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Abu Bakr al-Bagdadí, el CEO del terror

Fuentes: Rebelión

En los últimos días de abril, después de cinco años reapareció en un video el líder del Daesh, Abu Bakr al-Baghdadi o el Califa Ibrahim, difundido por un órgano propagandístico de la organización fundamentalista, al-Furqan, (El Criterio) en referencia a la sura 25 del Corán. En la grabación de 18 minutos, titulada «En la hospitalidad […]

En los últimos días de abril, después de cinco años reapareció en un video el líder del Daesh, Abu Bakr al-Baghdadi o el Califa Ibrahim, difundido por un órgano propagandístico de la organización fundamentalista, al-Furqan, (El Criterio) en referencia a la sura 25 del Corán.

En la grabación de 18 minutos, titulada «En la hospitalidad del Emir de los creyentes», se puede ver a al-Bagdadí sentado sobre una alfombra, con las piernas cruzadas recostado con cierta parsimonia contra la pared, acompañado por otros tres hombres cuyos rostros fueron difuminados, cerca de al-Bagdadí recostado contra la pared se identifica claramente un fusil de asalto Kalashnikov y un cinturón de municiones, frente a él varias carpetas, prolijamente desordenadas que llevan los nombres de las áreas de del mundo donde el grupo tiene presencia.

La Kalashnikov, junto al Califa, inmediatamente refieren a algunas icónicas fotografías de Osama bin Laden, tomadas en Afganistán, lo que sin duda no fue solo una coincidencia. No ese ha podido determinar ni donde ni cuando fue grabando el video aunque las referencias temporales como lo del ataques a las dos Mezquitas de Christchurch , en Nueva Zelandia , los atentados en Sri Lanka y Arabia Saudita, y las referencia a la caída del sudanés Omar al-Bashir, la renuncia del Abdulaziz Bouteflika en Argelia y la reelección de Netanyahu en Israel, todos eventos producidos entre mediados de marzo y finales de abril, indica que el video se grabó en ese período y que algunos audio se agregaron más tarde.

En el video al-Bagdadí, al que los Estados Unidos han puesto una recompensa de 25 millones de dólares por su cabeza, se refiere elogiosamente a las recientes operaciones terroristas en Sri Lanka, (Ver: Sri Lanka: Muerte en Pascuas.), calificándola de venganza por la pérdida de Baghouz, una aldea siria junto a la ribera oriental del río Éufrates, la última posesión territorial del Daesh, tras haber llegado a conquistar un territorio de la extensión del Reino Unido y gobernado a más de 10 millones de personas. Baghouz, fue asaltada por combatientes kurdos y árabes respaldados por Estados Unidos, que desalojaron a las fuerzas del califato el último 23 marzo. Lo que dio lugar a al desplazamiento de unas 60 mil personas, más de la mitad adherentes al Daesh y de ellos unos 5 mil combatientes, en su mayoría extranjeros provenientes de Irak, Kazajstán, Rusia e incluso Francia.

Al-Bagdadí en el video se refiere a las acciones de Pascua, diciendo: «En cuanto a nuestros hermanos en Sri Lanka, me llené de alegría cuando me enteré del ataque suicida, que derribó las iglesias de los cruzados y vengó a nuestros hermanos en Baghouz» y reconoce que el Daesh, en venganza por la pérdida Baghouz, ya realizó 92 acciones en ocho países, entre ellos Afganistán, Mali, Burkina Faso, Sri Lanka, Arabia Saudita. Además elogió particularmente a los muyahidines que combaten en Libia, Burkina Faso y Mali.

Si por algo se han caracterizado tanto el Daesh como al-Qaeda, es porque nunca han intentado ataques contra los principales aliados delos Estados Unidos en la región: Israel y Arabia Saudita, aunque al-Bagdadí se ha adjudicado el ataque del 21 de abril pasado en la ciudad de Zulfi cerca de Riad, donde al intentar la toma de un edificio de seguridad del estado (Mabahith), murieron cuatro terroristas y tres oficiales sauditas resultaron heridos. Si bien ningún grupo se adjudicó el ataque, como es usual en estos casos, el Daesh, proclamó su autoría aunque no existen pruebas de ello.

Al-Bagdadí, también aclara en su última grabación: «Nuestra batalla de hoy es una batalla de desgaste, y la prolongaremos para el enemigo, y ellos deben saber que la yihad continuará hasta el Día del Juicio».

La última aparición de al-Bagdadí, fue en 2014, cuando se presentó en la Gran Mezquita de al-Nuri en Mosul (Irak), por mucho tiempo la capital de Califato. Mosul significó la primera gran conquista del Daesh, y su gran pantalla publicitaria ya que sorprendió al mundo cuando con fuerzas muy limitadas desalojo de la ciudad a al ejército iraquí entrenado y equipado por los Estados Unidos, atrayendo desde entonces miles de combatientes no solo de todo el Islam, sino también de Europa y Estados Unidos, superando en presencia mediática al mismísimo al-Qaeda.

