
Al inicio del Génesis, el primer libro del Antiguo Testamento, se recoge que Dios le dijo a la mujer por haber desobedecido sus órdenes: […] multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos. Con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti» (Génesis 3:16).