Grace Blakeley | 

A pesar de la predicción liberal de que la expansión de los mercados libres daría lugar a más democracia, el autoritarismo no hace sino aumentar. La razón es simple: el capitalismo siempre defenderá las jerarquías sociales frente a la amenaza de la igualdad económica.

NUEVA YORK – Cuando hace poco me pidieron que expresara mi opinión sobre los fenomenales avances de la inteligencia artificial (IA) y si las Naciones Unidas juegan un papel en su gobernanza global, recordé las Tres Leyes de la Robótica, un conjunto de normas ideadas por el autor de ciencia ficción Isaac Asimov e introducidas en su cuento de 1942.

Me dije a mí mismo que la ciencia ficción ahora se encontró con la vida real. La primera ley establece el principio más fundamental al enfatizar que “Un robot no puede dañar a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño”. La norma de 80 años sería útil para el escenario actual del mundo de la IA.

Marcelo Colussi | 

Cuando nuestros ancestros descendieron de los árboles y comenzaron a caminar en dos patas, por vez primera en la historia fabricaron un objeto, un elemento que trascendió la naturaleza. Ese inicio de la humanidad estuvo dado, nada más y nada menos, que por la obtención de una piedra afilada; en otros términos: un arma. Podríamos preguntarnos entonces: ¿es que la historia de nuestra especie está marcada por ese comienzo? ¿Las armas están en el origen mismo de lo humano?

Hoy, no podemos dar certeza de nada, salvo de la incertidumbre que nos plantea este sistema de algoritmos, que por definición, se basan en cálculos que tratan al sujeto como un simple espectador, tal el caso del turista depredador, tema de este editorial, un consumidor y nada más, para el negocio del turismo, cortoplacista…

El Segundo Congreso Mundial contra el Neoliberalismo Educativo de Panamá (Junio 2023) colocó en el debate diversas miradas y vivencias, que puestas en conjunto, muestran el panorama de una estrategia común y desigual al mismo tiempo, en torno a las políticas educativas del neoliberalismo.

Carlos Verón De Astrada | 

Si bien el aspecto exterior de los ratones es totalmente distinto al de los humanos, las similitudes genéticas son asombrosas. El genoma de un ratón tiene más del 95% de coincidencia con el del humano. Los ratones transgénicos, manipulados en una fase embrionaria. son aquellos que imitan algunos aspectos de las enfermedades humanas. No hay discusión de que los ratones sufren dolor, estrés y otras afecciones, dependiendo del tipo de estudio experimental sobre los mismos.

Debemos considerar que, el chimpancé comparte el 96 por ciento del código genético con el ser humano. Es el pariente vivo más cercano al hombre. Ambos comparten un antepasado común que vivió hace más de cuatro millones de años. El genoma del ratón está compuesto por unos 2.500 millones de peldaños de pares de ‘letras químicas’ y contiene unos 30.000 genes, prácticamente los mismos que tiene el ser humano. Las diferencias aparentes entre el hombre y el ratón son mínimas desde el punto de vista genético: se reducen al 1%.

Ahora bien, el condicionamiento mediático subliminal absoluto, en el Siglo XXI, ¿ha convertido a la población mundial, ya no en «simios regresivos evolucionados», sino en una comunidad de ratones?. ¿Estamos, hoy, con el total control económico/ social/ cultural/ educativo/ alimentaciones/ agua/ electricidad/ gas, etc., manejados y manipulados como meros ratones, en este programa de efectos canibalísticos?

Introducción de Osvaldo Buscaya

Felipe de J. Pérez Cruz | 

Hay una izquierda en América Latina que se intenta colocar entre Dios y el diablo.