Este 2 de marzo se cumplieron dos años del vil asesinato de la lideresa lenca
Era junio de 2013. Berta Cáceres había sido detenida ilegalmente por efectivos del ejército y la policía mientras viajaba en vehículo hacia la zona de Río Blanco, donde desde hace más de 70 días las comunidades indígenas lencas, con el respaldo incondicional del Consejo cívico de organizaciones populares e indígenas de Honduras, Copinh, estaban protestando contra el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca.
La dirigente indígena lenca fue primero acusada de portación ilegal de arma y, luego, liberada con medidas cautelares alternativas a la privación de libertad.
Unos días antes de comparecer ante el juez para responder de un delito que, no sólo no había cometido, sino que era parte de un plan bien definido para profundizar la criminalización y la judicialización de la lucha indígena, campesina y popular en Honduras, hablé con Berta.
Quería saber cómo estaba y qué planes tenía. Comparecer conllevaba el riesgo de ser capturada y encarcelada.
Comenzamos a hablar y de esta plática, una de las tantas en tantos años, surgió una de las notas que más quiero, cuyo contenido, después de cinco años, no sólo no ha perdido vigencia, sino que recoge en sí el pensamiento y el legado más profundo de este gran ser humano que fue y sigue siendo Berta Cáceres.
Berta, la compita, la amiga, la combatiente, la luchadora, la imprescindible, la anticapitalista, la antipatriarcal, la tierna, la madre y abuela, la inclaudicable, la para siempre.
Cumpliéndose dos años de impunidad y falta de justicia, de falta de compromiso de un Estado cómplice en la búsqueda de quienes ordenaron y financiaron el asesinato, las palabras premonitorias de Berta son como rayos rasgando el cielo, sentando el principio de que NUNCA la podrán DOBLEGAR.
Antes bien, su ejemplo, sus palabras siguen inspirando resistencia y lucha en todo el mundo. Tu convertirte en millones lo vemos a diario: no hay lucha de pueblo en el mundo donde no aparezca tu rostro.
Aquí les dejo una pequeña parte de aquella plática nocturna. ¡Berta Vive, Justicia para Berta!
«Están muy equivocados, porque aquí no se trata de la lucha de una persona, sino de cientos de pobladores de comunidades que son autónomas en sus decisiones, que han realizado más de 30 asambleas indígenas durante este período y que tienen sus autoridades y mecanismos de decisión. Pueden encarcelarnos o hasta asesinarnos, pero la lucha no se va a detener. Las comunidades están listas y decididas y no van a permitir otro atropello a su territorio ancestral».
«Me siento fuerte y digna, y no me van a intimidar con estas medidas represivas. Y más fuerza me da la resistencia del Copinh, de las comunidades, así como la solidaridad nacional e internacional».
«Durante toda mi vida he estado consciente de lo que puede pasar estando en esta lucha, como también estoy consciente de que nos estamos enfrentando a un poder oligarca, banquero, financiero y transnacional, así como al mismo Estado de Honduras y a sus cuerpos represivos, que históricamente se han plegado a los intereses de las grandes empresas transnacionales».
«El 13 (de junio) va a haber una movilización frente al juzgado de Santa Bárbara a la hora que arranca la audiencia inicial. ¡No me van a doblegar!»
Fuente: LINyM
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