Categoría: Opinión
Hablar en serio de derechos humanos implica radicalizar la democracia, construir proyectos socioeconómicos en colectivo, fortalecer los procesos de autoorganización social desde la base y reconfigurar nuevos espacios de contrapoder a nivel local y global.
Existen distintas concepciones marxistas de socialismo y de revolución, que se corresponden con el tipo específico de marxismo que las sustentan.
La intolerancia religiosa impuesta a las mayorías asemeja otra forma de fascismo.
Hay una cita que se reitera cada cierto tiempo –de la que muchos se adjudican la paternidad– que sentencia que las derechas se juntan por intereses y las izquierdas se separan por las ideas.
Debo reconocerlo. Vargas Llosa es, como diría Jorge Luis Borges, “incorregible.”