El proceso democrático y de liberación nacional en Bolivia ha dado, en los últimos cuatro meses, grandes saltos y avances con las movilizaciones populares de agosto, las elecciones de octubre y la asunción de Luis Arce y David Choquehuanca a los cargos más altos del Estado en noviembre, en condiciones de grave crisis económica, sanitaria e institucional y con desafíos de envergadura para conseguir revertir la herencia dejada por el gobierno de facto que en doce meses dejó al país en ruinas.