauckel, Arthur Seyss-Inquar y Baldur von Schirach, cuyas acusaciones por Crímenes de Lesa Humanidad escribió. Luego se dedicó al ejercicio de la profesión, donde su récord fue vergonzante, ya que fue contratado como lobbista por la dictadura guatemalteca de Carlos Castillo Armas, que con apoyo de Estados Unidos derrocó al Presidente electo Jacobo Arbenz. Aunque a muchos le cueste creerlo, la última novela de Mario Vargas Llosa, Tiempos recios, es una magistral exposición de esa precursora operación de lawfare, el invento de una conspiración comunista para justificar el derrocamiento de un gobierno que afectaba intereses económicos de una empresa colonial estadounidense. Papá Dodd también intentó arrestar a Martin Luther King, por sus reclamos de una negociación de paz con Vietnam. Su otro hijo, Thomas Dodd (h), fue embajador en Uruguay y Costa Rica.
Christopher Dodd fue diputado y senador durante muchos años, e impulsó leyes para llevar a juicio crímenes de Lesa Humanidad, que su país no aprobó. En 2007 compitió por la candidatura presidencial del Partido Demócrata. Es tan amigo de Biden que compartieron el avión alquilado para sus giras proselitistas aunque ambos se postulaban para el mismo cargo. Dodd terminó apoyando a Barack Obama, quien escogió a Biden como vice. En 2020, Dodd integró el comité encargado de seleccionar a una mujer como acompañante de Biden en la fórmula que terminó imponiéndose sobre Donald Trump. Su postulante fue la diputada por California Karen Bass, pero Biden prefirió a la también californiana senadora Kamala Harris. En el Senado, Dodd presidió la Comisión de Asuntos Interamericanos. En ese carácter, en 1995 le envió una carta a Carlos Menem, que también firmaron sus colegas Edward Kennedy y Alan Cranston, interesándose por la situación del autor de esta nota, que había sido condenado por desacato “a una velocidad casi sin precedentes, en momentos de creciente sentimiento de inseguridad entre los periodistas argentinos. La decisión de la Corte fue resuelta al mismo tiempo en que el libro del señor Verbitsky Robo para la Corona, una quemante denuncia de la corrupción tanto privada como gubernamental, se convertía en un éxito editorial”.
En 2005, Dodd recibió en Washington al Vicepresidente Daniel Scioli, a quien le dijo que el Presidente republicano George W. Bush exageraba con Venezuela. Biden comparte ese criterio, pero debe manejarse con pie de plomo, porque el voto del exilio cubano y venezolano puede decidir las elecciones de noviembre en el estado de Florida. Su principal problema en la Cumbre de Los Ángeles es que no tiene nada para ofrecer, y sus reclamos de rechazar inversiones chinas en la región son caramelos de madera que ningún gobierno de la región anhela llevarse a la boca.
La claridad con que se pronunció sobre el tema Alberto Fernández, ha ido acompañada por decisiones que destrabaron el financiamiento chino a las represas Kirchner y Cepernic, lo cual muestra la saludable decisión de no poner todas las fichas a un solo número en el tablero geopolítico mundial y hacer en cada caso lo que el interés nacional aconseje.