Cuando parecía que todo había vuelto a la normalidad, las muertes causadas por la cuarta ola del COVID-19 nos recuerdan que todavía no.
Desde hace semanas, los decesos y casos confirmados por esta enfermedad siguen aumentando en el Perú, con cifras que nuevamente preocupan a una población que ha dejado de lado el respeto por los protocolos de bioseguridad.
Respecto a este asunto, el Dr. Miguel Ángel Tresierra Ayala, epidemiólogo y catedrático de la Escuela de Medicina de la Universidad César Vallejo (UCV), comenta que estamos desacatando los protocolos y nos explica su inquietud.
“Lo que está pasando es por descuido. Si bien es cierto todavía tenemos la disposición gubernamental de utilizar la mascarilla en espacios cerrados, seguimos desobedeciendo y queriendo que la mascarilla desaparezca de nuestras vidas. La recomendación sería recuperar el buen uso de esta”, enfatiza.
“Preocupa ver imágenes en redes sociales hasta de profesionales de la salud usando la mascarilla por debajo de la nariz. Entonces, me pongo a pensar en el error conceptual sobre la prevención y, en consecuencia, ver a personas haciendo caso omiso a las medidas recomendadas”, reflexiona.
Por tales motivos, el Dr. Tresierra considera que debemos contar con acciones de alguna institución que tenga la autoridad sanitaria adecuada para convencer y educar.
“El Gobierno debe hacer lo que no ha hecho durante estos últimos dos años: educar a la población. Actualmente, estamos con temor por la viruela símica, pero nadie educa. Desde la comunidad debemos actuar con prevención para evitar contagiarnos, detectar a tiempo los casos y tomar las medidas correspondientes de aislamiento o lo que sea necesario”, menciona.
Desaciertos sin enmendar
Por otro lado, el experto en epidemiología hace referencia a quienes en algún momento difundieron informaciones de manera imprecisa acerca del COVID-19.
“Lo que ha pasado durante estos dos últimos años ha hecho perder la credibilidad en algunos medios de comunicación. Incluso médicos a través de estos medios dieron información errónea, sin embargo, no han tenido la entereza de rectificarse. Algunos defendían la ivermectina, pero se demostró que dicho medicamento no tenía nada que ver (con el COVID-19). Un médico debe cumplir con su compromiso de proteger la vida y la salud hasta el último momento”, expresó.
Asimismo, el especialista agregó que “si alguna vez el segundo refuerzo de la vacuna tuvo efectos secundarios en alguien, fue por un error de vacunación respecto a lo indicado por el laboratorio fabricante. Desgraciadamente, ese error, al no haber sido reconocido, deja la posibilidad de opiniones negativas de quienes se oponen a la vacunación”.
El profesor reconoció como no acertada la decisión que tuvo la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace un par de años de prohibir la realización de autopsias.
“Prohibir las autopsias en casos de COVID-19 fue un error científicamente grave. Felizmente, algunos valientes médicos italianos, desobedeciendo la orden de la OMS, practicaron algunas y encontraron gran cantidad de coágulos y severas reacciones inflamatorias en los pulmones de los fallecidos. Desde ahí cambió inmediatamente el tratamiento por anticoagulantes y antiinflamatorios”, declaró.
Llamado a la prudencia
Como bien precisa el Dr. Tresierra Ayala, todo lo que se pueda decir del COVID-19, debe concluir que debemos seguir guardando las medidas de protección adecuadas: usar correctamente la mascarilla, lavarnos las manos frecuentemente, respetar el distanciamiento social y evitar aglomeraciones.
“La pandemia sigue estando en las calles, aún no ha terminado. Tengan cuidado, el virus sigue circulando. El dolor y el recuerdo de nuestros muertos debe enseñarnos a ser responsables de cuidarnos adecuadamente”, exhortó finalmente.
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