
“Todos somos aficionados. La vida es tan corta que no da para más”
Charles Chaplin
“Todos somos aficionados. La vida es tan corta que no da para más”
Charles Chaplin
«No es la falta de amor, sino la falta de amistad
lo que hace matrimonios infelices»- F. Nietzsche
Cuatro años atrás circuló en redes social un libro fundamental para entender las interpretaciones de la crisis que desató el COVID. Este texto sintetizaría la lectura y análisis de algunos de los principales teóricos de la izquierda radical.
El anticapitalismo no es peligroso para la cleptocracia burguesa, mientras que el prosocialismo es su mayor amenaza.
De la izquierda de antaño pocas trazas quedan. Ocasionalmente da señales de vida, pero será difícil que se recomponga y abandone su extravío. Sin embargo, ha habido en tiempos no lejanos momentos en que se pensó que se podían asaltar los cielos, y quizá faltó poco para ello. De ello, y de la perspectiva de reiniciar la lucha es de lo que trata esta conversación.
A partir de 1492, el sometimiento, el exterminio y la explotación de los pueblos originarios de nuestra América (Abya Yala) le brindaron la ocasión a Europa occidental de colocarse a sí misma en la cúspide del poder y del conocimiento por encima de cualquier otra región o pueblo que existiera sobre la Tierra.
Hoy como en tantas ocasiones le corresponde al pueblo enfrentarse a esta lógica de destrucción y crear movimientos antibelicistas que nos saquen de esta deriva de barbarie. La juventud universitaria ya lo está haciendo; sumémonos con la movilización de los barrios, de los centros de trabajo y de todos aquellos que deseen movilizarse para que no nos arrastren a la guerra.