En varias oportunidades desde 2014, se había dado por muerto o gravantemente herido al Califa, el rumor más fuerte se produjo en 2017, cuando fuentes rusas afirmaron haberlo eliminado tras un bombardeo a las afueras de la ciudad siria de Raqqa, (Ver: La última muerte de al-Bagdadí).

Aunque el Califa ha tenido muchas declaraciones de audio, donde solo se escuchaba su voz, esta rutilante aparición, era fundamental para vigorizar a sus seguidores que tras las innumerables bajas de y las inmensas pérdidas materiales y el despojó de todos sus territorios en Medio Oriente, necesitaban por lo menos tener la certeza de que su líder seguía con vida. Fuentes sirias informaron el año pasado que a muchos comandantes del Daesh y milicianos que dudaban de su sobrevivencia, se los estaban preparando para enfrentarlos con la posibilidad de la muerte del Califa, explicándoles que la lucha era a largo plazo y que el destino del movimiento no dependía solo de al-Bagdadí.

Por otra parte se conoció que en los primeros días de febrero, se produjo un conato de golpe de estado contra el Califa, por parte de emires, proveniente de países musulmanes de la antigua Unión Soviética, lo que se saldó, según testigos, con docenas de muertos, tras una batalla de dos días en las calles de la aldea de Hajin, en el valle del río Éufrates . Se cree que quien alentó el golpe fue un primo lejano del propio Califa, Abu Muhammad al-Husseini, Hashimi, ha publicado un extenso documento en 2017, donde pedía un levantamiento contra Bagdadí y que se prometiera lealtad a un nuevo líder. Según Hashimi, al-Baghdadi es un gobernante despiadado que destruyó el legado del Daesh, donde los «extremistas» ganaron mucho poder dentro de la organización. Se sabe que al líder de la conspiración Abu Muath al-Jazairi, un veterano combatiente extranjero, que cuenta con una brigada de 500 hombres, el mando del Daesh, ha puesto precio a su cabeza.

Un mundo por delante

Si bien ya le ha sido arrebatado todo su poder territorial y nada se sabe de la actual ubicación de al-Baghdadi, son muchos los lugares donde pudo haberse guarecido tras haber abandonado Baghouz, existen todavía muchos lugares donde esconderse en los inmensos desiertos del oeste de Irak y el este de Siria, donde se han intensificado los bombardeos de los territorios donde una vez gobernó Daesh, incluida las ciudades y áreas periféricas de Raqqa y Mosul.

Aunque el territorio de sus seguidores ocupa mucho más espacio y entre Nigeria a Filipinas, son infinitos los lugares donde al-Bagdadí podría buscar cobijo, desde una organizaciones tan poderosas como Boko Haram (Nigeria) al Daesh del Gran Sahara (Mali Burkina Faso y Níger) y el Khorasán Wilāyat, (Afganistán) sin olvidar a Wilāyat Sinaí (Egipto) y Abu Sayyaf (Filipinas) que aunque durante 2018 sufrió fuertes golpes todavía cuentan con fuerzas en plena actividad y muy lejos están de ser aniquilada, lo que la presencia del Califa o la mera sospecha de ello, en cualquiera de esos territorios, renovaría el impulso de los muyahidines.

Para la cúpula del Daesh, le es vital mantener viva la leyenda del líder que da un peso simbólico importantísimo a la organización, para afrontar nuevos desafiaos o profundizar la lucha en aquellos enclaves donde resiste el Califato.

Entre todos esos presumibles lugares donde Daesh, podría buscar donde establecer nuevamente un territorio, sin duda alguna muchos de esos puntos se encuentran en África, fundamentalmente en la franja del Sahel, que conforman entre otras naciones con la mayoría de su población musulmana como Mauritania, Burkina Faso, Mali, Níger y Chad, donde además de la debilidad económica y política de esos estados, los altos indicies de corrupción oficial, y grupos integristas que operan desde hace años, podría permitiré al líder del Daesh, encontrar un nuevo santuario donde asentarse.

No es casual que en esa región estén operando de manera casi decreta hombres de los Estados Unido, apoyando a diferentes operativos franceses, y que en esos últimos meses Israel lanzó una campaña diplomática de acercamiento con esas naciones, a las que busca asesorar en el campo militar.

Por otra parte en los últimos meses agentes del Daesh, entre la población local, han incrementado las milenarias diferencias tribales y étnicas, que ya han vuelto a generar matanzas como desde hacía tiempo no se producían. (Ver Masacre en el cinturón medio.) (Chad: El desamparo de los parias) (Mali; un nuevo Vietnam para occidente.)

Se calcula que solo entre Siria e Irak el Califa cuenta todavía con unos 15 mil combatientes, que podría movilizar a los diferentes frentes, incluso en sus últimas dos «sucursales» Mozambique y República Democrática del Congo, sin contar con las «células dormidas» que puede estar esperando a la vuelta de cada esquina para seguir atacando, por lo que al-Bagdadí, como el mejor de los CEOS cuenta con infinitas posibilidades para expandir sus empresas de terror a lo ancho del mundo.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.