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Bangladesíes torturados por un rescate, tras llevarles con engaños al exterior

Fuentes: IPS

Después de que su padre falleciera dos años atrás, el cuidado de su familia de seis miembros recayó sobre los hombros de Farhad Hossain, que ahora tiene 19 años. El entonces adolescente bangladesí no tenía idea de cómo iba a mantener a su familia y pagar la educación de sus cuatro hermanos menores. Aprovechando su […]

Después de que su padre falleciera dos años atrás, el cuidado de su familia de seis miembros recayó sobre los hombros de Farhad Hossain, que ahora tiene 19 años. El entonces adolescente bangladesí no tenía idea de cómo iba a mantener a su familia y pagar la educación de sus cuatro hermanos menores.

Aprovechando su difícil situación, un vecino le persuadió de que aceptase «un trabajo prometedor» en Iraq.

Hossain, residente en el distrito bangladesí de Kishoreganj, se convenció de que migrar era la única forma de ganar el suficiente dinero para avanzar en la vida. Entonces, vendió un terreno y le dio al intermediario el equivalente a unos 3750 dólares.

«Pocos días después, yo, junto con otras 14 personas, volamos a Iraq. Y cuando llegamos al aeropuerto de Bagdad, dos bangladesíes nos recibieron y nos llevaron a una guarida en el desierto», dijo Hossain a IPS por teléfono desde la capital iraquí.

Al día siguiente, dijo, una banda de traficantes de personas, compuesta por bangladesíes e iraquíes, los retuvieron en una casa y comenzaron a golpearlos en busca de un rescate. «Nos vimos obligados a llamar a nuestros familiares por teléfono para que les informasen que les darían el dinero del rescate, de lo contrario nos matarían», dijo Hossain.

«Pero, las circunstancias financieras de mi familia eran malas y no tenían como pagar el dinero que los traficantes exigían. No nos daban ni comida ni agua regularmente. Nos golpeaban tres veces al día. Sufrí tal tortura durante seis meses», explicó.

Solo cuando su madre logró reunir y enviar unos 2500 dólares, lo liberaron. «Pero muchos permanecieron retenidos allí», dijo con pesadumbre.

Una vez que recuperó su libertad, Hossain encontró trabajo en una estación de servicio cerca de Bagdad. Ahora gana 315 dólares al mes, de los que parte envía a su familia.

Zahid, que trabaja como botones en una empresa en Dacca, tiene una historia similar de trata de personas. El año pasado, uno de sus familiares lo convenció de irse a Malasia, donde le garantizaban un trabajo y sin necesidad de gastar grandes sumas para emigrar.

Entonces, este residente en una localidad cercana a la capital, pagó al pariente alrededor de 625 dólares, para poder abandonar el país en forma irregular y llegar a Malasia.

Zahid y otras 100 personas, en su mayoría jóvenes, se embarcaron en Cox’s Bazar, donde se sitúa el mayor campo de refugiados rohinyás en Bangladesh. El plan del que resultó un traicionero viaje era ir en barco a Indonesia y, desde allí, llegar a Malasia.

Tras una travesía de varios días, llegaron a las costas de Indonesia.

Entonces, contó Zahid a IPS, en lugar de proseguir hasta Malasia, fueron secuestrados y llevados a la jungla donde los traficantes exigieron un rescate, amenazando con matarlos si sus familias no pagaban. Los traficantes los golpeaban con frecuencia, dijo Zahid.

Pasó más de un mes antes de que agentes policiales locales los rescataran y los deportaran a Bangladesh.

«El daño ya está hecho. Mi esposo regresó a casa. Es por eso que ya no estamos interesados ​​en hablar sobre el tema», dijo la esposa de Zahid a IPS, que como este habló bajo condición de anonimato, porque siguen con miedo de lo que los traficantes puedan hacerles.

En 2018, aproximadamente 8,9 millones de bangladesíes emigraron internamente y alrededor de 730000 abandonaron el país a través de canales regulares para trabajar en el extranjero. Unos 12 millones de bangladesíes están actualmente empleados en el extranjero, según cifras oficiales.

Pero en este país del sur de Asia, con casi 168 millones de habitantes, un número desconocido adicional migra cada año a través de canales irregulares, arriesgándose a la explotación y el abuso a manos de traficantes y tratantes, según el Informe Mundial 2019 de Trata de Personas del Departamento de Estado de Estados Unidos.

