En un contexto internacional cada vez más tenso, la Casa de las Américas cubana ha emitido una declaración contundente que resalta la necesidad de proteger la integridad y dignidad de Venezuela, enfatizando que el futuro de toda América Latina está intrínsecamente ligado a la situación del país suramericano. Este mensaje, publicado en El Granma cubano el 7 de octubre de 2025, revela no solo la preocupación por las acciones del gobierno de Estados Unidos, sino también el compromiso de la región por mantener la paz y la soberanía ante las amenazas externas.
La declaración comienza denunciando que Estados Unidos se encuentra en un estado de conflicto, no solo con otras naciones, sino también con su propia población. Se menciona que muchos ciudadanos, incluidos aquellos que critican el nuevo orden establecido, han sido catalogados como extremistas y hasta terroristas. Asimismo, se critica el trato inhumano hacia los migrantes, quienes son objeto de humillaciones y deportaciones arbitrarias, así como la militarización de las ciudades que ha generado un clima de represión y miedo.
La Casa de las Américas pone de manifiesto el resurgimiento de la militarización en el Caribe, donde Estados Unidos ha reactivado su antigua Secretaría de Guerra y ha movilizado efectivos militares. Este despliegue agresivo se presenta como una lucha contra el narcotráfico, un argumento que ha sido utilizado históricamente para justificar intervenciones en América Latina. Sin embargo, la declaración subraya que este pretexto es una fachada para encubrir objetivos más siniestros, que incluyen la desestabilización de gobiernos soberanos y el control de recursos estratégicos.
La situación se torna más alarmante con la advertencia de una posible incursión militar en Venezuela, que podría escalar en un conflicto armado. Se menciona un intento de la extrema derecha venezolana de llevar a cabo un atentado contra la embajada estadounidense en Caracas, un acto que podría ser utilizado como justificación para una intervención militar directa. Este escenario, según la Casa de las Américas, no es casualidad, sino parte de una estrategia imperial más amplia destinada a aplastar la Revolución Bolivariana y restaurar el dominio estadounidense en la región.
La declaración concluye con un llamado urgente a la unidad y la solidaridad de América Latina y el Caribe. Se insta a los pueblos de la región a rechazar la beligerancia del gobierno estadounidense y a trabajar juntos para preservar el continente como una zona de paz. La Casa de las Américas reafirma su apoyo al pueblo y al gobierno venezolanos, recordando que el destino de Nuestra América está indisolublemente ligado al futuro de Venezuela.
En conclusión, a medida que la tensión en la región aumenta, la declaración de la Casa de las Américas se erige como un firme recordatorio de la importancia de la solidaridad frente a la agresión externa. La defensa de Venezuela es, en efecto, una defensa de la soberanía de toda América Latina, y el llamado a la paz y la dignidad resuena con fuerza en un momento crítico para el continente.
Wilkins Román Samot, Doctor de la Universidad de Salamanca, donde realizó estudios avanzados en Antropología Social y Derecho Constitucional.
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