
Nzira Deus denuncia el acaparamiento de tierras y la violencia en Mozambique y comparte estrategias feministas de organización y transformación.
Nzira Deus denuncia el acaparamiento de tierras y la violencia en Mozambique y comparte estrategias feministas de organización y transformación.
Cuando la filósofa feminista valenciana, Celia Amorós, definió el pacto patriarcal, en su libro Feminismo: Igualdad y Diferencia (1994), como el pacto interclasista entre varones para apropiarse el cuerpo de las mujeres como propiedad privada, probablemente no imaginó que su concepto se convertiría en un hashtag que inundaría las redes sociales.
Diversos expertos del área de la psicología, la psiquiatría, la ciencia forense o del derecho explican que el SAP es una construcción misógina para perpetuar el estereotipo de la mala madre y que no tiene ninguna base científica.
El pasado lunes visioné parte del llamado documental Rocío. Contar la verdad para seguir viva.
Análisis crítico del documental emitido por una cadena de televisión privada en España visibilizando el testimonio de un caso más de maltrato, de violencia machista sobre una mujer en España
Un año más pasó el 8M, día de la mujer o de las mujeres, como se quiera. Un año raro y complicado para que el feminismo saliese, como es su derecho, a la calle; pero ha salido y dadas las circunstancias, lo ha hecho con más gloria que pena. Digo pena, porque es lo que se quiso intentar en este 8M : su fracaso.
Tras una vida de lucha por la emancipación y los derechos de las mujeres, la pensadora feminista egipcia más importante del mundo árabe falleció este domingo a los 89 años. Escritora, médica y activista, llegó a escribir más de 50 libros en los que desentrañó el sistema patriarcal y el sexo femenino, además de señalar prácticas como el uso del velo o la ablación. Por ello tuvo que huir de su tierra natal en 1993, antes de volver a ella a inicios del 2000.
Ya en el 2014 se había detectado el primer plantío de cocaína en Los Altos de Chiapas, además de extensos cultivos de amapola y mariguana.
Hace poco leí por fin el gran clásico de Mary Wollstonecraft Shelley, Frankenstein.
En los últimos años el principal proceso de movilización social progresista ha sido el feminista, dentro de un marco más amplio de cambio social y político-electoral. Se produce en un contexto de agravamiento de la situación de desigualdad y dominación de las mujeres y, específicamente, ante un crecimiento de la conciencia de su injusticia y un deterioro de las mentalidades machistas y conservadoras. Por otro lado, persiste el bloqueo institucional a las mejoras en ese campo, sobre todo por los Gobiernos anteriores del Partido Popular que han perdido legitimidad social. Tras quince años de limitada y contraproducente gestión institucional, centrada en la inacción trasformadora, preventiva y de recursos prácticos, el desvío punitivista y la reacción puritana, se ha percibido la impotencia institucional y de esas políticas para hacer frente a la nueva dimensión de las desventajas de las mujeres, en términos de desigualdad y prepotencia machista, sin suficiente protección pública.