Sin embargo, los datos oficiales muestran que durante un período de cinco años, desde 2013 hasta 2018, más de 8000 personas de Bangladesh, incluidas mujeres y niños, fueron víctimas de la trata de personas, un delito que pone a los trabajadores migrantes en riesgo de abuso físico y mental, acoso, esclavitud laboral, matrimonios forzados, explotación sexual, comercio ilegal y, en algunos casos, la muerte.

«Debido a los problemas de desempleo y la desigualdad económica existente en el país, una persona traficada no tarda mucho en calcular sus ganancias financieras futuras y se traga la oferta de los traficantes», explicó Sharon Dimanche, subjefe de la misión en el país de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

«Las víctimas son secuestradas o atraídas con promesas de una vida mejor, un trabajo lucrativo u ofertas de matrimonio y propuestas falsas para visitar lugares sagrados. Es fundamental que todas las partes interesadas se unan y trabajen juntas para combatir la trata de personas», explicó el funcionario internacional en declaraciones recientes.

El informe estadounidense sitúa a Bangladesh en la Lista de vigilancia de Nivel 2 por tercer año consecutivo.

Esa clasificación significa que el país no ha cumplido con los estándares de la Ley de Protección de Víctimas de Trata de Estados Unidos (TVPA) de 2000, pero ha realizado esfuerzos significativos para hacerlo.

Estar en la lista de vigilancia del Nivel 2 significa que el número de víctimas de trata de personas es significativamente alto o aumenta significativamente en ese país.

La trata de personas es ilegal en Bangladesh según su legislación.

La Ley de prevención y represión de la trata de personas, vigente desde 2012, castiga las diferentes formas del delito con penas desde cinco años a cadena perpetua , además de multas de no menos del equivalente a 610 dólares.

Pero Shariful Islam Hasan, jefe del Programa de Migración bangladesí, dijo a IPS que pese a esa norma, la realidad es que «los acusados ​​no reciben castigo en la mayoría de los casos de trata».

Las cifras lo confirman. Desde que la ley está en vigor, solo se han procesado alrededor de 4446 casos de trata de personas. De un total aproximado de 4758 arrestos, solo ha habido 29 condenas, según la unidad de trata de personas de la policía de Bangladesh.

«La trata es un crimen transnacional (muchas de las veces). Las leyes existentes son lo suficientemente buenas como para prevenir la trata. Pero necesitamos implementar leyes más estrictas para encarcelar a los traficantes. Y la concienciación contra el delito es el tema clave en el que debemos hacer un énfasis», dijo Nakib Muhammad Nasrullah, profesor de Derecho de la Universidad de Dacca.

Los funcionarios aseguran que sí se han tomado iniciativas para combatir el tráfico y la trata de personas, tales como la formulación de políticas, el fortalecimiento de los grupos de trabajo y la formulación de varios comités para combatir los dos delitos, muchas veces interconectados.

La trata de personas se refiere al comercio de personas con fines de explotación sexual y trabajo forzado y puede darse dentro de los países de origen de las víctimas, siempre involuntarias, o ser transnacional. El tráfico, siempre transnacional, incluye el traslado ilegal de personas de un país a otro, y puede contar con la connivencia de la víctima.

Entre los comités promovidos por el gobierno de Bangladesh para luchar contra la trata, destacan uno de coordinación nacional entre las dependencias oficiales involucradas y las organizaciones no gubernamentales.

También una Fuerza de Tarea de Rescate, Recuperación, Repatriación e Integración de las víctimas y un Grupo de trabajo de vigilancia y prevención de trata, y comités contra el delito a todos los niveles de las divisiones administrativas del país.

Adicionalmente, los organismos de las Naciones Unidas en Bangladesh establecieron una red nacional de migración para garantizar su apoyo coordinado a que se cumpla en el país con el Pacto Mundial sobre una Migración Ordenada y Regular y otras políticas que desalienten el tráfico y la trata.

«La gente busca desesperadamente migrar en busca de trabajo. Es por eso que a veces van al extranjero a través de canales ilegales y se convierten en víctimas de la trata de personas», reconoció a IPS el superintendente policía Aamgir Hossain.

Pero, insistió el también portavoz del Batallón de la Policía Armada, «las agencias de cumplimiento de la ley aquí están trabajando honestamente para prevenir incidentes de trata».

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2019/10/bangladesies-torturados-rescate-tras-llevarles-enganos-al-exterior/